OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ (San José Caldas, 1944).

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

Lugar de nacimiento: San José Caldas.

Fecha: 16 de diciembre de 1944.

 

1. ESTUDIOS:

 

Kínder en el Colegio de las Betlemitas, de Anserma Cds. (1951).

Primero y segundo de primaria, en la Escuela Sucre de Anserma Cds. (1952-1953).

Tercero y cuarto de primaria, en la Escuela Marco Fidel Suárez, de San José Cds. (1954 y 1955)

Quinto de primaria, en el Colegio Salesiano de Pereira (1956)

Primero, segundo y tercero de bachillerato, en el Seminario Diocesano de Pereira (1957-1959).

Cuarto, quinto y sexto de bachillerato, en el Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía Rda. (1960-1962).

Licenciado en Ciencias de la Educación, Filosofía e Historia, Universidad La Gran Colombia, Bogotá, (Ministerio de Educación Nacional, Registrado en el folio 6 del libro de diplomas Nº1, III-11-1974).

Asistente al “Taller de Elaboración de Proyectos”, impartido por la Fundación para el Fomento de la investigación científica y el desarrollo universitario de Caldas (Ficducal),  mayo de 1983.

Curso “Metodología de la Enseñanza desescolarizada en la Universidad”, del 27 al 31 de julio de 1987 (40 horas).

Curso impartido por la Universidad de Caldas para Ascenso en el escalafón docente nacional de conformidad con el decreto 2762 de 14 de octubre de 1980, entre 28 de febrero de 1987 y 30 de mayo de 1987 (2 créditos).

Curso de “Metodología de la Enseñanza desescolarizada en la Universidad”, ofrecido por la Vicerrectoría Académica de la U. de Caldas, julio de 1987, con intensidad de 40 horas.

Curso de “Ecología Básica”, Vicerrectoría Académica,  90 horas de duración, de enero a mayo de 1987.

Curso impartido por la Universidad de Caldas para Ascenso en el escalafón docente nacional de conformidad con decreto 27 del 14 de octubre de 1980, entre 31 de octubre de 1987 y 9 de abril de 1988 (3 créditos).

Curso de “Ecología Aplicada y Ecodesarrollo”, organizado por la Vicerrectoría Académica de la U. de Caldas, con intensidad de 135 horas, de octubre de 1987 a abril de 1988.

“Curso de Informática”: Vicerrectoría Académica-Facultad de Educación Universidad de Caldas, 45 horas, del 6 de febrero al 5 de junio de 1989.

“La Literatura Infantil en la Biblioteca”, entre el 22 y el 26 de julio de 1985: 40 horas.

“Didáctica del taller en la producción literaria”, Universidad Tecnológica de Pereira, marzo de 1986. 

Taller “Indicadores de Gestión” (Corporación Calidad).

Taller de “Asesoría y revisión de objetivos estratégicos de cada subsistema del PEI”, (Corporación Calidad).

Taller “Seminario Permanente de Universidad Pública y Desarrollo Regional” (Vicerrectoría Académica).

Taller de capacitación sobre Elaboración de Presupuestos” (Vicerrectoría Administrativa).

Taller “Gestión Integral día a día” (Corporación Calidad).

Taller “Definición y Estrategias para el desarrollo del PEI” (Corporación Calidad).

Taller “Resignificación del PEI” (Corporación Calidad).

Taller “Avances del Proceso de Acompañamiento para el Cambio” (Corporación Calidad).

Taller “Análisis y Seguimiento al Proceso de Reestructuración Orgánica” (Corporación Calidad).

Taller de “Transformación Organizacional” (Vicerrectoría Académica).

Taller “La universidad de cara al siglo XXI” (Rectoría).

Taller “El Plan de Desarrollo de la Ciudad de Manizales-Calidad Siglo XXI” (Alcaldía de Manizales).

Taller “Nuevas Perspectivas de Presupuesto para 1998” (Vicerrectoría Administrativa).

Simposio sobre “El Futuro de la Investigación en la Universidad Pública” (Rectoría).

Simposio sobre “Un modelo de Universidad Pública para Colombia en el siglo XXI”.

Simposio sobre “El Proceso de cambio y la Universidad de Caldas” (Rectoría).

 

2. EXPERIENCIA LABORAL:

 

Profesor Colegio Oficial Santo Tomás de Aquino, Apía Rda. (1967-1970).

Profesor de tiempo completo, Universidad de Cundinamarca, Girardot (1974-1975).

Profesor de tiempo completo de la Universidad de Caldas, entre 1976 y 2001 (Resolución Nº 191 de febrero 13 de 1976).

Profesor Titular de la misma institución, (Consejo Académico Resolución Nº 066 del 28 de noviembre de 1991).

Representante de Profesores en el Consejo Académico de la U. de Caldas (1994-1995).

Vicerrector Académico, Universidad de Caldas (Resolución 00845 del 21 de marzo de 1996).

Primer Decano de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas, entre  1996 y 1999. (Resolución 001834 del 11 de junio de 1996).

Decano Ad-hoc de la Facultad de Ciencias para la Salud de la Universidad de Caldas (Resolución 000141 del 21 de febrero de 1997).

Integrante del Grupo de Investigaciones en Patrimonio y Memoria Cultural, aprobado por Colciencias (1999).

Par externo en visitas del Icfes para acreditación de universidades (1999).

 

3. AGENDA COMO DECANO:

 

Miembro del Consejo Académico de la Universidad de Caldas.

Presidente del Consejo de la Facultad de Artes y Humanidades de la U. de C.

Reuniones de trabajo con Rectoría y Vicerrectoría Académica.

Miembro del Comité de Viajes de Estudio.

Miembro del Comité Interinstitucional de la Maestría en Educación (en calidad de integrante y ordenador de gastos) y Representante del Rector en el Convenio suscrito con la Universidad Javeriana para el funcionamiento de la Maestría.

Miembro del Comité de Entidades Culturales de Manizales.

Miembro del Comité de Coordinación del Convenio entre la Universidad de Caldas y los Cabildos Indígenas de Caldas.

Representante de la Universidad de Caldas en las reuniones para acciones conjuntas con el SENA.

Reuniones del “Grupo de los 20 Docentes” para el mejoramiento institucional.

Diálogos con profesores y estudiantes para plantear inquietudes que atañen a la Facultad y al Departamento o Programa respectivo.

Asistencia a las jornadas de autoevaluación proyectadas por los Departamentos.

Reuniones para análisis del Plan de Desarrollo de la Facultad, Proyecto Educativo Institucional, Reforma Curricular, Reestructuración de Programas y Evaluación de Postgrados.

Debates sobre Reforma Curricular, Reglamentación de las Prácticas Académicas (viajes de estudio), Dedicación exclusiva, Reglamento Estudiantil, Estatuto Profesoral, Reglamentación interna del Decreto 1444, Centro de Educación a Distancia, Revisión de Programas Académicos, Revisión al Reglamento de Postgrados.

Análisis de documentos presentados por las comisiones creadas por Acuerdo 09 del Consejo Superior. Informes de la Comisión del Preuniversitario.

Puesta en marcha y posterior análisis evaluativo del Programa de Comunicación en Radio y Televisión.

Análisis de pautas para otorgar el incentivo de Profesor Distinguido, en Comisión designada por el Consejo Académico e integrada por los Decanos de las Facultades de Artes y Humanidades, Ciencias Agropecuarias y el profesor Juan Pescador.

Reuniones tendientes a canalizar inquietudes sobre la situación irregular originadas por el proceso de matrículas.

Reuniones tendientes a canalizar inquietudes sobre la situación irregular en el Programa de Diseño Visual y atención al pliego de peticiones de estudiantes.

Designación de estudiantes y profesores para conformar comisiones, según el Acta de Acuerdo del 29 de octubre de 1998.

Supervisión de las Comisiones y Coordinador de las Comisiones de Currículo. Discusión, análisis y presentación de informes de las comisiones.

Reuniones tendientes a canalizar inquietudes sobre la situación en el Programa de Artes Plásticas y atención al pliego de peticiones de estudiantes.

Conformación del nuevo Consejo de Facultad, atendiendo el Acuerdo 048 de octubre 22 de 1998, expedido por el Consejo Superior.

Creación y supervisión de grupos de trabajo para acatar normatividad de la Resolución 00620 del 29 de octubre de 1998.

Análisis de la Resolución 00602 sobre los lineamientos para hacer ajustes a la Estructura Orgánica por Departamentos.

Proceso de transformación del Centro de Educación a Distancia.

Conformación de coordinadores por programas y subcomisiones según factor, en el proceso de Acreditación de los Programas de Lenguas Modernas y Filosofía y Letras y cronograma de actividades.

Comisión del Consejo Académico para trabajar en los proyectos de Estatuto Docente y Reglamento Estudiantil.

Elaboración del Proyecto Educativo Institucional de los Departamentos y del Plan de Desarrollo de la Facultad de Artes y Humanidades.

Debates sobre la Reforma Curricular.

Aprobación en el Consejo de Facultad de los puntos básicos sobre: Formación por niveles, Flexibilidad Sistema de Créditos, Núcleos, Evaluación por procesos.

Debates en torno a la hoja de labor académica.

Racionalización del recurso docente, con la respectiva distribución de carga académica para la vinculación de catedráticos y docentes según el Artículo 5º.

Procesos de evaluación docente.

De acuerdo con las necesidades del servicio, designación de Coordinadores, Directores de Departamentos y Directores de Programa, teniendo en cuenta las renuncias aceptadas.

Adopción de la nueva Estructura Orgánica que asumió un esquema descentralizado en asuntos académicos.

Vinculación de nuevos profesores de planta, a través de concursos docentes.

Organización y autorización de comisiones de estudio remuneradas, a docentes de planta.

Distinciones y reconocimientos a profesores, al Grupo de Investigación y Creación Multimedia, al Dueto Estirpe y Canción y a la Orquesta Juvenil de Bellas Artes.

Autorización a profesores para asistir a comisiones de servicio, congresos, ponentes en congresos, asesoría de docentes, gira de conciertos y conocimiento de experiencias particulares en las escuelas de artes de Berlín, Bonn, Praga, Paris, Barcelona y Madrid.

Legalización de un examen en Idioma Extranjero, como requisito de grado, aplicable a estudiantes del Programa de Diseño Visual que ingresen a partir del primer período académico de 1998.

Apertura del Programa PROFED, en el municipio de Riosucio. Departamento de Estudios Educativos.

Modificación del Plan Curricular del Programa de Diseño Visual.

Puesta en marcha del programa Español como lengua extranjera.

Formación y perfeccionamiento del inglés.

Respaldo a la Coral Manizales dirigida por Oliva Manchola y Nelson Monroy, del Departamento de Música.

Respaldo al Centro Cultural Bellas Artes bajo la coordinación de la profesora Margoth Márquez del Departamento de Artes Plásticas.

Programa de Asesoría, Cualificación, Investigación, Extensión y Servicios en el área de Ciencias Naturales, Educación Ambiental y Tecnología.

Solemnes actos con motivo de las Fiestas Musicales de Santa Cecilia.

Impulso a la Escuela de Ópera y extraordinario desarrollo de la misma.

Festival Internacional de la Imagen, coordinado por el Departamento de Diseño Visual.

Seminario de Literatura y Jazz y Exposición “Homenajes”, de Claudia Ruiz. Coordinación: Decano Facultad de Artes y Humanidades.

Semana del Idioma. Cursos libres de Lecto-escritura. Actualización en Teoría Literaria.

Seminario “Los Escritores en la Academia”, Programa de Español para extranjeros.

Seminario Regional sobre la enseñanza del inglés.

Festival de la Canción en Inglés, Departamento de Lenguas y Literatura.

Cursos de Gramática Musical, Coros, Armonía, Apreciación Musical, Instrumentos Musicales.

Talleres de iniciación musical para niños de 4 a 6 años.

Capacitación para Directores de Bandas. Departamento de Música.

Programas de Educación no Formal en Danzas, Arte Dramático y Taller de Ópera. Departamento de Artes Escénicas.

Programa especial de Filosofía para Profesionales de distintas disciplinas. Fundamentos gramaticales para la escritura. Actualización en filosofía. Departamento de Filosofía.

Charlas ilustradas sobre Ópera.

Seminario de Técnica Vocal e Interpretación para Coros y Orquesta, Expresión Corporal para integrantes del Taller de Ópera.

Proyectos de extensión con la División de Bienestar Universitario: Coros, Banda y Estudiantina. Departamento de Música. 

Primer Encuentro de Egresados de Filosofía y Letras. Coordinación: Martha Cecilia Betancur G.

Taller de Ópera de Bellas Artes. Coordinación: Nelson Monroy R., del Departamento de Artes Escénicas.

Capacitación en Artes Plásticas: Dibujo, Pintura, Cerámica, Escultura, Talla en madera, Técnica de Grabado, Fundición a la cera perdida, Modelado en plastilina, Historia del Arte y Fotografía. Coordinación: Departamento de Artes Plásticas.

Seminario Regional sobre la enseñanza de la Filosofía.

Seminario sobre Antropología Estética. Coordinación: Heriberto Santacruz Ibarra, del Departamento de Filosofía.

Curso de Actualización en Filosofía para profesores de bachillerato. Coordinación: Heriberto Santacruz, del Departamento de Filosofía.

Programa de Capacitación para Docentes en Ejercicio. Coordinación: Departamento de Estudios Educativos.

Proyecto Tutelaje Escuelas Normales Superiores Caldas-Tolima. Coordinación: Departamento de Estudios Educativos.

Proyecto de Profesionalización para Educadores Rurales. Coordinación: Departamento de Estudios Educativos.

Cursos de Docencia Universitaria y Mayéutica. Coordinación: Departamento de Estudios Educativos.

Curso de Semiótica de la Imagen. Coordinación: Departamento de Diseño Visual.

Cursos básicos de Música, en sus niveles Infantil, Juvenil y Adultos. Coordinación: Departamento de Música.

Programa de Apoyo Docente y Autoaprendizaje –PADA-. Departamento de Lenguas y Literatura.

Servicios específicos en Idiomas –SEI-. Programa de oferta para la formación de la lengua nativa y lenguas extranjeras en otros Departamentos y Programas de la Universidad. Departamento de Lenguas y Literatura.

Programa de Formación y Perfeccionamiento en Lenguas Extranjeras –PRELEX-. Departamento de Lenguas y Literatura.

Programas Extramurales (fuera del campus universitario). Departamento de Lenguas y Literatura.

Programa Cualificativo y Capacitación de docentes adscritos al Departamento de Lenguas y Literatura –CAD-.

“V Seminario Regional de Inglés”. Departamento de Lenguas y Literatura.

Realización del Video Promocional del Departamento de Lenguas y Literatura.

“Seminario Internacional de Prácticas Pedagógicas Invisibles”. Universidad de Caldas-Universidad del Valle. Departamentos de Estudios Educativos.

Conversatorio con comisión de 20 profesores chilenos, tendiente a la observación de procesos de Escuela Nueva en la Educación Básica Rural. Departamento de Estudios Educativos.

Conciertos de proyección y audiciones musicales en: Área Cultural del Banco de la República con la programación “Lunes de Jóvenes Intérpretes”. Presentación de la Cátedra de Canto, Cátedra de Flauta, Cátedra de Piano, Cátedra de Clarinete, Orquesta de Maderas, Coro Infantil, Orquesta Juvenil de Bellas Artes.

Conciertos Banco de la República 75 Años.

Concierto de Contrabajo y Piano en la Biblioteca Luis Ángel Arango, del Banco de la República, Bogotá.

Participación en el Festival de Música de Cámara Ciudad de Manizales.

Participación activa de la Facultad en la programación oficial “Celebración de los 55 años de la Universidad de Caldas”. Orquestas, grupos musicales, coro infantil y exposiciones.

Participación activa de la Facultad en la programación oficial “Celebración de los 50 años de la Universidad Nacional, Sede Manizales”. Orquestas, grupos musicales, coro infantil y exposiciones.

Participación musical en “148 años de Manizales”. Primeras Olimpíadas Culturales de la Solidaridad.

Presentación de las óperas: Danzas Polovetzianas-Príncipe Igor” y “Cavalleria Rusticana”. Taller de Ópera.

Presentación de las obras de teatro: “Muerte y Muertes de Quincas Berrido Daguas” y “La Intrusa”. Dirección: Óscar Jurado,  Programa de Artes Escénicas. Taller de Teatro.

Ciclo de cine alemán. Departamento de Diseño Visual.

Exposiciones rotativas en La Rotonda, la Pinacoteca, Foncaldas y Biblioteca Central. Departamento de Artes Plásticas.

 

Propuesta para incluir en el plan de estudios del Programa de Lenguas Modernas los exámenes de proficiencia en Inglés.

Propuesta curricular para la Formación de Licenciados. Departamento Estudios Educativos.

Propuesta Curricular para Programas de Pregrado y Postgrado en Educación discutida al interior del Departamento de Estudios Educativos.

Propuesta “Centro Cultural Universitario. Rescate de la Pinacoteca”. Departamento de Artes Plásticas.

Propuesta –Macroproyecto- Manizales Ciudad de Arte. Presentada para el Sesquicentenario de Manizales.

 

Puesta en marcha de la Maestría en Filosofía.

Puesta en marcha de la Maestría en Didáctica del Inglés.

Puesta en marcha de la Maestría en Educación.

Puesta en marcha de la Especialización en Didáctica de la Literatura Hispanoamericana.

Puesta en marcha de la Especialización en Educación Sexual.

Inauguración oficial del Doctorado en Ciencias de la Educación, en el mes de octubre de 1998.

 

Estudiantes que atendió la Facultad en sus diferentes programas durante el primer semestre de 1998: 933.

Estudiantes que la Facultad de Artes y Humanidades a través de sus Departamentos y Programas, atendió en programas adscritos a otras Facultades en el primer período académico de 1998: 1.938.

Gran total, primer período académico de 1998: 2.871 estudiantes.

Estudiantes inscritos en diferentes cursos de extensión a la comunidad, en el primer período académico de 1998: 745.

 

Los programas que integraban la Facultad de Artes y Humanidades lograron inscripciones record para el primer período académico de 1999, con relación al número tradicional de inscritos. En buena parte esto se debió al prestigio de dichos Programas; así: Diseño Visual: 177; Artes Plásticas: 21; Licenciatura en Música: 80; Lenguas Modernas: 139 y Filosofía y Letras: 28.  

 

(Extracto del Informe de Gestión (Informe 190199-01) presentado por Octavio Hernández Jiménez, al Señor Rector de la Universidad de Caldas, Doctor Guido Echeverri, sobre las actividades desplegadas por la Decanatura de Artes y Humanidades y en general por la Facultad a su cargo, en el año de 1998, dando cumplimiento al Acuerdo Nº 048 del 22 de octubre de 1998, expedido por el Consejo Superior. Documento expedido en Manizales, el 19 de enero de 1999 y  recibido en Rectoría el 2 de febrero de 1999).

 

4. ACTIVIDAD ACADÉMICA:

 

Jefe del área de Lingüística, Facultad de Educación, nombrado por el Consejo de Facultad, el 8 de noviembre de 1982, 30 de agosto de 1983 y 26 de agosto de 1985.

Representante de la Escuela de Lenguas Modernas de la Facultad de Educación, en el Comité de Investigaciones, de 1978 a 1979, de 1987 a 1991.

 

Período Sabático concedido por el Consejo de Facultad de Artes y Humanidades y la Vicerrectoría Académica de la Universidad de Caldas, entre 1999 y 2000. (Resolución Nº165 de la Secretaría General de la Universidad).

 

Director de la tesis para optar por la licenciatura, presentada por Roberto Antonio Vélez Correa, titulada “La Mujer en la Narrativa de Gustavo Álvarez Gardeazábal”, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Caldas, noviembre de 1991.

 

Jurado calificador en la sustentación de los trabajos monográficos de grado en la Facultad de Filosofía y Letras: “Algunos aspectos de Investigación lingüística en los barrios Estrella y Fátima”,1977, “Materialidad del signo lingüístico”,1978, “Desvalorización del Hombre Contemporáneo en el pensamiento de Gabriel Marcel”,  1978, “Algunos aspectos de la Realidad y la Fantasía en Julio Cortázar”,  1979, “Influjo de la Propaganda en la Persona Humana” (3 de marzo de 1983), “Lo trágico en Sófocles” (22 de junio de 1983, “El Periodismo en la Comunicación social” (16 de septiembre de 1983), “Memorias del Subsuelo del escritor ruso Fedor Dostoievski”(12 de diciembre de 1983), “Preferencia y consumo de los medios de comunicación masiva” (13 de marzo de 1984), “La conciencia de sí en Fernando González” (25 de abril de 1984), “Aproximaciones al pensamiento filosófico y literario de Ernesto Sábato”, de León Sigifredo Ciro y Luz Stella Trejos, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Caldas, mayo de 1984, “Las ideas literarias en dos generaciones de Caldas” (31 de agosto de 1984),  “Apuntes para una interpretación del Nadaísmo”, de Orlando Sierra Hernández (7 de junio de 1985), “El aspecto paisajístico en la obra de Jorge Isaacs, María” (28 de abril de 1986), “La Náusea o la soledad del filósofo” (1 de noviembre de 1988), “Introducción al estudio del Marqués de Sade” (29 de marzo de 1989), “Acercamiento a la obra de Rafael Arango Villegas” (12 de mayo de 1989).

 

5. EVALUACIÓN PROFESORAL:

 

FACULTAD DE EDUCACIÓN

CONSEJO DE FACULTAD

 

Nombre del profesor: OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

Año académico evaluado: 1990

 

CUMPLIMENTO DE LABORES:

Decano: 40/40

Jefe inmediato (Secc, o Depto): 20/20

 

RELACIONES UNIVERSITARIAS:

Decano: 20/20

Jefe inmediato: 10/10

Estudiantes: 10/10

 

CONOCIMIENTOS:

Jefe inmediato: 20/20

Estudiantes: 30/30

 

METODOLOGÍA:

Jefe inmediato: 20/20

Estudiantes: 30/30

 

TOTAL PUNTAJE: 200/200

 

MARÍA LEONOR VILLADA S. (firmado)

Decana y Presidente del Consejo de Facultad.

MARÍA DEL SOCORRO RODRÍGUEZ (firmado)

Secretaría

 

6. DISTINCIONES:

 

Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, según resolución 069 del Consejo Superior, del 2 de diciembre de 1993.

Premio a la Investigación Científica Universidad de Caldas (Vicerrectoría de Investigaciones y Postgrados), (10 de diciembre de 1997).

Premio a la Investigación Universitaria Gobernación de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000), con la obra “El Paladar de los Caldenses”.

Primer Premio Concurso de Cuento Universidad de Caldas (1984), con la obra “Canción de Cuna para un moribundo”,  Hipsipila, Revista de Extensión Cultural U. de C., vol.1, Nº1, (1985). 

Flor de Oro del Café, I Nuevos Juegos Florales de Manizales, categoría Ensayo, patrocinados por la Alcaldía de Manizales y el Centro de Escritores, (1993), con el texto “Paisaje Sonoro”.

Mención de Honor, II Nuevos Juegos Florales de Manizales, (1994), categoría Ensayo, con el texto “De boca en boca”.

Flor de Oro del Café, III Nuevos Juegos Florales de Manizales, (1995), categoría Ensayo, con el texto “De supersticiones y otras yerbas”.

Medalla de Honor en los Carnavales del Duende 1994, “por sus valores y acciones cívicas con la comunidad de San José”. Corregimiento de San José de Risaralda, Caldas, (13 de noviembre de 1994).

Orden del Duende Ecológico, en su primera versión, otorgada por la Alcaldía Municipal de San José Caldas (Resolución Nº 093-08, 9 de octubre de 2008).

Reconocimiento del Consejo de la Facultad de Educación de la Universidad de Caldas “por unanimidad, debido a la labor eficiente y callada en áreas como la investigación y la producción literaria” (Oficio Nº 393, Manizales, 22,12, 1988).

Hijo Adoptivo de Apía (Rda.), por Acuerdo de la Alcaldía Municipal, del 11 de agosto de 2012.

Mensaje de Gratitud y Aprecio del Concejo Municipal de Apía (Rda.), en proposición aprobada por unanimidad, el miércoles 9 de agosto de 2012.

El Centro Literario de Apía (Rda.), desde el año 2012, lleva el nombre de “Centro Literario Octavio Hernández Jiménez”.

El Honorable Concejo y la Alcaldía Municipal de San José Caldas, por el Acuerdo Número 423 de 2017, bautizaron la biblioteca construida por el gobierno del Japón, en 2010, como Biblioteca Pública Octavio Hernández Jiménez (19 de marzo de 2017). 

La Administración Municipal de Viterbo (Caldas), en la tertulia llevada a cabo el 12 de enero de 2018, en el Centro Artístico Yuruparí, otorgó a Octavio Hernández Jiménez el título de “Hijo Adoptivo de Viterbo Caldas”.

El 13 de septiembre de 2018, la Revista Gourmet del Eje Cafetero y la junta organizadora del II Encuentro de Saberes Culinarios llevado a cabo en el Banco de la República, sede Manizales, entregaron a Octavio Hernández Jiménez una placa de vidrio como reconocimiento a su labor investigadora en el área de la cocina regional y la publicación de textos sobre gastronomía. 

 

 

 

 “OCTAVIO HERNÁNDEZ, EL MÉDICIS DE SAN JOSÉ CALDAS”

 

                                                                Carlos Arboleda González*

 

La tierra no es nuestra y, aunque tardíamente sabemos que nosotros somos los que le pertenecemos, de este principio inmemorial surge ese arraigo inalienable por el lugar de nacimiento, por el pueblo, por la ciudad, por la cuna y por el verdadero hogar del ser humano. Todo otro elemento vino luego. Tal vez el sentido de extrañamiento por nuestra patria chica sea tan natural como el que sentimos por algo congénito y amado. Pero ocurre que, como seres humanos, debemos crecer para reconocer, muchas veces demasiado tarde, el entrañable valor que subyace en este sentido de pertenencia.

 

Así como nos gusta la casa materna y la ropa y el comedor, también nos encanta ostentar esa prenda de la familiaridad, muchas veces manifiesta en el apellido, motivos suficientes para buscar un lugar en la vida y un lucimiento, y también un reconocimiento. Pero existen ciudadanos que siguen queriendo a su pueblo todo el tiempo y viven este reconocimiento a la inversa: o sea que quieren seguir adornando su lugar de origen, como si el agradecimiento fuese su vocación.

 

Así, Octavio Hernández Jiménez, desde hace tiempo, se ha dedicado a adornar a su pueblo natal, San José de Caldas, con las galas del arte, porque él no sólo cree, sino que lo sabe y lo vive, que los bienes más preciosos de un ser humano son los bienes naturales retocados por el arte, por el alma y por la cultura. Él sabe más que muchos cuánto vale un libro, una estatua y un aire musical; y también, cómo aroman nuestra vida el recuerdo, las tradiciones orales, las pequeñas historias de la infancia, sus dichos, sus refranes y sus alimentos.

 

Y ahora, cuando la Providencia le ha permitido cesar en sus trabajos profesionales, y tiene el grato privilegio de gozar de su pensión de jubilación, después de mucho tiempo de docencia en la Universidad de Caldas, reconfirma su tarea de seguir adornando, desde la propia Sixtina de San José de Caldas y sus aledaños terrígenos, en aquellas breñas en las que nació respirando el aire puro de los valles del Risaralda y del Cauca, mientras contemplaba las cumbres blancas andinas de nuestra Tama, Cumanday o Ruiz.

 

En su pueblo natal, especialmente en la iglesia, él ha ido reuniendo una valiosa colección de obras de arte de artistas regionales, donadas a título personal, por propia voluntad y gusto, para que allí, sus propios y visitantes, puedan recordar en forma vívida que el arte y el espíritu nos sobreviven de la manera más alta. Lo primero que hizo fue donar su valiosa biblioteca enriquecida, especialmente por los clásicos.

 

Luego, preocupado por la suerte cultural de San José, Octavio Hernández, amante del arte como pocos, con una generosidad sin igual, ha financiado varios proyectos, los que ha donado de manera ejemplar. El primero fue una escultura en bronce de Jorge Vélez Correa, “El Duende”, obra que un alcalde sin sentido ni formación cultural relegó del sitio estratégicamente escogido y que hoy se encuentra arrinconada sin prestar la función didáctica que pretendía: quien ingresara al bosque a cortar árboles, el duende lo embolataba.

 

Más tarde, Walter Castañeda, en 1998, por encargo de Hernández Jiménez, pintó en la iglesia un mural llamado “El Juicio Final”, de 4,50 metros de alto por 2,80 de ancho, que representa los pecados y las virtudes del siglo XX. Ahora, el próximo 13 de julio, la parroquia recibirá un mural en madera, “La Sagrada Familia”, tallada por Fernando Alvarado, conformado por aquellas figuras bíblicas pero con conceptos y mensajes modernos. Antes, Alvarado había tallado en madera un Vía Crucis, también encargado por Hernández Jiménez.

 

Fernando Botero, de igual forma, nos ha dado ejemplo al reubicar una valiosa colección de su factura en su tierra de origen, Colombia y Medellín, porque como dice el tango, “siempre se vuelve al primer amor” y, el primer amor, como piensa Octavio Hernández Jiménez, es la tierra madre.

 

Hemos visto lejana la expresión “mecenas”, la que hemos asociado con los Médicis y con algunos césares de la antigüedad, pero creo, con todo respeto y admiración, que los hechos de Hernández Jiménez merecen ser contados y reconocidos, más porque sus móviles son íntimos, personales y a la vez generosos, desprendidos y naturales. Y, además, está demostrando que para ser mecenas, en esta tierra, no hay que contar con grandes capitales, ni ser parte de un macroproyecto, ni pretender una estatua inmediata o postrera en esta bella Sixtina de San José de Caldas.

 

¡Qué bueno sería que cada pueblo de Caldas tuviese un mecenas, un Lorenzo de Médicis local, como Octavio Hernández Jiménez! Otra sería nuestra suerte y muchas Florencias adornarían nuestro territorio.

 

 

(El Doctor Carlos Arboleda González publicó este artículo en el diario La Patria, julio de 2001, p.5a. Ejercía el cargo de Director del Instituto Caldense de Cultura).

 

 

***

 

“OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ Y SAN JOSÉ DE LOS MITOS”

 

Carlos Arboleda González*

 

San José de Caldas, por su ubicación privilegiada, está llamado a convertirse en un destino turístico, para lo cual debe modificar su nombre y llamarse, más bien, San José de los Mitos, más comercial y con suficientes leyendas para justificarlo, como lo es la historia del Duende.

 

Este pequeño municipio tiene una respetable familia, los Hernández que ha sobresalido, por varias generaciones, en el campo del comercio, la política, la religión y el arte.

 

A Octavio Hernández Jiménez (1944), licenciado en Filosofía, Letras e Historia, profesor titular de la Universidad de Caldas, ya jubilado; autor de “Los Funerales de Don Quijote”, “Camino Real de Occidente”, “La Explotación del Volcán”, “El Paladar de los Caldenses”, “De Supersticiones y otras yerbas”, “Nueve Noches en un Amanecer”, “Cartas a Celina”, “Del Dicho al Hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas”, entre otros, podemos compararlo, obviamente guardadas proporciones, con Lorenzo de Médici (1449-1492), llamado el Magnífico, príncipe de Florencia, además de banquero, filósofo y poeta, mecenas de Sandro Boticelli, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti y fundador de la Biblioteca Laurenciana.

 

Desde hace varios años, Octavio, el Médici nuestro, optó por convertirse en un mecenas de la cultura y del arte de San José de los Mitos. Lo primero que hizo, cuando murieron sus abuelos, fue adquirir los derechos de dicho predio y dedicarle sus ingresos profesionales, por varios años, a realizar una restauración lo más fidedigna posible. Hoy, esta casa, la más bella de la municipalidad, engalana el paisaje visual privilegiado de quienes transitan por el lugar.

 

La casa de los Hernández descresta de entrada pues al ingresar encontramos dos bellas tallas del maestro Fernando Alvarado. El segundo piso de la edificación es, sin exageración, una galería de arte, empezando por los muebles Art Decó.

 

Los principales pintores caldenses están allí. Sandy Arcila, el del Mural del Instituto Universitario, adorna la sala que da a la plaza, con tres óleos, entre ellos uno con la figura de Octavio cuando aún era joven y otro llamado “La Muerte del Colono” que es la historia de su abuelo quien murió de fiebre amarilla.

 

Pero también están Ángel María Palomino, David Manzur, Mari Paz Jaramillo, Jorge Vélez Correa, Jesús Franco, Bernardo Arias, Diego Panesso, Adolfo Peña, Óscar Naranjo, Jorge Eliécer Rodríguez, Walter Castañeda, Luz María Jaramillo, Mario Escobar Ortiz, Alberto Betancur, John de Greck, Carlos Augusto Buriticá, Marisol Rendón y Gustavo Villa.

 

Hay un cuarto especial dedicado al artista del pueblo, Alcides Arenas, de la vereda Altomira, con cuadros pintados de manera primitiva, con temas eminentemente populares, de elemental belleza y gracia, llenos de humor.

 

Los cielo rasos de la casa son espectaculares; una parte son en lámina corrugada y otra en madera con figuras geométricas pintadas en alegres colores. El cuarto principal, con una cama de cobre del siglo XIX, tiene un escritorio también antiguo y una pequeña biblioteca donde sobresalen Jorge Luis Borges y otros clásicos de la literatura universal; allí, de igual manera, podemos apreciar, magníficamente dispuestos, los pergaminos y las placas que le han dado en diferentes homenajes.

 

Ningún municipio de Caldas tiene una casa como la de Octavio Hernández Jiménez, imponente y bella por fuera y una verdadera obra de arte por dentro.

 

Pero, el mérito mayor de este escritor radica en las obras de arte que ha venido donándole a San José de los Mitos. En la iglesia de Nuestra Señora del Carmen hay un gran óleo de Walter Castañeda, “El Juicio Final”; una talla en madera de Fernando Alvarado, “La Sagrada Familia” y el Vía crucis del mismo artista. Al lado de un Simón Bolívar muy simpático que existe en la plaza principal, está una escultura de Jorge Vélez Correa, “El Duende” que él gestionó ante el gobierno departamental para su adquisición. Al entrar al edificio de la Alcaldía se ubica “Familia colombiana” de Fernando Alvarado y, en el salón Ancízar Henao, observamos “Luz del Mundo”, de su autoría.

 

Pocos seres humanos, sin grandes recursos económicos, como lo es Octavio Hernández Jiménez, le han dado tanto a su pueblo. Con el desprendimiento está demostrando que es un hombre superior, un alma pura que ama no sólo el arte y las raíces ancestrales que heredó de sus padres, sino que también está expresando, de manera visible y palpable, el amor profundo que siente por su patria chica. El Médici nuestro, Octavio el Magnífico, merece estas sinceras líneas, escritas con admiración, veneración y gratitud. Hombres como él hacen grande a un país. ¡Lástima que no abunden!

 

 

(El Doctor Carlos Arboleda González, Secretario de Cultura de Caldas, publicó este comentario, en el diario La Patria de Manizales, el 4 de agosto de 2009, p.7b).

 

 


REPÚBLICA DE COLOMBIA

 

CONCEJO MUNICIPAL SAN JOSÉ CALDAS

 

NIT. 810001998-8

 

 

ACUERDO MUNICIPAL N°423 DE 2017

 

De conformidad con lo establecido en la ley 397 modificado por la ley 1158 de 2008, con lo establecido en los artículos 312 y313 de la constitución política y,

 

CONSIDERANDO:

 

Que en el municipio de San José se cuenta con una biblioteca con la cual se pretende fortalecer la formación cultural y literaria de todos los ciudadanos.

 

Que OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ a lo largo de su vida ha contribuido al desarrollo cultural tanto de la nación, el departamento y el municipio de San José por medio de todas las obras literarias que ha publicado entre las que se encuentran:

 

  • Geografía dialectal (1984)
  • Funerales de Don Quijote (1987 y 2002)
  • Camino Real de Occidente (1988)
  • La Explotación del Volcán (1991)
  • Cartas a Celina (1995-2018)
  • De Supersticiones y otras yerbas (1996)
  • El Paladar de los caldenses (2000 y 2006)
  • Nueve Noches en un amanecer (2001)
  • Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003)
  • El Español en la alborada del siglo XXI (2002)
  • Los caminos de la sangre (2011)
  • Apía, tierra de la tarde (2011)
  • Los Ídolos del Hogar; del mito y la leyenda en Caldas (2016)
  • Fiestas Patronales; de lo sagrado a lo profano (2017)
  • Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006)

 

 

Que adicionalmente el ilustre escritor le ha prestado sus servicios a la nación desempeñándose como docente de la Universidad de Caldas, decano de la Facultad de Artes y Humanidades y vicerrector académico de la misma institución pública del orden nacional.

 

Que la biblioteca pública municipal del municipio de San José fue creada mediante el acuerdo municipal 165 del 27 de mayo del año 2005.

 

Que es legítimo asignarle a la biblioteca el nombre del ilustre escritor toda vez que ha sido una petición regular de la comunidad, teniendo en cuenta todos los servicios que le ha prestado OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ al desarrollo de la cultura nacional, y teniendo en cuenta sus servicios a la nación fortaleciendo la cultura desde el ámbito académico, por tal motivo

 

SE LE ESTABLECE EL NOMBRE A LA BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE SAN JOSÉ CALDAS

 

ACUERDA:

 

ARTÍCULO 1° - Asignarle como nombre a la biblioteca pública del municipio de San José:

“BIBLIOTECA PÚBLICA OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ”.

 

ARTÍCULO 2° - Artículo de control, expídanse sendas copias a las instituciones requeridas.

 

ARTÍCULO 3° - El presente acuerdo rige a partir de su sanción y publicación.

 

PUBLÍQUESE, COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE

 

Dado en el honorable Concejo Municipal de San José Caldas el día dieciséis (16) de marzo del 2017.

 

YON IMER HENAO SÁNCHEZ (fdo)     LUZ ADRIANA GIRALDO G. (fdo).

 

Presidente del H.C.M.                                          Secretaria del H.C.M. 

 

 

7. OTRAS ACTIVIDADES:

 

Miembro fundador y de número de la Academia Caldense de Historia (desde 16 de agosto de 2.003, fecha de su fundación),

Miembro del Centro de Escritores de Manizales (1.990),

Miembro fundador del Museo de Arte de Caldas (desde 15 de junio de 2.000, fecha de su fundación),

Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas (desde 2.001),

Codirector de la Revista Grafía Plena, en compañía de Gloria Luz Ángel, Octavio Arbeláez y Octavio Escobar (Revista Literaria de La Patria, Manizales, (1988-1990). 

Conferencista y ponente en distintos eventos institucionales, municipales, regionales y nacionales, entre ellos:

Expositor Encuentro de la Palabra, Riosucio Cds. (1990),

Presentación del poeta y escritor William Ospina como ganador del Premio Nacional de Poesía 1992, con la obra El país del viento, el auditorio de la Casa de Poesía Silva, (1992).

Conferencia “Teodoro Jaramillo, escéptico y burlón”, área cultural del Banco de la República, Manizales (1984).

Conferencista Centenario de la Constitución de 1886, área cultural del Banco de la República, Manizales (1986),

Ponente en Congreso de Historia Regional, celebrado en Supía, Caldas, 1998. Tema: Centenario de Luis Donoso.

Ponente Cátedra Unesco, de carácter internacional, en la Universidad Nacional, sede Manizales (2000),

Conferencista I Centenario de creación del Departamento de Caldas (1905).

Conferencista 101 años de Caldas, Auditorio Secretaría de Cultura, abril de 2006.

Conferencia en el centenario de Sergio Trujillo Magnenat, Banco de la República, Manizales, octubre de 2011.

Conferencia  sobre “Minería Infernal”, Academia Caldense de Historia, Manizales, 2015.

Fundación El Escondite, Manizales, Programación “Nos queda la palabra”. Homenaje a Cervantes, en el cuarto centenario de su muerte (1616-2016). Dos conferencias: “Antonio Nariño y el Quijote” y “El Quijote en Caldas”, Manizales, agosto de 2016. 

Conferencia sobre la alimentación del pueblo Quimbaya a la llegada de los españoles, Museo del Oro Quimbaya, Banco de la República, Armenia, septiembre de 2016.

Conferencia, en la Academia Caldense de Historia, sobre Miguel de Cervantes, en el IV Centenario de su fallecimiento. Noviembre de 2016.

Conferencia sobre Comida Navideña en Caldas, con la respectiva degustación, ofrecida en el recinto del Banco de la República de Manizales, el 15 de diciembre de 2016.

Ha patrocinado los concursos de Cuento, Poesía y Crónica Local, en los años 2007, 2008, 2009, 2013, 2014, 2015, entre el estudiantado de primaria y secundaria, en el Municipio de San José Caldas.

Conferencia sobre el Quijote, en la casa de la cultura de Apía (Rda.), el 23 de abril de 2018, Día del Idioma.

Conferencia en Apía (Rda.) sobre el Camino de Santiago de Compostela, el 23 de abril de 2018.

Conferencia y tertulia en Anserma Caldas los días 16 y 17 de agosto de 2018, dentro de la celebración de la fundación de esta ciudad, en 1539, sobre la historia de Anserma Caldas, entre los siglos XVI y XX.

Conferencia en el auditorio del Banco de la República de Manizales, el 13 de septiembre de 2018, sobre Contribuciones de la cocina caucana a la cocina caldense.

Patrocinó los concursos de Poesía y Cuento, en el Centro Literario de Apía (Rda.), en los años 2012, 2013, 2014.

 

DONACIONES de obras de arte al pueblo de José Cds.: En el templo parroquial reposa el mural Juicio Final del Siglo XX; óleo sobre madera (4.50 por 2.80 m.), obra de Walter Castañeda (Eva Clarens); (año 1998).  Viacrucis (14 estaciones): tallas en madera del Maestro Fernando Alvarado R. (año 2000). La Sagrada Familia, (2 por 2 m), (año 2001). Las tallas La Fe y la Sabiduría, tallas en madera de Octavio Hernández Jiménez (año 2004).

 

Otras donaciones de arte: En la escalera central de la Alcaldía municipal reposa la talla Familia colombiana, del Maestro Fernando Alvarado (año 2002) y en el Auditorio Municipal quedó Lux Mundi, talla en madera obra de Octavio Hernández Jiménez (año 2004). Costeó la restauración de la escultura del Cristo de los Fundadores,  en el centenario de haber llegado al templo de San José Cds. (1914-2014).

 

Otras donaciones: Tallas escultóricas de los caciques Ocuzca y Tucarma, ubicadas en la Biblioteca Municipal de San José Cds. (2010). Logró adquirir la escultura en bronce de El Duende, obra del maestro Jorge Vélez Correa (año 1993) y la placa metálica descubierta como homenaje al viaje del hombre a la Luna, (20 de julio de 1969).

 

8. TEXTOS DE SU AUTORÍA:

 

8.1. Libros:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. Funerales de Don Quijote. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1987 y reeditado en 2002.

______________________ . Camino Real de Occidente. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1988.

______________________ . La Explotación del Volcán. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1989.

______________________ . Cartas a Celina. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1995.

______________________ . Lenguaje y Cultura. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1996.

______________________ . De Supersticiones y Otras Yerbas. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1996.

______________________ . El Paladar de los Caldenses. Manizales: Talleres Edigráficas, 2000 y reeditado en 2006.

_______________________ . Nueve Noches en un Amanecer (Lit. Infantil Oral de Caldas). Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001.

_______________________ . Del Dicho al Hecho: Sobre el habla cotidiana en Caldas. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001, con reedición en 2003.

_______________________ . El español en la alborada del siglo XXI. Manizales: Editorial Manigraf, 2002.

_______________________ . Los Caminos de la Sangre. Manizales: Editorial Manigraf, 2011.

_______________________ . Apía: Tierra de la Tarde, Música en la Montaña. Manizales: Editorial Manigraf, 2011.

_______________________ . Copa América, de locura. Manizales: Editorial Manigraf, 2014.

­_______________________.  Los Ídolos del Hogar: sobre el mito y la leyenda en Caldas. Manizales: Editorial Manigraf, 2016.

_______________________.  Fiestas patronales: entre lo sagrado y lo profano. Manizales: Editorial Manigraf, 2917.

_______________________. Cartas a Celina. Manizales: Manigraf Editores, 2018 y 2019.

 

8.2. COAUTORÍA en las obras:

 

“Geografía Dialectal”, en Escritores del Occidente de Caldas. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1984.

“La Naturaleza de los Nombres”, en Patrimonio y Memoria Cultural de Caldas. Manizales: Gobernación de Caldas, Editorial La Patria, 1994-1995.

“Leyendas Caldenses”, en Nueva Revista Colombiana de Folclor. Bogotá: Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo-Yerbabuena, Vol.5, N°18, 1998.

“En Boca de los Caldenses”, en Caldas Cien Años, Historia y Cultura. Manizales: Gobernación de Caldas, Editorial La Patria, 2005, pp. 72-115.

“Las palabras como herencia”, Memorias Cátedra Unesco. Manizales: Unesco-Universidad Nacional de Colombia, Gestión Integral del Patrimonio en Centros Históricos, Artes Gráficas Tizán, Manizales, 2001.

“Palabras en Situación”, en Identidad Cultural, entre lo local y lo global. Manizales: Gobernación de Caldas-Secretaría de Cultura de Manizales, Artes Gráficas Tizan, 2004.

Su ensayo “El Quijote en Colombia”, hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar, Centro de Estudios Cervantinos, Editorial Castalia, Volumen III, Madrid, 2006.

 

Es coautor de la página web institucional de la Gobernación de Caldas, “Cátedra Caldas”, www.sedcaldas.gov.co que versa sobre Cultura Popular en el Departamento (2007).

 

8.3.  OTROS ENSAYOS, en las siguientes publicaciones:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. “El País del Viento”. Bogotá: Revista Casa de Poesía Silva, Bogotá, 1993.

____________________ . “La máscara de lodo”. Manizales: Hipsipila, Revista Cultural de la Universidad de Caldas, vol.1, Nº2 (1988),

____________________ . “Una Noche en la Casa Silva”. Manizales: Hipsipila, Vol.1, Nº5, (1994),

____________________ . “Libro de cabecera”. Manizales: Hipsipila, vol.5, Nº1, (1998),  

____________________ . “Las Auroras de Sangre”. Manizales: Hipsipila, vol.6, Nº1, (1999), en la Revista Hipsipila de la Universidad de Caldas;

____________________ . “Belisario Betancur muy personal”. Manizales: Revista Greca de Tinta, Año 1, Nº2, 1994.

____________________ .  “Juicio en la catedral”. Manizales: Greca de Tinta, Año 2, Nº3, 1995.

____________________ . “Mario Vásquez: el poeta vuelve a casa”. Manizales: Greca de Tinta, Año 2, Nº4, 1995.

____________________ . “José Vélez, patriarca del pensamiento”. Manizales: Greca de Tinta, Año3, Nº5, 1997.

 _____________________. “Vagidos del teatro en Caldas”, Nº2, (1998),

____________________ .  “Madre Nuestra Celestina”. Manizales: Revista Acto Público del Consejo Caldense de Teatro, Nº 3, 2000.

____________________ . “Anserma Caldas: Nuevas teorías sobre su fundación”. Manizales: Revista Integración Caldas, Quindío, Risaralda, Chocó, Nº22, mayo-junio de 1989.

 

8.4. TEXTOS PUBLICADOS EN LA REVISTA DOMINICAL DEL DIARIO LA PATRIA DE MANIZALES:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. “La Palabra como Universo”. Manizales: La Patria. Revista Dominical, 21 de agosto de 1983, p.2.

____________________ . “Peregrinación de Omega”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 30 de octubre de 1983, p.13.

____________________ . “Teatro Fundadores, 20 años”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 3 de noviembre de 1985, p.17.

____________________ .  “Retreta en la Universidad”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 19 de octubre de 1986, p. 7.

____________________ . “Que tiemblen las palomas”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 9 de noviembre de 1986, p.6.

____________________ . “La destrucción del recuerdo”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 14 de diciembre de 1986, p.16.

____________________ . “Profecías del pasado y el futuro”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 14 de junio de 1987, p.8.

___________________ . “Comprensión de lectura”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 25 de octubre de 1987, p.4.

___________________ . “María y el mendigo”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 17 de mayo de 1987, p.7.

___________________ . “La fábula de Euclides”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 28 de junio de 1987, p.8.

___________________ . “Blanca Nieves prohibida”. Manizales: La Patria, Revista Dominical, 18 de octubre de 1987, p.8-9.

 

8.5. TEXTO PUBLICADOS EN EL PERIÓDICO QUEHACER CULTURAL DE MANIZALES:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. “Rodillos y estampaderas. Exposición de Alberto Betancur”. Manizales: Quehacer Cultural, mayo de 1983, p.5.

_____________________ . “Buriticá: Nuevos caminos”. Manizales: Quehacer Cultural, junio de 1983, p.2.

_____________________ . “El artísimo de Matijasevic”. Manizales: Quehacer Cultural, octubre de 1983, p.11.

_____________________ . “Pintando con luz”. Manizales: Quehacer Cultural, noviembre de 1992, p.2.

_____________________. “De la vida doméstica entre los siglos XVIII y XIX”. Manizales: Quehacer Cultural, N°370, junio de 2019.

 

8.6. TEXTOS PUBLICADOS EN GRAFÍA PLENA, REVISTA LITERARIA DE LA PATRIA DE MANIZALES:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. “Genealogía de los fantasmas I”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 8 de mayo de 1988, p.6-7.

_____________________. “Genealogía de los fantasmas II”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 12 de junio de 1988, p.12-13.

_____________________ . “Postrimerías de la vida”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 13 de octubre de 1988, p.8.

____________________ . “Zona sagrada”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 12 de marzo de 1989, p.7.

____________________ . “La casa natal de García Márquez”. Manizales: La Patria, Grafía Plena,  9 de abril de 1989, p.8-9.

____________________ . “Luz María Jaramillo se crece”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 11 de junio de 1989, p.14.

____________________ . “Diez años de frenética cordura”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 1 de octubre de 1989, p.16.

____________________ . “¡Que viva la Música!”. Manizales: La Patria, Grafía Plena,  12 de noviembre de 1989.

___________________ . “Video Barichara”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 10 de diciembre de 1989, p.5.

___________________ . “Agustín Restrepo, poeta costumbrista”. Manizales: Grafía Plena,  11 de marzo de 1990, p.12-13.

___________________ . “Sueños de Elkin Restrepo”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 10 de junio de 1990, p.8.

___________________ . “Encuentro popular de la palabra”. Manizales: La Patria, Grafía Plena, 9 de septiembre de 1990, p.16.

 

8.7. TEXTOS PUBLICADOS EN DOMINICALES, REVISTA DEL PERIÓDICO LA PATRIA DE MANIZALES:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. “A la luz de Bachelard”. Manizales: La Patria,  Dominicales, 1992, pp.10-11.

 

____________________ . “William Ospina, el Poeta Esperado”. Manizales: La Patria,  Dominicales, 7 de marzo de 1992, p.2.

 

8.8. PÁGINAS PUBLICADAS EN “TEXTOS”, PUBLICACIÓN DEL DEPARTAMENTO DE INVESTIGACIÓN Y FORMACIÓN TEATRAL, FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE MANIZALES:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. “Teatro en sol menor”. Manizales: Textos, Editorial La Patria,  5 de septiembre de 1988, p.5.

____________________ . “Un Laoconte femenino”. Manizales: Textos, Editorial La Patria, 6 de septiembre de 1988, p.4.

____________________ . “La Parodia del circo”. Manizales: Textos, Editorial La Patria, 7 de septiembre de 1988, p.3.

____________________ . “Teatro Dada”. Manizales: Textos, Editorial La Patria,  8 de septiembre de 1988, p.2.

____________________ . “Las compañías de la muerte”. Manizales: Textos, Editorial La Patria, 9 de septiembre de 1988, p.7.

____________________ . “Tec, tec, a ritmo de tren”. Manizales: Textos, Editorial La Patria, 4 de septiembre de 1989, p.3.

____________________ . “Suiza: las palabras y las cosas”. Manizales: Textos, Editorial La Patria, 5 de septiembre de 1989, p.4.

____________________ . “Fanfarria de la infancia inútil”. Manizales: Textos, Editorial La Patria, 6 de septiembre de 1989, p.8.

____________________ . “La sonata de Ananda”. Manizales: Textos, Editorial La Patria, 7 de septiembre de 1989, p.4.

____________________ . “Esta es Colombia, Pablo”. Manizales: Textos, Editorial La Patria,  8 de septiembre de 1989, p.8.

____________________ . “Un teatro francés”. Manizales: Textos, Editorial La Patria, 9 de septiembre de 1989, p.6.

 

8.9. TEXTOS PUBLICADOS EN “PAPEL SALMÓN”, REVISTA DOMINICAL DEL DIARIO LA PATRIA DE MANIZALES:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. “Tucarma, héroe desconocido”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 11 de octubre de 1992, p.2.

_____________________ . “De mitos, leyendas y espantos”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 25 de octubre de 1992, pp.6-7.

_____________________ . “Delirios de carnaval”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 20 de diciembre de 1992, p.2.

_____________________ . “Alberto Londoño se despide”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 21 de marzo de 1993, pp.6-7.

 

_____________________ . “El lenguaje de los animales”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 25 de abril de 1993, 5.

____________________ . “Las tintas del jardín”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 23 de mayo de 1993, pp.4-5.

____________________ .  “Coca y cultura en Caldas”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 15 de agosto de 1993, p.2.

____________________. “El jardín que todos conocemos”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 12 de septiembre de 1993, p.2.

____________________ . “Las chivas siguen vigentes”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 19 de septiembre de 1993, pp.2-3.

____________________ . “El mundo de Sonia Isabel y sus muñecas”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 31 de octubre de 1993, p.2.

____________________ . “Anserma y su saga de leyendas”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 28 de noviembre de 1993, p.5.

_____________________ .  “El Collar de la Paloma”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 28 de agosto de 1994, p.16.

_____________________ . “Corriente de vida”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 23 de octubre de 1994, pp.2-3.

_____________________ . “¡Adelante que va Bermúdez!”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 30 de octubre de 1994, pp. 4-5.

_____________________.  “G. Rau, más que una bella historia de arte”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 11 de agosto de 2002, pp. 4-5.

_____________________. “El idioma de la realidad”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 20 de abril de 2003, p.6.

_____________________. “El arte cuestiona la historia colombiana: Colombia una mirada política”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 14 de septiembre de 2003, p.3.

_____________________. “Cuando calla el cantor”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 12 de octubre de 2003, p.3.

_____________________. “Los límites de la forma: Docencia y arte en el Palacio”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 14 de mayo de 2006, pp.2-3.

_____________________. “Widemann: Grande de la vanguardia colombiana”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 28 de mayo de 2006, p.6.

_____________________. “Luis Caballero y sus refriegas sensuales”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 24 de septiembre de 2006, p.3.

_____________________. “Energía y brío en Matijasevic”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 3 de diciembre de 2006, p.7.

_____________________. “Fotografía: Verdad y Simulación”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 11 de febrero de 2007, p.3.

_____________________. “El sueño americano de un idioma: Se habla español”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 25 de marzo de 2007, pp.4-5.

_____________________.  “Carlos Rojas y la superación del objeto”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 17 de junio de 2007, p.3.

_____________________. “Uré: pezuña y bahareque de Cristo Hoyos (La sensación del objeto)”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 9 de septiembre de 2007, p.2.

_____________________. “Kendon Macdonald y la cocina nacional”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 2 de marzo de 2008, p.6.

_____________________. “Clamores delirantes por la libertad: a 40 años de mayo del 68”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 4 de mayo de 2008, pp.4-5.

_____________________. “Presencia de la raza negra en el país: la lección que no aprendimos”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 31 de agosto de 2008, p.7.

_____________________. “Aquellos desayunos trancaos”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 28 de septiembre de 2008, pp.2-3.

_____________________.  “Fernando Alvarado, más que cálida madera”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 1 de marzo de 2009, p.3.  

_____________________. “Por el amor del Japón”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 3 de mayo de 2009, pp. 4-6.

____________________. “Artesanía-Artefacto-Arte”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 21 de junio de 2009, p.3.       

_____________________.  “Míster América está de visita”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 30 de agosto de 2009, pp.4-5.

_____________________. “Tinto excelso o nada”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 27 de septiembre de 2009, p.2.

_____________________. “Magnífica retrospectiva de Giangrandi”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 1 de noviembre de 2009, p.6.

____________________. “Leonardo Da Vinci, “primera mente moderna de la historia”.

Manizales: La Patria, Papel Salmón, 8 de noviembre de 2009, pp.4-5.

____________________ . “Rayo y sus trampas para los ojos”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 29 de noviembre de 2009, p.3.

____________________ . “Víctor Hurtado y el Manizales clásico de sus fotografías”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 29 de noviembre de 2009, pp.4-5.

____________________ . “Abadía Morales, investigador y divulgador del folclor”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 31 de enero de 2010, p.6.

____________________ . “Boticelli: 500 años de una obra refinada”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 14 de marzo de 2010, p.4-5.

____________________. “Saboreando nuestra historia: Las frutas de la discordia”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 25 de julio de 2010, pp. 4-5.

____________________. “Disfrute la Independencia, con el BAT”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 19 de septiembre de 2010, pp. 4-5.

____________________. “Carlos F. Alvarado: cine para leer”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 31 de octubre de 2010, p. 6.

____________________. “Contando piedras en el jardín de mi casa”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 7 de noviembre de 2010, p.3.

____________________. “Reconocimiento al trabajo de Hermann Lema”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 14 de noviembre de 2010, p.2-3.

____________________. “Rogelio Salmona: Arquitectura para los sentidos”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 20 de febrero de 2011, p. 2-3.

____________________. “Retrato de un hombre gentil”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 27 de febrero de 2011, p.6.

____________________. “La Casa de los Festejos”. Manizales: La Patria, Papel Salmon, 24 de abril de 2011, p.4-5.

____________________. “A modo de acta inaugural”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 19 de junio de 2011, pp.4-5.

____________________. “El Carnaval como alegoría festiva de una cultura”. Manizales, La Patria, Papel Salmón, 24 de julio de 2011, pp.4-5.

____________________. “Machu Picchu como experiencia personal”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 21 de agosto de 2011, pp. 4-5.

____________________. “Hérmann Lema, poeta de voces errabundas”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 11 de septiembre de 2011, pp. 2-3.

____________________. “Espacio propio para Trujillo Magnenat, en su centenario”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 23 de octubre de 2011, pp.4-5.

____________________. “Bellas Artes: 80 años de fuerza viva”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 4 de diciembre de 2011, pp.4-5.

____________________. “Fragmentos visuales del cuerpo”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 12 de febrero de 2012, p.6.

____________________. “Guernica: Grito en la pared”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 13 de mayo de 2012, pp.4-5.

____________________. “De paso por las islas flotantes”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 10 de junio de 2012, pp.4-5.

____________________. “Villamaría, conglomerado irreductible”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 17 de junio de 2012, pp.2-3.

____________________. “Así nació la Academia Caldense de Historia”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 12 de agosto de 2012, p.4.5.

____________________. “En Jacanamijoy, el mundo es imagen”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 9 de septiembre de 2012, p.3.

____________________. “Obra temprana de Negret”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 28 de octubre de 2012, pp.4-5.

____________________. “Al arca de Noé la llaman galería”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 11 de noviembre de 2012, pp.4.5.

____________________. “Taller de Gráfica de La Habana, un hogar de creación”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 20 de enero de 2013, pp.4-5.

____________________. “Medallones dorados de Manzanares”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 23 de junio de 2013, p.7.

____________________. “Ricardo Villegas, discípulo de grandes maestros”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 30 de junio de 2013, p.7.

____________________. “Nueva Cocina Colombiana”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 1 de septiembre de 2013, pp. 2-3.

____________________. “Arte, testigo de media centuria”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 29 de septiembre de 2013, pp.2.3.

____________________. “Trujillo Magnenat: Abrió puertas al diseño gráfico, en Colombia”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 17 de noviembre de 2013, pp.4-5.

____________________. “Cundiboyacenses en Caldas”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 2 de febrero de 2014, p.3.

____________________. “Bodeguita de las nostalgias”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 2 de marzo de 2014, pp.4-5.

____________________. “Fantasmas ingleses para festejar a Shakespeare”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 20 de abril de 2014, pp.2-3.

____________________. “Macondo en la montaña”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 27 de abril de 2014, pp.2-3.

____________________. “La poesía es un acto de deslumbramiento”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 15 de junio de 2014, p.8.

____________________. “Once Caldas entra a la historia”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 29 de junio de 2014, pp.2-3.

____________________. “Grau y Ortiz: Así trabajan muchos maestros del arte”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 13 de julio de 2014, pp.4-5.

____________________. “Ana Mercedes Hoyos y su legado cultural”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 14 de septiembre de 2014, pp.4-5.

____________________. “Sueño en el Observatorio Astronómico”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 5 de octubre de 2014, pp.3-4.

____________________. “¿Le va a echar ají? Manizales, La Patria, Papel Salmón, 23 de noviembre de 2014, p.3.

____________________. “Una colección de arte puesta en escena”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 22 de marzo de 2015, pp.2-3.

____________________. “Cosme Jaramillo y su lirismo vegetal”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 10 de mayo de 2015, pp.4-5.

____________________. “Conrado Alzate V., poesía para el insomne”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 14 de junio de 2015, p.6.

____________________. “Las pajaritas de papel y la obra de Solorza”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 4 de octubre de 2015, pp.4-5.

____________________. “Festicine El Samán, en Viterbo”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 25 de octubre de 2015, p.6.

____________________. “Siempre volvemos a la comida hogareña”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 13 de diciembre de 2015, pp.4-5.

____________________. “Secretos y tradiciones de las cocinas”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 27 de marzo de 2016, pp. 4-5.

____________________. “Museo de Arte de Caldas mira al futuro”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 10 de abril de 2016, pp.4-5.

____________________. “Obra de Ángel María Palomino – Centenario del San Isidro”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 19 de junio de 2016, pp. 4-5.

____________________. “Leo Matiz: fotografía en blanco y negro”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 12 de marzo de 2017.

____________________. “Andrea Marulanda y su vanguardia”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 8 de octubre de 2017, pp.18-19.

____________________. “Centenario de Guillermo Botero, el poeta de la madera”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 10 de diciembre de 2017, pp.12-15.

____________________. “Enlaces de la cocina griega con la colombiana”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, abril de 2018, pp. 12-15.

____________________. “Miguel Escobar y su simbología”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 8 de julio de 2018, pp. 12-15.

____________________. “Madre nuestra Celestina”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 14 de octubre de 2018, pp. 16-17.

____________________. “Belisario Betancur y su primera lectura”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 10 de marzo de 2019, pp.5-7.

____________________. “La cocina en tiempos de la Independencia”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, julio de 2019, pp.12-15.

____________________. “Gustavo Villa y su fina ironía”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, octubre de 2019, pp.12-15.

____________________. “J.S.Bach en tiempos del coronavirus”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 25 de abril de 2020, p.13.

____________________. “Los goliardos y la Peste Negra”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 30 de mayo de 2020, p.11-12.

____________________. “La violencia en Alejandro Obregón”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 20 de junio de 2020, pp.11-12.

____________________. “Grau y Ortiz, en el Teatro Adolfo Mejía”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 22 de agosto de 2020, pp.11-12.

____________________. “Casa urbana de montaña”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 12 de diciembre de 2020, pp.1-2.

____________________. “La peste de Camus es una fábula”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 27 de febrero de 2021, pp.11-12.

____________________. “Una estrella Michelín en ELCielo”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 8 de mayo de 2021, pp.1-2.

____________________. “Chori Agamez y sus envueltos”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 23 de octubre de 2021, pp.1-2.

____________________. “El Gran Caldas en las acuarelas de Jesús Franco”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 29 de febrero de 2022, pp.1-2.

____________________.  “Botero pinta la violencia”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 7 de mayo de 2022, pp. 12-13.  

____________________. “La luz de los vitrales en Caldas”. Manizales, La Patria, Papel Salmón, 6 de agosto de 2022, pp.11-13

____________________. “Mausoleo de libros” (Diez años del cierre de la Librería Palabras (2012-2022)”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 12 de noviembre de 2022, pp. 11-12.

____________________. “Cien años de Ramírez Villamizar”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 14 de enero de 2023, pp. 12-13.

 

 

8.10. TEXTOS PUBLICADOS EN LA REVISTA IMPRONTA DE LA ACADEMIA CALDENSE DE HISTORIA:

___________________ .  “El Niño y la Niña están de visita”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, Nº1, 2003, p.53.

 ___________________ . “Caldas se viste de fiesta”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, Nº3, nov. 2005, pp. 377-395.

____________________ .  “Don Quijote en Colombia”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, Nº5, 2007, p.691.

____________________ . “Algunas sotanas inquietas de Antioquia”. Manizales: Revista Impronta Nº7, 2007, p.767.

____________________ .  “Cocina e Identidad Regional”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, Nº 8, 2008, pp. 205-236.

____________________. “Cruce de caminos”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia”, N° 9, noviembre de 2010, pp.95-125.

____________________. “Los Caminos de la Sangre”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, N° 9, diciembre de 2011, pp.63-82. 

____________________. “Camino Real de Occidente”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, N° 10, agosto de 2012, p.23-48.  

____________________. “La Colombia que naufraga:  I- Colombia perdió un mar.  2- Paro Cafetero”. Manizales: Revista Impronta, N°11, agosto de 2013.

____________________. “2010-2011 Colapso climático”. Manizales: Revista Impronta, Nº 12, noviembre de 2014.

 ____________________. “Minería Infernal”. Manizales: Revista Impronta, N°13, noviembre de 2015.

_____________________. “Ciertas enfermedades virales, a comienzos del siglo XXI”. Manizales: Revista Impronta, N°15, enero-diciembre de 2017, pp.186-215.

_____________________. “San José de Caldas, la montaña encantada”. Manizales: Revista Impronta, N° 16, enero-diciembre de 2018, pp.15-63.

 

8. 11. TEXTOS PUBLICADOS EN LA REVISTA LITERARIA “PAPEL DE OFICIO”:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. “Agustín Restrepo: poeta costumbrista”. Manizales: Corporación Amathea, Editorial Manigraf, febrero de 2017, pp.40-44.

_____________________. “Javier Arias Ramírez partió hace 30 años”. Manizales, Corporación Amathea, Editorial Manigraf, febrero de 2017, p.15.

 

_____________________. “William Ospina: el poeta esperado”. Manizales: Corporación Amathea, Editorial Manigraf,  noviembre de 2017, pp. 71-74.

 

_____________________. “Matilde, poema trágico”. Manizales: Corporación Amathea, Editorial Manigraf, septiembre de 2019, pp. 84-89.

 

_____________________. “Leo Matiz, el fotógrafo de Aracataca”. Manizales: Corporación Amathea, Editorial Manigraf, año 2020, pp.141-145.

 

_____________________. “Anserma, regazo de mi niñez”. Manizales: Grupo Editorial G. M. Manigraf, pp. 61-69.

 

***

 

9.

 

Obras inéditas: “San José de Caldas: La Montaña Encantada”,  “Manizales Muda de Piel”, “La mesa está servida”, “Café Amargo”, “Arte y Memoria en Caldas”, “Once Caldas, la pasión de un pueblo”, “La Batalla del Juicio Final”, “Redoble de campanas; Jesús en Agonía”, “Revista de Historia”(ensayos)”.

 

 

10. CRÍTICA Y COMENTARIOS A LA OBRA

DE OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

 

10.1. EL GOCE DE INVENTAR PALABRAS

 

Por Roberto Vélez Correa

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, LENGUAJE Y CULTURA, Editorial Universidad de Caldas, Manizales, 1966, 134 pp.

 

El investigador, sociolingüística, escritor y profesor titular de la Universidad de Caldas, Octavio Hernández Jiménez, al publicar su último libro “Lenguaje y Cultura”, avanza con propiedad y celo científico, por las rutas de la lengua, convertida en motivo de auscultaciones y goce en la práctica cotidiana de su uso, entre las comunidades olvidadas por el celo escrutador de otros estudiosos.

 

Actual decano de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas, Hernández Jiménez ostenta en su hoja de vida una importante lista de obras: Geografía dialectal (1984), Los funerales de Don Quijote (1987), Camino Real de Occidente (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996).

 

El respaldo biográfico y creativo de Octavio tiene su sello personal o estilo que lo acerca a numerosos lectores por su solvencia en el manejo del lenguaje, sobre todo por su versatilidad a la hora de la cita amable que busca validar el apunte cotidiano. Y más se destaca su prosa ensayística y creativa, por la dosis de humor reconstructor que delata al autor gocetas que habita tras la apariencia inofensiva del docto profesor universitario. Al recorrer con celeridad la lista de sus obras, se encuentra que Hernández es tan diestro y hasta siniestro (por su ironía cuando de denunciar se trata), con los asuntos literarios, como profundo conocedor de las mejores páginas del Siglo de Oro, hasta el historiador que le coquetea a la ficción, cuando aborda los asuntos historiográficos, sin abandonar el tono carnavalesco.

 

Es bueno anotar que el autor de Lenguaje y Cultura ha obtenido sus galardones literarios, como premios de cuento a nivel regional y varias veces caballero triunfador de las justas de los juegos florales resucitados en la ciudad de Manizales, por sus investigaciones y elucubraciones sensibles donde sirve de psicógrafo a su maestro Gastón Bachelard, para urdir páginas memorables, como Cartas a Celina.

 

En Octavio Hernández Jiménez hallo al escritor integral del siglo XX que agoniza, al artista de la palabra que es capaz de hacer convergir en los rastros de escritura de su encendida y privilegiada pluma, a todos los géneros literarios, sin que se escapen aquellos que supuestamente no pertenecen a este firmamento de elegidos. Por ello, tenemos en la Universidad de Caldas a un polifacético docente que tan bien se desenvuelve con la ficción narrativa corta o el cuento, como con el ensayo literario y el sociolingüístico, la crítica de arte, la glosa periodística, el apunte folclórico y hasta, en la novela, aunque permanezca inédita.

 

El libro que entrega con orgullo la Editorial de la Universidad de Caldas, Lenguaje y Cultura, es el producto del ejercicio autoconsciente de la cátedra universitaria, en la asignatura de Sociolingüística que ha impartido durante más de veinte años, a través de los cuales, junto a sus alumnos, el profesor ha logrado reunir un acervo impresionante de comportamientos del lenguaje que descubren ante los ojos asombrados de legos y expertos, una tradición cargada de sabiduría popular.

 

El elemento autoconsciente lo apreciamos en la primera parte de la obra titulada Investigación y Docencia, donde de una manera práctica, el responsable por fin toma el toro por los cuernos de un debate largamente aplazado en la universidad colombiana, en especial la de provincia como la nuestra, sobre la necesidad urgente que tiene la academia de abandonar de una vez por todas la retórica y la mistificación de la teoría y emprender la investigación en serio y en serie.

 

Aquí, Octavio Hernández Jiménez explica su metodología investigativa, fundamentada en parámetros sencillos, sin diagramas sofisticados ni mucho menos mapas conceptuales que espanten la atención del discente o del lector. Bajo la consigna: “sólo se hace investigación investigando”, el autor narra su experiencia frente a los alumnos primíparos que luego del pasaje de iniciación, ingresan en el fascinante mundo de la investigación de campo, al visitar poblaciones cercanas para hablar con sus habitantes humildes y sobresalientes, a quienes se les tienta la verborrea frente a la grabadora para extraer de su espontaneidad el don mágico de la palabra ritual y cotidiana.

 

A la manera de Hernández, y como sólo él es capaz de describirlo, emerge el universo de la pequeña aldea, del discreto poblado, de la población olvidada de los poderes centrales, donde existe gente de vivaz creatividad y, desde sus billares, atrios, portales de cementerios, colegios y cantinas, brota como para ser grabado por el alma magnética de la atmósfera, millares de páginas que de no ser por la visita oportuna de los investigadores de lenguaje, hubieran disuelto sus fonemas en el abismo insondable del olvido.

 

Mas, no todo es curiosidad resuelta en el gracejo oportuno. También surgen las dificultades, como la desconfianza ante el temible aparato de la grabadora o la ignorancia supina de puebleños y gobernantes que se sienten asaltados en su intimidad y prefieren guardar las veleidades de su lenguaje del asomo sistematizador y de por sí desmitificador. Hay reacciones frente al avance académico, cuando pareciera lo contrario frente a los canales abiertos de la comunicación que tornan al planeta en una aldea global. Entonces la investigación lingüística topa con numerosos escollos ya que como lo escribe Eusebia H. Martín: “No todo hablante nativo sirve como informante; la decisión acerca de cuál es bueno y cuál no lo es depende, en última instancia, tanto de las condiciones del informante como de la personalidad del investigador”.

 

Aún así, las tres etapas del método científico: “observación de los hechos significativos, la formulación de hipótesis que traten de explicar esos hechos y luego, la deducción de unas leyes que se puedan poner a prueba”, empiezan a arrojar resultados. Resultado que Hernández titula: “Los apodos en Caldas” y que es el relato sistematizado de esa gran aventura del lenguaje, confrontado con el decir popular. Ya entrado en materia, el texto empieza a explotar (creo que es la palabra adecuada) el sentido de los nombres propios, no sólo de personas sino de ciudades y regiones. Cuando alguien, que se pierde en el inconsciente autorial de la comunidad lanza un sobrenombre, remoquete, arandela o apodo, incluso una chapa, parece que al objeto del apelativo le estuviera haciendo un favor, porque nada que saque de la monotonía puebleña más que un apodo. Por paradójico que parezca, el apodo rescata del anonimato al nombre genérico, a pesar del tufillo de burla y saña que en la mayoría de las veces entrañe un sobrenombre o apodo. A partir de una reflexión seria, Octavio abre el inventario: “Al nombre propio, colocado por razones sentimentales, históricas, de moda o fonética, siempre en el ámbito clausurado de la familia caldense, se añade otra costumbre lingüística de fuerte arraigo social, extrafamiliar, menos convencional y arbitraria que los nombres propios, despreciada por los intelectuales puros e inquisidores de la lengua, como digna de oscuro recato o despreciable silencio” (51).

 

Después del origen y de la trayectoria de los nombres y sus rebautizos, arranca el itinerario de los apodos en la escuela, una auténtica fábrica de esta doble identidad involuntaria que a veces desgracia o congracia, dependiendo del sentido del humor de la víctima. Siguen los medios de comunicación como fuente prolífica de apodos, entre los que se mencionan de la multitud a: Calimán, Pájaroloco, Archibaldo, Capulina, la Potra Zaina, Robocot y todos los que a diario ingresan en la alucinada mirada de los televiciosos.

 

Los apodos totémicos, fundamentados en las teorías antropolingüísticas de Claude Levi-Strauss, como el desafortunado personaje a quien lo bautizaron “Parabólica” por sus orejas y ojos tamaño familiar. O, en qué pueblo no hay, por ejemplo, personajes a quienes se les diga: Cabecepollo, El Tigre, Polloliso, Patelora, La Grilla, La Pisca, Gallinazo, Lombriz de agua, etc, etc., en esta fauna de posibilidades que saca del sombrero la picaresca parroquial. Tampoco escapan los gentilicios vulgares, o sea, los ganados por las características propias de los pueblos, como le dicen a la capital del Risaralda: “Cielo roto” porque Dios le dio a Colombia una ruana y a Pereira le tocó el roto.

 

Interesante el inventario riguroso de los hipocorísticos o abreviaturas cariñosas de los nombres que suenan y resuenan en los corredores y en las calles de los pueblos: Ponchos, Benja, Dani, Juancho, Cati, Tato, Memo, Pacho, etc. O los apodos comunitarios: Agonías, Cogollos, Vampiros, Chepas, Chócolos, Cachazas, Renacuajos, Sapojechos, Yoyos. Y, por último, quiero resaltar la inventiva de los refugiados del sexo, es decir, aquella que emerge de la clandestinidad y el pecado, en los barrios y zonas de prostitución. Allí los dardos lingüísticos alcanzan a las humildes damas que cursan la básica primaria para, de pronto, algún día graduarse de hetairas. Los blancos muestran a La Licuadora, La Manobrava, La Pateperro y, no podía faltar, La Silla Eléctrica porque a más de un cliente lo sorprendió el infarto en virtud erótica de laG hipertensión sobre sus carnes.

 

En sus 132 páginas, Hernández Jiménez entrega los frutos de un proceso investigativo, patrocinado por el Instituto Caldense de Cultura y la Universidad de Caldas, en la ya legendaria expedición, Memoria Cultural de Caldas, donde el decano de Artes y Humanidades fue protagonista de primer orden. Por tales razones, quiero resaltar que además de los serios resultados de su trabajo investigativo, sobresale un elegante respeto por el lector quien tiene la oportunidad de aprender mientras degusta los entresijos amables de la sabiduría popular del Viejo Caldas.

 

(“El Goce de inventar palabras”, reseña bibliográfica de la obra “Lenguaje y Cultura” (1996), publicada por el escritor y crítico literario Roberto Vélez Correa, en Hipsipila, Revista Cultural de la Universidad de Caldas, volumen 4, Nº 1, Manizales, enero-junio de 1997, pp.77-79).

 

 

10.2. FUNERALES DE DON QUIJOTE

 

“Octavio Hernández Jiménez, profesor de la Universidad de Caldas en el Departamento de Lenguas Modernas de la Facultad de Educación ha sido el primer editado por la Contraloría del Departamento y la Licorera de Caldas, en la serie “Conferencias” que han acordado publicar estos organismos con miras a recoger lo más destacado de los ensayos y conferencias que los escritores caldenses ofrezcan dentro o fuera del Departamento.

 

El número uno de la serie es el ensayo “Funerales de Don Quijote”, leído por el autor el 23 de abril, Día del Idioma, en la ciudad de Popayán como homenaje a esta ciudad en los 450 años de fundada.

 

El ensayo, según su autor, es una reconstrucción literaria de la ciudad, basándose en la leyenda según la cual Don Quijote se encuentra sepultado allí.

 

En el ensayo-cuento, el autor hace una recreación del texto clásico que bien podría juzgarse como una lectura herética (en el sentido etimológico).

 

El texto de la conferencia se recoge en 32 páginas publicadas por la Imprenta Departamental de Caldas, luego de saberse el éxito que obtuvo la misma en el auditorio “Guillermo Valencia” de la capital del Cauca, donde se hizo la lectura.

 

Octavio Hernández J., oriundo de San José de Risaralda, ha publicado varios ensayos de sociolingüística como el aparecido en el libro Autores del Occidente de Caldas  titulado “Geografía Dialectal”.

 

Igualmente, el año pasado hizo lectura de dos ensayos en la sala múltiple del Banco de la República: “Teodoro Jaramillo, escéptico y burlón” y “Literatura infantil oral de Caldas”.

 

 (La Patria, “Funerales de Don Quijote”, Manizales: 30 de abril de 1987, p.9).

 

 

 

 

 

 

 

10.3. CARTA DE UN GRAN CALDENSE

 

Bogotá, julio 5 de 1987

 

Señor

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

Manizales.

 

Apreciado Profesor:

 

César Valencia Trejos me ha enviado su conferencia “Funerales de Don Quijote” que he leído de inmediato. Ha dejado el más grato ritual intelectual dando vueltas en mi magín. Tienen mucha gracia sus páginas. Se pasea con soltura creadora por entre las citas de Don Miguel, con maestría de erudito. Me han impresionado sus referencias a lo mestizo –casi siempre tan desdeñado-; su devoción por Popayán, la culta; el recrearse en los claustros de Santo Domingo que tanto amamos;  el describirnos a la ñapanga que es parte del paisaje humano de la “ciudad fecunda” y elevar, a gran sentido de grandeza, la “capacidad mitificadota del pueblo”.

 

Gracias por su envío que me ha dado tan buena mañana este domingo.

 

Lo saluda, esperando leerlo más en el futuro,

 

OTTO MORALES BENÍTEZ (firmado) 

 

 

10.4. “DON QUIJOTE MUERE… Y VIVE EN POPAYÁN”

 

Por Vicente Pérez Silva

(…)

 

“Dos contribuciones de singular encanto nos hacen vivir en todos sus detalles la honda pesadumbre de este insuceso y nos llevan de la mano en todos los instantes de este luctuoso recorrido: Funerales de Don Quijote (Popayán, 25 de abril de 1987) de Octavio Hernández Jiménez, benemérito docente de la Universidad de Caldas, en Manizales, y Don Quijote muere en Popayán (Bogotá, 1974) del Maestro Rafael Maya, hijo predilecto de esta ciudad y lumbrera de las letras colombianas.

 

Aunque los expertos no han hecho la debida claridad respecto del templo en dónde se cumplieron los funerales de Don Quijote, La Catedral, San Agustín, Santo Domingo, San Francisco, según las diligentes investigaciones del escritor caldense, parece que la ceremonia se realizó en la capilla de La Ermita, sin descartar que, por iniciativa de unos frailes, la velación del cadáver se hubiera efectuado en el Paraninfo de la Universidad del Cauca.

 

Aún más: dicho investigador nos revela que la ceremonia tuvo lugar a eso de las cinco de la tarde de un miércoles de ceniza y que los gastos de la música del entierro fueron sufragados nada menos que por su pariente, el poeta Guillermo Valencia. De esta manera, a los acongojados acompañantes les fue dado escuchar el tercer movimiento de la ‘Procesión-Fúnebre del Cazador’, de la Sinfonía Titán. Y como dato de suma curiosidad, el fino escalpelo de Octavio Hernández Jiménez nos sorprende con que Dulcinea, “la señora de sus pensamientos”, también estuvo presente en la ceremonia. Veámoslo:

 

No sé si creer lo que comentaba un grupo de universitarios en una noche de estrellas marchitas. Referían que cuando la ñapanga llegó al Paraninfo iluminado por mil y una luces colocó el ramillete junto al “tosco sayal”, dudó sorprendida, lo depositó en el piso alfombrado, paseó la mirada por la arcada superior como buscando un respiro entre las sombras, llevó la mano izquierda al pecho, estiró con el índice un tanto la blusa de encajes y, de muy adentro, extrajo un papelito que desdobló con escrúpulos antes de dedicarse a repasarlo con la devoción que una mujer sabía ponerle a un libro de plegarias. Me detengo a cavilar: ¿Dulcinea leyendo? O, ¿sería que ella poseía esa capacidad ultrasensorial que adornaba a mi abuela María de los Ángeles a quien, en varias ocasiones, sorprendí de rodillas en su alcoba leyendo un devocionario al revés?

 

Lástima grande que el apasionado cronista no nos hubiera revelado el texto del aludido mensaje. Don Quijote se llevó para la eternidad este postrer secreto de amor. De esta suerte, se había dado lo que faltaba en semejante trance: la indisoluble conjunción de Eros y Tánatos; el eterno vínculo del amor y de la muerte.

 

Y quién lo creyera: el cortejo fúnebre no pudo ser más fervoroso y concurrido:

 

Unos guambianos a los que les cogió la tarde lejos de sus parcelas, apostados por ahí en la esquina bajo un farol que siempre madruga a anunciar la noche, se unieron al cortejo. En vida, Don Quijote congenió con los indígenas y hasta se llega a decir con cierta sorna que las luchas de ellos no pasan de ser puras quijotadas, en vez siquiera, de calificarlas como sueños quijotescos.

 

(…)

 

(Apartes de la conferencia leída por Vicente Pérez Silva, historiador e investigador colombiano, en el área de la literatura, en el Paraninfo de la Universidad del Cauca, Popayán, 25 de noviembre de 2005).

 

 

***

 

 

 

 

10.5. “CAMINO REAL DE OCCIDENTE”

 

La Imprenta Departamental de Caldas publicó en diciembre último el ensayo titulado “Camino Real de Occidente”, escrito por Octavio Hernández Jiménez, profesor de la Universidad de Caldas y ya conocido por los “Funerales de Don Quijote”, editado por la Contraloría Departamental en su serie Conferencias.

 

“Camino Real de Occidente” fue leído por su autor en el Teatro Municipal de Belalcázar, como uno de los actos centrales dentro de la celebración del primer centenario de la población caldense (25 de noviembre al cuatro de diciembre).

 

La obra, pulcramente editada, busca rescatar del olvido la zona del Bajo Occidente, de gran prestancia desde la época precolombina hasta la primera mitad del siglo XX y hoy ignorada por eruditos historiadores en cuestiones regionales.

 

En la primera parte del ensayo, Octavio Hernández plantea una nueva hipótesis sobre la fundación de Anserma que viene a constituirse en la más sólida contribución de un caldense conocedor del terreno a ese debate en el que, hasta ahora, han tomado parte historiadores foráneos.

 

En este aspecto, “Camino Real de Occidente” será un texto clave dentro de la celebración de los 450 años de Anserma que se conmemorarán en el mes de agosto de este año.

 

Por estas razones, la publicación de esta obra es nuevo aporte de uno de los integrantes de la que llamó Otto Morales Benítez “Generación de las Identidades”, al conocimiento de la propia identidad como pueblo.

 

(La Patria, “Libros: Camino Real de Occidente”. Manizales: febrero de 1989, p.3a). 

 

 

10.6. EL CAMINO REAL DE OCCIDENTE

 

Por Carlos Arturo Ospina H.

 

“Octavio Hernández Jiménez hizo el papel de Ángel del Apocalipsis, encargado de tocar la trompeta el día de la resurrección, para levantar de su tumba el Camino Real de Occidente, no sin olvidarse de juzgar la falta de atención de los historiadores sobre su existencia.

 

Su trabajo puede catalogarse como magistral y recuerda un principio enunciado por Donoso Cortés: “El amor tiene la particularidad de no ordenarse a nada, pero sí de ordenar a él todas las cosas”.

 

Realmente, más que un mero afán de investigación histórica, su obra se origina en un claro amor a su terruño, capaz de hacerle distinguir lo que otros no quisieron ver por más conocimiento de la historia que poseyeran.

 

Patrocinada por la Secretaría de Hacienda del Departamento de Caldas su obra fue publicada en 1989 y reproducimos algunos apartes: (…)”.

 

(El académico Carlos Arturo Ospina H., oriundo de Anserma y radicado en Bogotá, hizo el anterior preámbulo a la transcripción de varias páginas que hizo de “Camino Real de Occidente”, en su magnífica obra “Noticias de la Anserma Histórica”. Manizales: Artes Gráficas Tizán, 1994, pp. 63-66).

 

***

 

 “LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN”

 

10.7. CARTA

 

Universidad de Caldas

Centro de Investigaciones y

Desarrollo Científico

 

Octubre 13 de 1988

 

Señor

OCTAVIO HERNÁNDEZ J.

Facultad de Educación

Universidad de Caldas

 

CIDC – 325

Me complace comunicarle que el Comité Central de Investigaciones, una vez estudiados los trabajos propuestos por su Facultad para ser presentados en el Día de la Investigación en la Universidad, escogió su investigación sobre “La Explotación del Volcán” como parte de la producción científica del área de Artes y Ciencias Humanísticas.

 

El Programa contempla una exposición sobre los avances o resultados de su trabajo, seguido de un comentario de cinco minutos por un experto en el tema. El área de Artes y Ciencias Humanísticas tendrá un espacio para presentaciones entre las 9:30 y 10:30 a.m. A las 5.00 p.m. se hará un Panel con los comentaristas sobre las Perspectivas y Realizaciones de la Investigación en la Universidad.

 

Considero que su aporte es una excelente muestra de la calidad de la investigación en la Universidad. Agradezco de antemano su participación.

 

MARÍA CRISTINA OSORIO H. (firmado)

 

Directora CIDC.

10.8. CARTA

 

Universidad de Caldas

Comité Editorial

 

Manizales, octubre 31 de 1988

Profesor

OCTAVIO HERNÁNDEZ J.

Facultad de Educación

 

C.E.02

 

El Comité Editorial, en sesión del 28 del presente mes, estudió su trabajo sobre “La Explotación del Volcán” considerándolo muy importante, no solo como ensayo sino como historia.

 

Se recomienda la publicación de conformidad con las disponibilidades presupuestales y los turnos ya establecidos.

 

Atento saludo,

 

WILLIAM HERNÁNDEZ GÓMEZ (firmado)

Presidente

 

10.9. LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN

 

“El profesor Octavio Hernández Jiménez acaba de publicar su libro “La Explotación del Volcán”, en donde recoge la historia de la erupción del Volcán Nevado del Ruiz y todas las consejas y cuentos que creó “el habla popular”.

 

El trabajo de Hernández es muy importante porque es el primero que se escribe en Caldas sobre este tema que sacudió la conciencia ciudadana y le dio la vuelta al mundo.

 

Los 22 mil muertos provocados por este fenómeno natural en Armero y Chinchiná llenaron de luto al país y a numerosas familias colombianas que vieron cubrir sus seres queridos y sus bienes bajo una espesa capa de lodo.

 

Hechos como este no se pueden quedar sujetos al vaivén de la memoria porque el tiempo acaba con ella.

 

Este testimonio, los cuentos y el “humor negro” que produjo, es importante. El libro está ilustrado con las caricaturas de Ari, publicadas en este periódico en ese mismo tiempo.

 

El Fondo Editorial de la U. de Caldas, con esta publicación, propende por nuestra cultura y nuestra historia”.

 

(“La Explotación del Volcán”, reseña publicada en la columna Al Correr de las Horas, de la página editorial del diario La Patria, de Manizales, el 25 de abril de 1990, p.4a).

 

 

10.10. PUNTOS SUSPENSIVOS

 

Por Augusto León Restrepo

 

Por ahí, suelta en alguna página del libro que entregó a los manizaleños y caldenses Octavio Hernández Jiménez, aparece una frase que traduce, creemos nosotros, el sentido de “La Explotación del Volcán” que es, como ha querido denominarlo el autor el texto que sobre una realidad muy nuestra ha elaborado en el transcurso de los días posteriores a la erupción del Arenas: “El humor es lo único que nos queda de la esperanza”. Claro que también agrega, citando a Eduardo Stilman que el humorismo es una actitud ante el mundo y que los límites del humorismo lindan más con los laberintos de la desesperación que con el decorado de la felicidad convencional, para concluir que el humorismo es malhumorado, una especie de incursor de los mismos territorios que ambicionan la úlcera, la demencia y el suicidio.

Con la primera lectura del libro de Hernández se da uno cabal cuenta de que los acontecimientos dolorosos que afectan la humanidad se pierden inexorablemente en las brumas del tiempo. El 13 de noviembre de 1985 es una fecha reciente. El lodo, Omaira, Armero, 22 mil muertos y millones y millones de esfuerzos perdidos en la hecatombe empezamos a recordarlos en blanco y negro. Pero, en el momento en el que queremos revivirlos, ahí quedan los documentos, los periódicos, las crónicas, los desalojados, las leyendas, los mutilados y la tierra asolada. Y las frustraciones, los engaños y los sentimientos falsos. Esta especie de balance, tétrico de un lado pero real y pragmático de otro, lo alcanza a presentar Octavio Hernández con envidiable originalidad y en el estilo literario limpio y claro que obliga a permanecer largo tiempo, desde las cenizas iniciales hasta cuando el calor subterráneo convirtió a gran parte de los habitantes de la Colombia incinerada en el Palacio de Justicia, en una población “desglaciada”.

Por “La Explotación del Volcán” desfilan situaciones y personajes que reflejan lo que se conoce como idiosincrasia; el alma nacional que nos identifica y singulariza. Al principio, ni las autoridades, ni la ciudadanía, ni los periodistas, ni los científicos, prestaron la eficaz atención a los signos de la desgracia. Somos deportivos ante la prevención y como con la esqueletuda parca, siempre pensamos que tenemos la “contra” que nos evita su embestida. Pues no. Nos coge de sorpresa cuando los escondederos están agotados. Y ahí vemos las consecuencias. Que cuando se presentan, todos nos apuramos al protagonismo inmediato. Díganlo si no los “explotadores” del volcán, requisitoriamente retratados por Hernández Jiménez quien, burla burlando, los desenmascara y los expone en un ventanal ejemplarizante.

Empezando por las autoridades y los dirigentes comunitarios. Los gobernadores no atienden los compromisos, como en el caso del gobernador del Tolima que frente a la amenaza volcánica prefirió irse a jugar bolos antes que a intercambiar datos sobre lo inminente, con sus colegas y consejeros. Y como los industriales y publicistas y los comerciantes y los agentes de viajes que, anteponiendo sus ambiciones, regañaron a los que veían llegar el fatal desenlace y les dijeron que manipulaban las señales en acto atentatorio contra la economía regional. Y los ministros del despacho que, olímpicamente, ignoraron un debate promovido por el parlamentario Arango Monedero, anterior al deshielo, por considerar que los informes y los datos recaudados provenían de culebreros y adivinos. Pero seamos solidarios con la cita que trae Hernández de Enrique Caballero, cuando éste afirma que no debemos seguir rastreando la huella de los culpables de negligencias inverosímiles pero ya irreparables porque Colombia no tendría remisión si fiel a su temperamento antropófago, se engolfa en el adelantamiento de juicios de responsabilidad que ofrecerían, por cierto, un banquete pantagruélico pero inoportunamente indigesto…

 

(“Puntos Suspensivos…”, columna publicada por el periodista y escritor Augusto León Restrepo R., en el diario La Patria, de Manizales, el miércoles 25 de abril de 1990, p.5a).

 

10.11. CAVILACIONES MÍAS

Por Gloria López de R.

 

El avance editorial en los medios universitarios es evidente en este nuevo libro del doctor Octavio Hernández Jiménez. Es una edición sin pretensiones pero limpia y cuidadosamente impresa.

 

“La Explotación del Volcán” es la historia de un momento sobrecogedor que acabó con un pueblo y fue la oportunidad de los medios de comunicación de jugar con los rumores y las consejas.

 

Pero es también la historia de un hecho trágico contado por un investigador concienzudo, un escritor de fácil humor y picante crítica.

 

El tono del doctor Octavio define con certeza lo que somos, lo que nos identifica en el idioma agradable de la más entretenida prosa.

 

Nada le falta a este libro. Ni siquiera el toque sentimental de las logradas frases: “Todos lloramos hacia fuera o hacia adentro…”.

 

He devorado el texto porque no es un relato para suspender. Hay que leerlo de tiro largo, como de tiro largo se fueron por los medios de comunicación la explosión y explotación de los hechos ciertos y falsos.

 

Es, a pesar del tema y la veracidad dolorosa de su contenido, un libro que hay que leer degustando los matices de su ingenio y humor, salpicados de la causticidad caricaturesca de Ari.

 

(Gloria López de Robledo, hija del Maestro Adel López Gómez y Directora del Área Cultural del Banco de la República sede Manizales. “Cavilaciones mías: Tres libros”, Manizales: La Patria, 25 de septiembre de 1990, p.4a).

 

 

10.12. “LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN O LO QUE EL LODO SE LLEVÓ”

 

Por Julián García González Ph.D.

 

Aquí tenemos, en 206 páginas y con una significativa cubierta verde, un capítulo de nuestra historia. Un capítulo de esos que nos tocan profunda y definitivamente porque lleva impreso el sello del dolor que (casi) nos doblega, del llanto de nuestro vecino, de la tragedia en que pudimos sucumbir.

 

El libro, fruto evidente del contacto directo con los acontecimientos (el narrador es auxiliado por el clan familiar con las frecuentes alusiones a la mamá, Cecilia, Ángela, la tía Matilde, etc), y de una disciplina investigativa documental, está conformado por ocho capítulos, donde Octavio Hernández se compromete en la difícil tarea de dar marcha atrás en el tiempo para rehacer la memoria.

 

La forma grácil y fluida que caracteriza “La Explotación del Volcán”, ligada a su confortable extensión y distribución, es una propuesta de lectura amena que se abre con la dedicatoria “a las niñas de mis ojos”, continúa con el epígrafe garciamarquiano y se sostiene hasta la frase última con esa desenvoltura propia del buen contador de historias.

 

Octavio Hernández nos propone un viaje por los meandros de la memoria de un infausto hecho que a su vez trasciende para ser un viaje por los meandros de nuestra cultura.

 

Con la pericia que sólo puede llegar a brindar la práctica de la escritura, el autor nos da como gabela (y acicate) un epígrafe montado sobre cinco negaciones que le dan una fuerza luminosa a la antítesis global: “Ni los diluvios, ni las hambrunas, ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos, han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte” (G.G.M. Estocolmo, 1982).

 

Si bien el citado epígrafe ya contextualiza el asunto y le da su tonalidad, su efecto se encadena de inmediato con la propuesta de los capítulos donde surge el acento sacro que acompaña invariablemente la tragedia: “Miércoles de Ceniza, Jueves de Pasión, Hoguera de Palabras, Consummatum est, La Máscara de Lodo, La voz de la corneta, la Palabra cifrada, Resurrexit”; he aquí el nombre de cada capítulo, donde hasta la alusión a la máscara contribuye a generar el tejido trágico.

 

Aunque el libro se extiende desde la muy precisa alusión a “la una de la tarde del miércoles once de septiembre de mil novecientos ochenta y cinco” (p.9), escrito con plena letra, hasta la escueta mención a “marzo de 1989” (p.152), sus capítulos proponen el desarrollo de una perfecta semana. Este es el verdadero tiempo del libro, esta semana perfecta que se inicia un miércoles que recuerda el polvo primigenio, avanza por las difíciles pruebas del cataclismo y la oscuridad y emerge ocho capítulos más tarde a la esperanza en el luminoso día de resurrección. En esta semana del imaginario trágico, Octavio Hernández recorre con lujo de detalles lo acontecido.

 

La eficacia del pormenor se hace más evidente porque el narrador evita con gran acierto la exageración, el sensacionalismo o la pedantería en que se cae con facilidad, más aún cuando se trata de referir lo acontecido en una cultura donde reinan la imaginación desbordante, la volubilidad en el temperamento, la carencia de espíritu previsivo y la sensibilidad al dolor ajeno mas no a su éxito que despierta feroces envidias.

 

El recorrido que se inicia con la lluvia de ceniza del once de septiembre plantea de una vez la dinámica del contador. Desde entonces nos percatamos que la tragedia no es monocromática pues cada individuo la mira según su sentir; de allí el flujo constante de imágenes, palabras, actitudes de los múltiples protagonistas del insuceso.

 

La estrategia –porque de otra manera no puede llamarse- de Octavio Hernández se revela deliciosamente efectiva porque a fin de cuentas él no intenta contar su historia sino la historia (o quizá tendría que decir las historias) sentida por los testigos, y son éstos quienes a menudo tienen la palabra.

 

Abundan en la crónica las palabras de primera mano, es decir, las que se escapan del corrillo, del pasante, del vecino, de los allegados. El libro no está contado desde el interior por un narrador omnisciente sino que aparece contado desde afuera con una minuciosa organización de las piezas que van proporcionando los hablantes ya mencionados, los papeles oficiales y los medios de comunicación.

 

Nuevo magma surge en el cotidiano regional; ya no magma volcánico sino el fruto de la conjunción de palabras, escritos, ideas, actitudes, los unos con la gracia del hablar popular: un grupo se imagina el decreto gubernamental “Decrétese la ilegalidad de la explosión y prohíbase terminantemente la alteración del orden cósmico. Publíquese y cúmplase” (p.16). Otros sucumben al “síndrome de la primicia” (léase chiva) y producen malentendidos: para algunos medios de “comunicación” el Ruiz es la Olleta, para otros es el Nevado del Tolima o la Sierra del Cocuy (p.10).

 

“La Explotación del Volcán” es, en cierta forma, la crónica del malentendido generado por el desconocimiento del fenómeno, sumado a la exuberante imaginación tropical. La cábala se instituye en la actividad popular grandemente fomentada por un volcán indeciso en su actuar (actividad y calma se suceden) y la prensa que confunde y se confunde. Así, los titulares del 9 de octubre de 1985 rezan: “La Patria: El Ruiz no amenaza a Manizales”. El Tiempo: “Científicos descartan una erupción catastrófica en el Nevado de El Ruiz”. El Espectador: “Alta probabilidad de avalancha de todo en el Volcán del Ruiz”. El País: “Volcán de El Ruiz. No hay por qué alarmarse, dicen los geólogos”. Occidente: “Mapa de zonas de riesgo en todo el país”.

 

Octavio Hernández logra construir un texto que sin caer en el tono tendencioso que da una primera persona de narrador, refleja las líneas de tensión que se establecen en el tejido social e informativo de la región y del país. Esa tensión encuentra su clímax en el tercer capítulo (el título decididamente bíblico introduce y enfatiza la tonalidad) que se inicia el 6 de noviembre de 1985 y cuenta los fatídicos sucesos.

 

El autor mantiene en su relato una persistente aeración que le permite contar los aspectos más dolorosos de la tragedia sin cometer el error de los relatos de aquel momento infausto: ningún asomo de voyerismo, ningún intento de sensacionalismo, ni el mínimo atisbo de las miradas morbosas que se abatieron sobre las víctimas. Así, “el caso Omaira Sánchez” es observado desde otra óptica, con la mirada de quien se cuestiona si es peor el lodo que descendió de los flancos del nevado, o la horda malsana que como buitre famélico se ensañó en su presa.

 

El escritor relata lo que se dice aquí, allá y acullá; habla de antes, de durante y de después del cataclismo y esta singular movilidad en el tiempo y el espacio genera en su recuento un ritmo que libera de fatiga, que ahuyenta el hastío. Aquí se cuenta no sólo la destrucción sino también la reconstrucción.

 

La tragedia se cuenta con sapientes gotas de viveza paisa, de humor (que el autor diferencia claramente del buen humor) cotidiano de quienes, a pesar de todo –o quizá a causa de eso- esperan que la muerte no tocará a su puerta. Esta es una visión de lo que el propio narrador acierta en denominar “la Cultura del Desastre”.

 

Un escritor se juega el futuro de su criatura al decidir el título que le pone, y el acierto del título de esta crónica es absoluto. El juego verbal con que está presentada, donde voluntaria y socarronamente se prefiere “explotación” a “explosión”, anuncia el asunto que se trata, y sobre todo, la manera cómo se trató el asunto, lo que en última instancia equivaldría a decir cómo el narrador enfoca la cuestión.

 

Octavio Hernández ofrece una crónica del desastre sin los tintes rojos del sensacionalismo, sin la lente de aumento de los extranjeros, sin el fanatismo de los oportunistas, sin el engreimiento de las estadísticas. Todo en este libro fluye (¡y no se trata de una morbosa alusión!) sin tropiezo por la virtud de la palabra precisa y sencilla, pero ante todo por una especie de pirueta narrativa que exorciza el horror y le permite hacer constante alusión a la vida en esos tiempos de muerte.

 

El autor escudriña los múltiples aspectos de la tragedia para construir un verdadero documento histórico, sociológico, sicológico que tiene la magnífica irreverencia de ser contado con esperanza porque el humor, maravillosa virtud de nuestra cultura, es, en este caso, la mejor expresión de la esperanza.

 

(Doctor en Literatura Julián García González, “La Explotación del Volcán o lo que el lodo se llevó”. Manizales: Revista Integración, Nº 27, abril-mayo-junio de 1990, pp.27-28).   

 

10.13. CARTA REAL

 

CASA  DE   S. M.  EL  REY

SECRETARÍA GENERAL

Relación con los medios de comunicación

 

Palacio de la Zarzuela

MADRID, 12 de noviembre de 1990

 

Señor Don

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

Universidad de Caldas

MANIZALES, COLOMBIA.

Distinguido Señor:

 

Su Majestad la Reina ha recibido el ejemplar que de su obra “La Explosión del Volcán” ha tenido la gentileza de enviarle, con una amable dedicatoria, y me ha encargado expresarle Su agradecimiento por esta atención, y hacerle llegar Su afectuoso saludo.

 

Cumplo, con mucho gusto, el encargo recibido de S. M., y quedo suyo atento y afectísimo,

 

FERNANDO GUTIÉRREZ (firmado).

 

10.14. CARTA DE UNA ACADÉMICA

 

Barranquilla, 6 de noviembre de 1990

Señor

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

Manizales

 

Reciba mi cordial saludo.

 

Por la presente deseo expresar a Usted mis agradecimientos por el envío de su libro “La Explotación del Volcán”, acertada recreación de lo que fue en su hora y sigue siendo en el recuerdo uno de los más dolorosos insucesos de nuestra historia.

 

La visión que Usted nos presenta de aquella mala hora es, no sólo de angustiosa exactitud sino que se ofrece atemperada con toques de ironía y de un humor que no llega a ser negro pero se le parece.

 

Reitero a Usted mi gratitud  y le auguro muchos éxitos en su polifacética tarea literaria.

 

Soy su amiga,

 

MEIRA DELMAR

Academia Colombiana de la Lengua

 

10.15. DE UN PERIODISTA CULTURAL

 

Calarcá, mayo 29 de 1991

 

Escritor

Octavio Hernández Jiménez

Manizales.

 

Noble amigo mío:

 

Hace algunos días recibí, con honrosa dedicatoria, tu admirable libro “La Explotación del Volcán”. Por tan hermoso y generoso regalo para mi espíritu y mi constante sed de sabias o importantes lecturas, mil gracias. Me salen ellas del fondo mismo del corazón, como gustaba decirlo a Roberto Louis Stevenson.

 

Y, si antes no había escrito para ti estas líneas nunca se debió a un olvido o a una falta de educación y afecto. No. Tú sabes, como escritor –y muy de veras que lo eres- que a veces el tiempo suele hacérsenos corto para atender, en forma oportuna, delicados mandatos de la voluntad y de los caros principios de la más pura amistad.

 

Sin embargo, quien nació caballero, y se educó por sí solo para caballero, caballero debe morir. Para mí, para ti y como lo quería para sí el inmenso Porfirio –el día esté lejano-, auténticos caballeros debemos seguir siendo. Más, mucho más, cuando se trata de gente de letras. De poetas. O de filósofos. Quien olvida el regalo de un libro, dijo Anatole France, también olvida la calle que conduce a su casa.  

 

“La Explotación del Volcán”, como obra meritoria, tiene muchos, estéticos y denunciantes valores. Es la verídica historia de una tragedia. De un siniestro. De una furia, sin justificación, de la tremenda naturaleza. No olvidas, en ninguna de las 204 páginas de tu fino libro –escrito en depurado estilo- ni un mero y auténtico detalle de la  catástrofe que destruyó a la bella y ardiente ciudad de Armero. Y así tenía que ser porque, de resto, a tu excelente trabajo como que le estaría haciendo falta no los pies sino la cabeza. ¡Y qué cabeza delicada y pensante la que le pusiste a tu necesaria obra!

 

“El pavimento de la Plaza de Bolívar estaba cubierto de un polvillo gris como si hubiesen vaciado sacos de cemento en la planicie ceremonial…”.

 

¿Te das cuenta? En meros tres lingotes ya le dices al lector que, de lo que en efecto se trata, es de algo de lo cual no puede faltar un claro y nítido acento de poesía. Y, es eso: poesía lo que, muy a menudo, se encuentra en tu larga crónica histórica que debe leerse, como lo aconseja el viejo Hugo, a las mejores horas del día o de la noche.

 

Espero que estas letras de gratitud y de amistad no tarden mucho en llegar a tus manos de verdadero sacerdote de las palabras escritas.

 

Te saluda y admira,

HUMBERTO JARAMILLO ÁNGEL (“JUAN RAMÓN SEGOVIA”) (Firmado)

 

10.16. TELEGRAMA

 

Bogotá Cund. 23 sep.19/20  1526

16987

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

Apartado aéreo 275

Manizales Caldas

Felicitaciones por su libro y deséole muchos y nuevos éxitos intelectuales

Cordial saludo,

OTTO MORALES BENÍTEZ

 

 

10.17. MENSAJE VIRTUAL

 

Bogotá, mayo de 2012

 

Saludos a todos

Les recomiendo el libro "LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN”, de Octavio Hernández, creo que su lectura, como documento histórico enfocado principalmente (aunque no únicamente) desde la percepción de la comunidad a la actividad del Ruiz hace 27 años, puede ser muy útil en los trabajos de socialización que se vienen adelantando, no solo en El Ruiz sino también en los otros volcanes. Para mí es un libro excelente.

Les envío el "link" donde se hacen comentarios al libro, del cual tuve  
la misma percepción.

Espero que se encuentre todavía a la venta, de otra manera yo lo tengo...

Recuerdos,

María Luisa Monsalve

Subdirección GEOLOGIA BASICA
INGEOMINAS Bogotá

 

 

10.18. CARTAS A CELINA

 

 

“Cartas a Celina”, de Octavio Hernández Jiménez, es el primer libro recomendado por SIGIFREDO CASTRILLÓN, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Manizales. Es uno de los textos que relee con frecuencia por su lirismo y porque desde la cotidianidad trata temas muy interesantes. Entre ellos destaca el capítulo sobre la Lectura “Toma y Lee”.

 

(“Desde mi biblioteca”, entrevistas de Papel Salmón, revista dominical de La Patria, Manizales, 17 de marzo de 1996, p.12).

 

 

10.19. CARTAS A CELINA: PAISAJES ÍNTIMOS DEVELADOS

 

Por Roberto Vélez Correa

 

El libro de Octavio Hernández Jiménez fue diseñado e impreso en la Universidad de Caldas, en una preciosa edición que despierta el interés en cada rincón de sus páginas, gracias a su plástico mensaje de sobres y estampillas.

 

Se trata de dos ensayos que rompen los esquemas tradicionales del género pues ambas propuestas encarnan lo que llamamos el ensayo creativo.

 

El primero: CARTAS A CELINA, compuesto por seis epístolas dirigidas a una interlocutora ficticia (o que al menos el tono del discurso, así lo diluye), explota con un agradable ritmo poético, distintos rincones fenomenológicos que le suscitan al narrador las cosas, las ventanas, la lumbre de Bachelard, la noche y otros objetos que emergen de su cosidad.

 

Las cartas en sí son un apoyo del emisor para recrear instantes, motivos, recuerdos, nostalgias, ilusiones, imágenes, tiempos y un sin fin de elementos que resultan originales.

 

La narrataria, es decir, la destinataria del relato-epístola, se muestra en difuminado sobre la pantalla imaginada de un ser que trasforma su necesidad de comunicación en efluvios líricos y en desentrañamientos filosóficos de rara belleza. Así, el género epistolar, refundido en los pergaminos del pasado por la inmediatez de los mass media, desaparecido por los afanes del siglo XX, resucita en la prosa del profesor Hernández, adobado por la dignidad de un lenguaje que, además de la corrección y la claridad, ofrece la tersura de la emoción inspirada.

 

El aporte de este trabajo creativo es el rescate de una estrategia que pone sobre el tapete la conciencia del emisor que se desnuda, ante la intimidad que se supone, siempre resguarda el sobre que encierra toda carta.

 

“PAISAJE SONORO” es otro ensayo creativo que se enciende en dos partes íntimamente ligadas. La primera, la caracterización en ralenti de los sonidos que estimulan las retinas mentales del narrador en una provincia alejada de la metrópoli. Concretamente, en el entorno de un pueblo de origen antioqueño, animado por el casco de los caballos, el jolgorio de sus personajes típicos, la algarabía de los mercaderes, las voces angustiadas de las madres, los murmullos íntimos de los borrachos, la lluvia y tantas otras sensaciones más que penetran la imaginación.

 

La postal, en extenso, es de un cálido tono poético, como las pinceladas de los mejores pintores realistas, cuyos cuadros por efectos del ensueño y del delirio empiezan a trasladarse a los patios del surrealismo. Más que una imagen folclórica, el texto del autor alcanza las dimensiones de escenas armadas por ramalazos de luz, pero, de una luz cuyos haces se conectan a través de los tímpanos para impregnar las placas de la nostalgia.

 

Ya en su segunda mitad, las herramientas lingüísticas sirven al narrador para pisar los terrenos más propiamente dichos del ensayo. Pues, con gran capacidad de asociación y sobre todo, con el dominio que requieren los conceptos del lenguaje, aquel paisaje, aquella postal es explicada en términos de la sintaxis, de la métrica, de la semántica. Y de aquí la originalidad y el virtuosismo analítico del escritor que consigue, si se me permite el término, el efecto de una sinestesia crítica, al adherirle al sonido las propiedades y las funciones de las palabras cosidas a una oración. El préstamo es lícito a la luz de la poesía y de las razones estéticas que esgrime el escritor Octavio Hernández.

 

Si este último trabajo no hubiera sido premiado en los primeros Juegos Florales, celebrados en Manizales en 1993, con la Flor de Oro del Café, igual o mejor impresión nos habría dejado y sobre todo, el sincero deseo de que otros lectores tengan y compartan las mismas emociones intelectuales que despierta.

 

De “Cartas a Celina” también nos acompaña idéntica complicidad: son productos de un perfil estético tan especial que desde ya le garantizamos un respetable flujo de lectores. Así, esta obra se constituye en el logro inspirado de un talento literario reconocido en los ámbitos intra y extra universitario, de un cincel creativo afilado en las canteras de la academia.

 

Vale agregar que es un intertexto de alta calidad visual, la propuesta de ilustración de la carátula y de las páginas interiores, hecha para el libro por el docente de la Facultad de Bellas Artes, Carlos Augusto Buriticá. Resulta de una dignidad plástica tal, que despierta por el sentido de la visión, lo que la prosa rescata a través de la sinestesia del oído.

 

(El crítico y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Caldas, Roberto Vélez Correa, publicó “Cartas a Celina: Paisajes íntimos develados”,  en Papel Salmón, revista dominical de La Patria, Manizales, 7 de mayo de 1995, p.9).

 

10.20. EN EL DÍA DEL IDIOMA

 

     Por Eduardo Gallego González

 

Según el evangelista San Juan, en el principio ya existía la palabra, la total y creadora, y redentora, pero distinta a la palabra de los hombres que, en el transcurso de los siglos, la han usado y mal usado hasta el punto de confundirla.

 

Por eso, el escritor y profesor universitario Octavio Hernández Jiménez, en su hermoso libro “Cartas a Celina”, dice que la palabra se ha deteriorado y que urge una cruzada para restaurarle su brillo.

 

Alguien ha dicho que cuando las palabras pierden su significado la gente pierde su libertad. Y sí, porque la libertad define el poder de obrar y de no obrar, de escoger, de autonomía; como decimos los abogados se quedó sin vigencia y aplicación. Digan si no los secuestrados, los que fueron y los que ahora están.

 

Pero, también es el derecho que todo hombre tiene de acorazar su vida con la honradez, y a pensar y hablar con la verdad; pero como ésta es la primera víctima de la guerra absurda que impotentes soportamos y sufrimos los colombianos, ya nos parece que hasta la mentira es natural. (…)

 

 Las antiguas aspiraciones humanistas que fueron pilar de la civilización occidental, las que enseñó nuestro padre Aristóteles, los llamados valores, están en retirada hace mucho tiempo ante el implacable avance de un materialismo ético que los convirtió en baratijas de bazar.

 

Tiene razón el profesor Hernández Jiménez. Hay que devolverle a la palabra su estricto significado para poder decir las cosas con claridad. (…)

 

Por lo demás, ¿habrá alguien que quiera cabalgar de nuevo en Rocinante?

 

(Eduardo Gallego González, abogado, “En el Día del Idioma”, Manizales: La Patria, abril 23 de 1999, p.5a).

***

10.21. CUARTA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO

 

Bogotá, marzo 22 de 1991

Señor

Octavio Hernández J.

Universidad de Caldas

Manizales.

 

Apreciado Señor:

Ante el éxito en la realización de las tres primeras ferias del libro, se está organizando la 4ª Feria Internacional del Libro que se llevará a cabo del 1º al 14 de mayo de 1991, en Bogotá.

 

Dentro de las actividades artísticas y académicas estamos preparando un exhaustivo programa que reunirá gran cantidad de público en torno a todo tipo de temas culturales.

 

Conocedores de su calidad literaria, y conscientes del aporte que Usted ha dado a la cultura, nos parece de enorme importancia su participación. Por lo tanto, le cursamos cordial invitación para que nos acompañe del 10 al 13 de mayo.

 

Su actividad será dentro de la programación, de 10 a.m a 9 p.m, el sábado 11 de mayo, en la Sala León de Greiff de Corferias.  

 

Con el fin de facilitar su asistencia, la invitación incluye los gastos de pasaje, hotel, desayunos y llamadas locales. Para la Cámara Colombiana del Libro será muy significativa su presencia en el evento y grata su estadía en Bogotá.

 

Favor hacernos llegar su hoja de vida y número de cédula para diligenciar lo correspondiente a divulgación y pasajes aéreos. Además, su ponencia por escrito para la memoria de la Cámara.

 

NOTA: Usted se alojará en el Hotel Dann Colonial, Calle 14 Nº4-21.

 

Reciba un cordial saludo,

 

Jorge Valencia Jaramillo (Firmado)

Presidente C.C.L.

 

 

10.22. QUINTA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO

 

Bogotá, Mayo 30 de 1991

 

Señor

OCTAVIO HERNÁNDEZ J.

Manizales

 

Apreciado Señor:

En nombre de la Cámara Colombiana del Libro queremos agradecer su magnífica participación durante la 4ª Feria Internacional del Libro.

 

Los exitosos resultados obtenidos durante esta feria no habrían sido posibles sin su valiosa colaboración. Hemos dado un gran paso en la proyección positiva de la imagen de Colombia ante el mundo.

 

Esperamos que para la 5ª Feria Internacional del Libro podamos contar con su importante aporte.

 

De nuevo mil y mil gracias.

Reciba un cordial saludo,

 

JORGE VALENCIA JARAMILLO (Firmado)

Presidente C.C.L.

 

10.23. UN LIBRO SOBRE SUPERSTICIONES

 

    Por Jorge Eliécer Zapata Bonilla

 

“Uno de los libros publicados por el Centro de Escritores de Manizales correspondiente a los premios de los Nuevos Juegos Florales de 1995 es de Octavio Hernández Jiménez, titulado “De Supersticiones y Otras Yerbas”, en el que el reconocido intelectual, con sutil humor que sabe manejar, hace un recorrido por campos bien diversos de la vida de los caldenses donde la falsificación de la lógica pone a las gentes a regir sus vidas por falsas expectativas que ridiculizan pero que hacen parte de la idiosincrasia de personas de todas las esferas y aún de todos los niveles culturales.

 

Hernández Jiménez hace un recorrido por Superstición y Religión, Superstición y Medio Ambiente, Supersticiones Piadosas, Cadenas de Oraciones, Supersticiones de las Solteras, del Matrimonio, del Embarazo, de la Muerte, del Mal de Ojo, de los Años Viejos y otros muchos estados y momentos de la vida donde el hombre nuestro pone su fe en cosas tan salidas de tono que su esperanza se torna sólo una expresión de la manera tradicional del vivir de nuestra sociedad.

 

Además de los centenares de fórmulas y expresiones recogidas por el investigador recorriendo los municipios y corregimientos del Departamento, cabe hacer notar la paciencia para recopilar otras manifestaciones de la cultura popular que estaban en mora de ser puestas en estudios serios para que se tenga una visión por lo menos panorámica de nuestra realidad sociológica, de lo que se ha heredado, de lo que se ha creado en nuestro territorio con el correr del tiempo.

 

El Profesor Octavio Hernández, autor de una serie de importantes obras de diversos géneros, logra con “De Supersticiones y Otras Yerbas” un aporte interesante sobre la verdad de los procedimientos cotidianos del caldense, sobre la lucha y sus temores, sus ansiedades y sus sueños.

 

El libro rescata a tiempo algo que la televisión y otros medios pueden estar borrando aceleradamente destruyendo nuestra identidad, nuestra caldensidad.

 

Esta investigación y otras publicadas en revistas regionales muestran la riqueza de la vida cotidiana de los grancaldenses que somos expresión o resultado de una amplia fusión genética y cultural dentro de un territorio relativamente pequeño”.

 

 

(Jorge Eliécer Zapata Bonilla,  “Un libro sobre supersticiones”,  Manizales: La Patria, sábado 5 de abril de 1994, p.5a. El abogado Jorge Eliécer Zapata B., a partir de 2006, ejerció el cargo de Presidente de la Academia Caldense de Historia).  

“NUEVE NOCHES EN UN AMANECER”

 

10.24. CARTA CON ANEXO

 

Ministerio de Educación Nacional

INSTITUTO CARO Y CUERVO

Apartado aéreo 51502

 Bogotá

 

Santafé de Bogotá, D.C., 10 de agosto de 2000

 

Señor Don

LUIS FERNANDO ESCOBAR VELÁSQUEZ

Director

Centro Editorial

Universidad de Caldas

Manizales (Caldas)

 

Apreciado Señor Director:

De acuerdo con su solicitud del 19 de enero del año en curso, tengo el gusto de enviar a Usted el concepto que ha emitido el Profesor Diógenes Fajardo Valenzuela sobre el texto “Nueve Noches en un Amanecer” del Profesor Octavio Hernández Jiménez.

 

Sin otro particular y con mis mejores votos por el éxito en todas sus actividades, me es grato suscribirme de Usted muy cordialmente, atento servidor y amigo,

 

IGNACIO CHAVES CUEVAS (firmado)

Director

 

Anexo: Lo anunciado.

 

10.25. LO ANUNCIADO

 

Universidad de Caldas

Título de la obra: Nueve Noches en un Amanecer

Autor: Octavio Hernández Jiménez

Nombre del evaluador: Profesor Diógenes Fajardo Valenzuela

Dirección: Trans. 22 Nº 108-95 Bogotá.

Teléfono: 619-4520

 

Calidad del contenido:

Bueno.

 

Comentario:

El trabajo presentado por el profesor Hernández pretende, a partir de algunas experiencias personales, rescatar y valorar la rica tradición oral cuyo entramado refleja una profunda cultura del Viejo Caldas.

 

Originalidad y aporte de la publicación:

Tal como lo expresara el poeta Pedro Salinas respecto al autor de las Coplas a la Muerte del Maestre de Santiago Rodrigo Manrique, su padre, la originalidad aquí se encuentra en el hecho de saber recoger una tradición. En este caso de la tradición oral caldense, el mayor aporte consiste en tratar de eternizar lo efímero de la palabra hablada por medio de la escritura, sin despojarla de su dinamismo creador.

 

Concepto acerca del estilo de la obra:

El texto presentado se destaca por el cuidado en el uso del lenguaje. Es una prosa limpia, ágil, que nunca quiere acercarse a la afectación.

 

Contribución a la docencia, la investigación y la cultura general:

El trabajo del profesor Hernández llama la atención sobre el tesoro de las palabras de los mayores que permitieron crear el imaginario social del pueblo caldense. El mismo autor señala que su trabajo prometeico es el de robar estas palabras al olvido. Y, al mismo tiempo, abrir nuevas posibilidades para el estudio de esta tradición oral desde otras perspectivas.

 

Tipo de obra: Libro científico, texto, manual, cartilla, otro:

Otro. El texto propuesto no se encasilla tan fácilmente dado su carácter de ensayo-creación-recopilación.

 

Título que Usted sugiere para la obra:

El título propuesto por el autor me parece el acertado porque poéticamente deja entrever su contenido.

 

Para qué tipo de público considera apropiada y de interés esta obra:

Me parece que es un texto para un público en general. Quiero decir que no emplea un metalenguaje que lo limite a un público con una formación teórica previa.

 

Ámbito de circulación:

Me parece que pudiera ser muy útil en programas académicos de humanidades, particularmente en literatura y antropología.

 

De acuerdo con el contenido de la obra, considera que ésta puede tener un mercado:

Amplio. De 1.000 a 2.000 ejemplares al año.

 

Conclusiones:

En definitiva, considero que el manuscrito presentado a consideración es interesante por el objeto mismo de estudio, así como por la forma en que está redactado. Recomiendo su publicación sin restricción alguna.

 

DIÓGENES FAJARDO VALENZUELA (firmado)

 

10.26. EVALUACIÓN DEL TEXTO

 

Profesor

LUIS HORACIO GALLEGO

Director Departamento de Lenguas y Literatura

 

Ref. Evaluación del texto Nueve Noches en un Amanecer.

 

El profesor Octavio Hernández Jiménez, profesor titular y actual Decano de la Facultad de Artes y Humanidades, entrega listo para la edición un interesante libro, fruto de sus investigaciones y reflexiones sociolingüísticas, pero que va más allá del mero resultado académico, toda vez que el producto aparece dotado de una elevada dosis de pericia narrativa y tono poético. El autor ya es conocido en nuestro medio por obras de temática similar que se inscriben, como ésta, dentro de la Línea de Investigación “Memoria Cultural del Gran Caldas”.

 

Hernández Jiménez llama a su texto “ensayo-cuento” y si bien el mismo posee las características de ambos géneros por su disposición expresiva que alterna el relato y la reflexión en los predios del lenguaje, considero que, sin entrar en polémicas, pues el nombre es lo de menos, se trata de una crónica de los recuerdos que fija sobre el episodio concreto de unos niños que son cautivados por el verbo y la capacidad inventiva de sus mayores para recuperar del pasado lejano e inmediato, aquellos dichos, adivinanzas, consejas, leyendas, coplas, historias y costumbres que traídas al presente se constituyen en delicias para los infantes receptores.

 

“Nueve Noches en un Amanecer” es, en efecto, un cuento en el sentido original del término, cuando se construye sobre los hilvanes o cuentas de episodios que van unos tras de otros en una sola unidad. No posee, desde luego, la especificidad del cuento moderno en su tensión y brevedad que oculta un segundo argumento o el efecto “iceberg” del que hablaba E. Hemingway. Pero, aún así, es cuento en su contexto telúrico desde el mismo momento en que tiene como motor principal la captura del interés y el sostenimiento de la emoción de sus personajes infantiles.

 

Las canciones, las adivinanzas, los mitos y leyendas vuelven a los corredores de nuestros pueblos de ancestro antioqueño, con la impronta de las sagas, los romances y la poesía popular de España. En este sentido, son oportunas las observaciones del autor al correlacionar estos productos del gracejo y la imaginación populares, con sus antecedentes, por ejemplo, de los romances que servían a los juglares para informar a sus coterráneos de jirones de historia y costumbres.

 

También hay que resaltar el análisis que hace de cada uno de los textos, desde su impacto sonoro hasta el sentido de las imágenes retóricas que contienen. El lector del libro tiene la oportunidad de comprender el por qué este tipo de acervo cultural pegaba en el inconsciente colectivo y era (y es) transmitido de generación en generación, hasta llegar de lo oral a lo escrito, como una forma de garantizarlo en el tiempo.

 

Este tipo de discursos tiene actualmente un mercado garantizado, pues, lo regional empieza a llamar de manera especial la atención de lectores expertos y novatos que desean escudriñar las parcelas olvidadas de la sabiduría popular. Es un poco la descentralización del conocimiento que ataca al logos imperante. Es un volvernos más sobre nosotros mismos, antes que insistir en desbordamientos exógenos cuando la universalidad no tiene por qué, indispensablemente, estar en territorios lejanos.

 

El libro está distribuido por capítulos, marcados cada uno por una noche del novenario de la abuela, e ilustrado por dibujos de Carlos Augusto Buriticá que recogen el espíritu de la palabra del autor en imágenes de sensibilidad infantil. Los detalles de la edición futura son cuidados, desde las letras capitales y su transfondo hasta las partituras de las canciones que hace Héctor Fabio Torres. En su conjunto, un texto orgánico de literatura infantil que puede ser leído por adultos quienes recuperarán momentos claves de su infancia y por niños que podrán aliviar en parte la avalancha de fetiches cibernéticos que alimentan su presente que nadie sabe qué clase de nostalgia les podrá despertar el amanecer del tercer milenio.

 

Aspiro a ver el libro del profesor Octavio Hernández Jiménez convertido en la realidad de una bella edición, tal como lo anuncia el proyecto.

  

Cordial saludo,

 

ROBERTO VÉLEZ CORREA  (firmado)

Profesor auxiliar

 

Vº Bº  Luis Horacio Gallego (firmado).

 

“EL PALADAR DE LOS CALDENSES”

 

10.27. UN ÁLBUM FAMILIAR DE SABORES

 

    Por Jorge Mario Ochoa

 

En 1930 le ocurrió a Gilberto Freyre la aventura del destierro. En 1933 publicó Casa Grande y Senzala, un ensayo acerca de los orígenes de la familia y la sociedad brasileña, un libro total, intenso y deslumbrante, un clásico de las letras americanas.

 

En el Prólogo Freyre señala como fuentes de su trabajo, además de las previsibles (las colecciones de los museos, los archivos de las bibliotecas) los sabores de ciertas delicias íntimas de la cocina y la repostería bahianas, que escapan a los simples turistas”.

 

La mención no es casual; también para Proust la experiencia de los sabores es una forma especial de conocimiento, el boleto de entrada a la intimidad de una sociedad y a los signos secretos de su pasado. El libro de Octavio Hernández participa de esta idea.

 

“El Paladar de los caldenses”, como podría esperarse de su título, da cuenta de las comidas, recetas, procesos de elaboración, costumbres alimenticias, ingredientes y productos de una región que por simple continuidad geográfica (y por comodidad) ha sido vista, hasta por los mismos caldenses, como una extensión de la antioqueña.

 

Nos habla también de un tiempo ido o a punto de irse, a veces de manera directa (la comida de monte, el uso de la leña como combustible o de la lejía como parte de la preparación), a veces de manera indirecta (el manejo de arcaísmos relacionados con la cocina o los tiempos de elaboración de algunas comidas, propios de una sociedad morosa).

 

Pero, además de una arqueología, este libro contiene algo así como un álbum familiar de la cocina. El autor tiene una disposición –a mí me parece necesaria en el tratamiento de temas regionales- a la identificación casi autobiográfica con su asunto; así lo ronde la tentación de la nostalgia (el peligro de convertirse en estatua de sal) o su reverso: la sorda condena del presente.

 

Ese resorte afectivo le da matices y contrastes al libro; por un lado se nos presenta como un trabajo descriptivo, dividido y subdividido en ese árido formato de numeraciones decimales que parece inventado para distinguir entre una investigación universitaria y un texto medianamente legible; pero, por fortuna, es también un ensayo sobre el acto de comer y sus parentescos con la felicidad, las expresiones domésticas y los refranes asociados a un plato o una golosina.

 

Aunque el libro no tiene una división cronológica, se infieren de él tres etapas de la cocina caldense:

 

La primera es la colonización antioqueña, tan sobrevalorada en los discursos oficiales. Es una etapa de abundantes recursos silvestres y de trabajo extenuante en la desmedida explotación de los mismos. De ahí que predominaran el criterio de “comer mucho” por sobre el de “comer por placer” y la dieta de combate, poco imaginativa en su preparación.

 

La segunda es la época de asentamiento y conformación de grupos urbanos. El crecimiento de la población, las necesidades económicas. Las presiones políticas forzaron las migraciones de muchas familias de un municipio o departamento a otro y con ellas el comercio doméstico en el repertorio de recetas e ingredientes, e incluso las variaciones en la preparación de un mismo plato.

 

La tercera es la etapa de industrialización en la producción de alimentos, paralela a una tendencia cada vez en aumento: el culto a la estética corporal y sus efectos (el boom de las dietas, las restricciones respecto a los contenidos de grasas, dulces y harinas en los alimentos, y la ya generalizada información acerca de su valor nutritivo).    

 

La segunda etapa es la más importante en esta obra; en ella se centra la mayor parte de las descripciones y recuerdos y en ella están además, para el autor, las claves de la tradición caldense.

 

Toda valoración de la cultura tradicional trae su correspondiente catálogo de críticas a la masificación y automatización de la producción, a la pérdida de identidad en las costumbres y el anonimato de la vida urbana, etcétera.

 

Pero, quisiera destacar un argumento utilizado por el autor contra los remilgos dietéticos de nuestro tiempo. Pareciera que los problemas de salud relacionados con la alimentación tuvieran su origen en la comida y no en el sedentarismo de las costumbres, que en últimas es la manifestación más obvia de una desorientación general en la manera de vivir.

 

Más que una simple confusión entre causas y efectos, el actual criterio de “comer saludable” parece un recurso colectivo, una estrategia para evadir lo esencial.

 

 

(Jorge Mario Ochoa, profesor del programa Filosofía y Letras, es el autor de “Un álbum familiar de sabores”. Manizales: “Quehacer cultural”, Año 16, Nº 169, marzo de 2001, p.7).  

 

 

10.28. ¡AY, MANIZALES SIN RESTAURANTES!

 

  Por Kendon Mac Donald Smith

 

“Pasé un fin de semana agradable en Manizales, en un festival para celebrar sus cien años. La ciudad es espectacular. ¡Qué montañas! ¡Qué calles tan pendientes! ¡Allí a nadie le da un infarto! La ciudad pasa por un excelente momento; es más limpia que cualquier otra y sus calles están en perfectas condiciones. Su gente es particularmente amable, bonita y culta.

 

El festival se llevó a cabo en la sede del Sena que tiene que ser la más linda del país. Sus instalaciones son excelentes y bien dotadas. Lograron convencerme de que la imagen que tenía del Sena, burocrática, ineficiente y politizada, era equivocada. Aquí la administración parecía como del sector privado, por su eficiencia y su deseo de resolver los problemas. ¡Hasta tienen 60 muchachos estudiando cocina de 10 p.m. a 6 a.m.!

 

(…) Me encantó la ciudad, el clima, las montañas y su gente, pero me apena decir que el nivel de la cocina de sus restaurantes es pésimo y también el servicio. El de Tierra Colombiana es el más flojo que he visto en mucho tiempo, y su comida ni se diga: un pedazo de lengua y muchacho secos, secos. El Rincón del Guaro (nombre horrible), tiene una de las sedes más espectaculares que he visto. La comida no es mala del todo, pero hay poco para recomendar. Al menos hicieron un esfuerzo en el servicio. Lástima que no se pueda comer la vista.

 

Irónicamente, mi mejor comida fue un desayuno en la plaza de mercado: caldo con unas enormes albóndigas, una taza sopera de chocolate, una arepa y queso, todo por 2.000 pesos. Si esta región quiere volverse turística las cosas no pueden seguir así.

 

La buena mesa sí existe allí, pero no en los restaurantes. Un asistente a mis clases me regaló un libro, “El Paladar de los Caldenses”, de Octavio Hernández Jiménez, que recoge la comida local, de excelente nivel; muestra el rango y profundidad de la cocina departamental.

 

Yo no visito a Manizales pensando que voy a encontrar la mejor comida tai del mundo, pues no existen los ingredientes, los equipos ni el paladar para hacerla. Como turista, ¡sí pienso que puedo encontrar la mejor comida caldense! En sus campos crecen los mejores ingredientes y hay tradición, historia y paladar para preparar y juzgar sus sabores”.

(…)

 

(Kendon Mac Donald Smith, sobresaliente chef, nació en Escocia y falleció en Cali, el 23 de febrero de 2008. Publicó el texto crítico “¡Ay, Manizales sin restaurantes!”, en el periódico El Tiempo, Bogotá, 24 de septiembre de 2005, p.2-10).

 

 

10.29. COMUNICADO

 

VICERRECTORÍA ACADÉMICA

OFICINA DE DESARROLLO DOCENTE

 

Manizales, 10 de enero de 2001

Nº 000058

Señor

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

Facultad de Artes y Humanidades

 

Le remito el libro presentado por Usted al Comité de Asignación de Puntaje, titulado “EL PALADAR DE LOS CALDENSES”.

 

Una vez analizado el concepto del evaluador y el carácter de la publicación, el puntaje asignado fue de 20 sobre 20 puntos.

 

Este puntaje fue asignado según reunión del 20 de Diciembre de 2000.

 

Cordial saludo,

 

MARÍA MERCEDES MOLINA H. (firmado)

Directora Oficina

 

***

 

“DEL DICHO AL HECHO: SOBRE EL HABLA COTIDIANA EN CALDAS”

 

10.30. Prólogo

 

“OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, EL HUMANISTA DE LA CALDENSIDAD”

 

Por el Doctor Javier Ocampo López,

de la  Academia Colombiana de la Lengua y la Academia Colombiana de Historia

 

“Conoce bien tu aldea y descubrirás el mundo” es la frase de León Tostoi que en este mundo de la globalización señala la trascendencia de conocer lo local y departamental para poder llegar a la identidad ontológica o razón de ser.

 

Al iniciar el siglo XXI y el Tercer Milenio en la historia de la humanidad se considera que es necesario consolidar la identidad provincial para entrar con líneas tendenciales sólidas en el proceso de la globalización mundial. Con el método inductivo llegamos de lo particular o local a lo general del mundo global.

 

Uno de los humanistas caldenses que más ha llegado a investigar y transmitir el “espíritu de la caldensidad”, a nivel departamental, nacional y mundial es el Profesor de la Universidad de Caldas Octavio Hernández Jiménez quien fue Vicerrector Académico, Decano de la Facultad de Artes y Humanidades y Profesor Distinguido de esta importante institución, “Alma Máter de la cultura caldense”.

 

La Universidad de Caldas le hace un homenaje muy merecido con la edición de su obra “Del Dicho al Hecho, sobre el habla cotidiana en Caldas”. Entre las obras que ha publicado destacamos: “Geografía Dialectal”, Lenguaje y Cultura, De Supersticiones y Otras yerbas, Literatura Infantil Oral de Caldas, El paladar de los caldenses, Funerales de Don Quijote, Camino Real de Occidente, La Explotación del Volcán, Cartas a Celina y numerosos estudios sobre el Folclor caldense que ha publicado en diversas obras compartidas, revistas y periódicos. En todas ellas ha estudiado con profundidad el alma y la cultura caldense y ha colaborado en la creación de una conciencia regional que lleva una mentalidad social y una dinámica en la acción que emerge de lo más profundo para el fortalecimiento de la caldensidad. 

 

La identidad de Caldas nos lleva al conocimiento de su idiosincrasia, la influencia del espacio en su cultura, su identidad histórica y cultural y sus mentalidades colectivas, que han dado las bases para su mundo socio-cultural regional, en sus relaciones con Colombia, Latinoamérica y el mundo.

 

Para nosotros los caldenses esa relación del individuo con su cultura, en sus grandes dimensiones, delimita una teoría cíclica de estrecha relación, en donde las regiones presentan fuerzas internas muy fecundas que llevan a la unidad socio-cultural en los planos local, provincial, regional, nacional y continental.

 

La globalización y sus relaciones con lo local deben crear una conciencia colectiva sobre “la región”, no aislada sino integrada con lazos muy sólidos a la nación, al continente y al mundo. Y, en la misma forma, a fortalecer la idea de que existe una ciencia regional, tanto a nivel municipal y departamental, unida a una conciencia nacional que integra a la nación; y ésta, al fortalecimiento de una unidad latinoamericana que nos une con los países hermanos de América Latina y del Caribe, desde México hasta la Patagonia.

 

El folclorólogo Octavio Hernández Jiménez ha escrito una obra de habla cotidiana en Caldas que ha titulado “Del Dicho al Hecho”. Es un trabajo de investigación paremiológica alrededor del estudio y análisis de los refranes más conocidos en Caldas. Los refranes son dichos sentenciosos de uso común que cultiva el pueblo con mucha sagacidad. Ellos son el fruto de su experiencia y hacen parte de la filosofía popular.

 

En sus reflexiones populares, Don Quijote le decía a su escudero Sancho que “no hay refrán que no sea verdadero”. Ellos son la expresión de la sabiduría popular que viene desde muchos siglos atrás y delinearon más en los albores de la lengua castellana. En la época medieval los trovadores en sus canciones incluían estribillos, con sentencias populares, rimadas en forma de proverbios. Esas formas sentenciosas fueron llamadas “refrían”, palabra que posteriormente se convirtió en “refrán”.

 

Los refranes tienen un origen esencialmente popular. Surgen de las experiencias de las gentes que se transmiten por tradición. Son muy prácticos y se utilizan en forma general. Los refranes son muy útiles y se manifiestan como pedagogía popular. Algunos son simbólicos, otras son irónicos, metafóricos, descriptivos, etc.

 

El paremiólogo Octavio Hernández Jiménez en su obra “Del Dicho al Hecho” ha realizado una magnífica recopilación y clasificación de los dichos más populares en Caldas. Unos son dichos religiosos con muchos siglos de duración en España, desde Santiago Apóstol y San Isidoro de Sevilla hasta los musulmanes y las tradiciones españolas en las diversas provincias y pueblos españoles. El pueblo antioqueño y el Viejo Caldas tienen numerosos dichos religiosos que se han transmitido de generación en generación. Otros dicho son del trato de los muertos; otros son dichos seculares; los dichos irónicos y despectivos; los dichos del corazón alrededor de los más bellos sentimientos; los dichos de economía; los adagios y numerosas formas complementarias.

 

Esta obra es profunda, exhaustiva y de gran trascendencia para los estudiosos de la cultura popular y la mentalidad colectiva de los caldenses. En un dicho, en un refrán, en los adagios y sentencias encontramos la filosofía popular y todas las experiencias que se han transmitido de generación en generación.

 

El investigador Hernández Jiménez ha hecho la recopilación de refranes siguiendo las técnicas de la Historia oral en cada uno de los pueblos de Caldas; así mismo ha recogido la tradición española de proverbios, sentencias, dichos y refranes que son muy comunes en Caldas, Antioquia Grande y en España, con tradiciones que vienen de muchos siglos de duración. Algunos de los cuales se encuentran en el Libro de los Proverbios de la Sagrada Biblia y en otras grandes obras de la literatura universal.

 

Lo importante de esta investigación es la forma como la literatura popular recibe la transculturación europea y la adapta en aculturación hispanoamericana y, para nuestro caso especial, la expresión de la cultura popular en el Viejo Caldas, producto de la cultura de la colonización antioqueña a través de los dichos, refranes, sentencias y proverbios populares.

 

El humanista Octavio Hernández Jiménez con su obra “Del Dicho al Hecho” que, en su homenaje ha editado la Universidad de Caldas, contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanismo caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana.

 

El paremiólogo Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos. En sus escritos refleja la idea de la caldensidad, señalando los valores del “ser caldense”, demostrados en sus tradiciones, costumbres, vida cotidiana y en diversos aspectos del folclor regional.

 

Los trabajos sobre la vida cotidiana, las mentalidades colectivas y el folclor se están generalizando en las Ciencias Sociales, en las décadas de transición entre los siglos XX y XXI. Los científicos sociales, cada día, se interesan más por la cultura de las masas populares. Estudios sobre la concepción del mundo y de la vida: costumbres, tradiciones y vida cotidiana de una cultura tradicional que ha sido transmitida oralmente durante siglos, y cuyos orígenes se pierden en el tiempo, pero cuya vigencia y realidad presentan permanencias y supervivencias en nuestro siglo XXI, al iniciar el tercer milenio, han tenido mucha atención para su estudio por historiadores sociales, folclorólogos y estudiosos de la vida cotidiana. Investigaciones de Norman J. G. Pounds sobre “La Vida Cotidiana: Historia de la cultura material”; de Michel Vovelle sobre “Ideologías y mentalidades”; del historiador francés Fernando Braudel sobre “Las estructuras de lo cotidiano” e “Identidad de Francia”; la obra de Peter Burke sobre la Historia de las mentalidades; George Rudé sobre la “Multitud en la Historia”; Pierre Chaunu sobre la larg duración en la Historia y otras, nos reflejan el interés de los nuevos historiadores, folclorólogos y antropólogos sobre la vida cotidiana, la cultura popular y las mentalidades e imaginarios colectivos y el folclor en general.

 

Al analizar algunas estructuras en la evolución de las sociedades, percibimos un ritmo histórico muy lento en su movimiento. Son estructuras básicas tradicionales que se convierten en elementos estables de la sociedad y se transmiten de generación en generación a través de los siglos, permaneciendo sin grandes cambios y con una fuerza histórica casi inmóvil en la unidad histórica del devenir que une al pasado con el presente y el futuro. Por tradición se transmiten las permanencias, las cuales se manifiestan como supervivencias del pasado; la tradición manifiesta continuidad y permanencia.

 

La mentalidad colectiva de larga duración la encontramos en nuestro medio con insistencia en las creencias populares, entendidas como aquellas actitudes comprometidas con hechos determinados de la naturaleza, el mundo espiritual o la sociedad. El sentido de una creencia popular sólo puede descubrirse en un tiempo de larga duración a través de un análisis dentro del contexto de la cultura de la cual fue extraída. La larga duración también se percibe en el folclor literario: en las especies paremiológicas: dichos, refranes, proverbios, sentencias, cachos, adagios, máximas, adivinanzas, acertijos y otros, en los cuales se refleja una cultura tradicional, una filosofía popular de larga duración; así mismo, en los cantares del pueblo, en las coplas,  trovas y romances; en las leyendas, fábulas, cuentos y otras.

 

En este plano de la investigación de la larga duración encontramos los trabajos folclóricos y de vida cotidiana del humanista caldense Octavio Hernández Jiménez para el análisis de la vida cotidiana y la mentalidad colectiva de los caldenses en el ámbito de la cultura popular de Colombia e Hispanoamérica.

 

Los refranes, dichos, sentencias y proverbios que estudia el paremiólogo Hernández Jiménez están relacionados con las mentalidades colectivas de los caldenses, a través de las cuales llegamos al conocimiento de la concepción del mundo y de la vida, las ideas, sentimientos, actitudes, filosofía popular, experiencias y vida cotidiana de nuestra sociedad. En los refranes y sentencias encontramos aspectos muy significativos de la psicología social y las experiencias de la vida cotidiana reflejada en ellos.

 

La obra “Del Dicho al Hecho” que ha publicado la Universidad de Caldas como homenaje al humanista Octavio Hernández Jiménez es de gran trascendencia para el conocimiento de la cultura literaria del pueblo caldense en su “saber popular”. Es la expresión de su vivencia y emotividad por la caldensidad que con gran rigor investigativo, estudia, recopila, analiza, interpreta y divulga; y sobre todo, su insistencia sobre la necesidad de conocer mejor y llegar a lo más profundo de los valores auténticos y de grandeza en nuestra cultura caldense con sus dimensiones y relación con la cultura nacional colombiana e hispanoamericana.

 

Dr. Javier Ocampo López (firmado), Tunja marzo 9 de 2001.

 

(Doctor Javier Ocampo López, “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, Prólogo para obra “Del Dicho al Hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas”, Manizales, Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001).

 

 

***

 

10.31. “LOS CAMINOS DE LA SANGRE”

 

Jorge Eliécer Zapata Bonilla*

 

El académico Octavio Hernández Jiménez, desde el comienzo de su carrera como investigador, ha puesto sus afectos sobre su región, el Occidente del Departamento de Caldas, en la que está enclavado el municipio de San José, punto desde el cual redescubre la historia del vasto territorio que abarca desde la cordillera central hasta los extremos de la occidental atemperada la vista suspendida entre los riscos tenebrosos de las nevadas alturas, por la sutileza del Valle del Risaralda.

 

Aprovechando entonces el centenario del Municipio de Viterbo que se celebró el 19 de abril de 2011, publicó el libro Los Caminos de la Sangre. Se trata de un recorrido generoso por las oleadas de colonos que salieron desde muchos pueblos de Antioquia y del futuro departamento de Caldas para asentarse en los terrenos donde el Padre Nazario Restrepo Botero fundó a Viterbo, en compañía de un grupo de personas que tenían clara la importancia de la ubicación del naciente caserío. El asentamiento tuvo muchas razones para existir: para Nazario, el acercamiento de las comunidades del occidente a Manizales como sede episcopal y para los donantes de la tierra, poner el exuberante valle a producir en los campos de la ganadería y la agricultura. Muchos motivos más se debieron haber planteado.

 

Octavio Hernández Jiménez, como conocedor de la zona, ha enumerado las familias viterbeñas indicando su procedencia, exaltando figuras importantes en campos como los de la educación, la economía, la política, el clero, etc., describiendo, además, los largos viajes realizados para asentarse en los municipios del occidente de Caldas hasta ubicarse en la floreciente población, generando un desarrollo importante que pone hoy a Viterbo entre las fundaciones caldenses con mayor proyección dado el civismo de sus gentes, su influencia territorial en el ingenio del Risaralda y su cercanía a ciudades importantes.

 

Los Caminos de la Sangre es un aporte más al suceso de la colonización antioqueña, evento colectivo que ayudó a transformar la economía nacional y a vincular el centro-occidente del país a un desarrollo que se iba por la zona oriental de la patria. Pues nosotros estuvimos del lado izquierdo de los ríos Magdalena y Cauca sin posibilidades de mover la economía hacia los centros de desarrollo de la parte administrativa de la república. Más tarde se dio la construcción de puentes que permitieron una integración total.

 

El académico Octavio Hernández Jiménez es un estudioso del acontecer regional, autor de una decena de obras básicas para la identidad de la región como: Sobre el Habla Popular en Caldas, el Paladar de los Caldenses, El Español en la alborada del siglo XXI, El Camino Real de Occidente, La Explotación del Volcán, entre otros.

 

Profesor universitario, periodista cultural y ameno conversador, además de mecenas de jóvenes pintores de nuestro Departamento. Su último libro, Los Caminos de la Sangre, es un aporte valioso a la caldensidad y despierta la identidad de Viterbo en su primer centenario.

 

 

*(Zapata Bonilla, Jorge Eliécer. “Los Caminos de la Sangre, una descripción del poblamiento del Valle del Risaralda”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 13 de noviembre de 2011, p.8).

 

 

10.32. APÍA, TIERRA DE LA TARDE

 

Jorge E. Zapata Bonilla

El Diario del Otún

Publicado 13/05/2012

 

Una obra de amor por un terruño, una gran muestra de entrañable entendimiento con una comunidad, un paisaje y unos recuerdos que marcaron la vida de ese bachiller de hace muchos años que fue Hernández Jiménez.

Con el poético título de esta nota publicó el Humanista Octavio Hernández Jiménez una voluminosa obra que se entremete por las interioridades de Apía, el bello municipio risaraldense que tiene una fecunda historia cultural y que ha dado a la región figuras notables en el arte, la religión, la política y la educación.

Su solo colegio Santo Tomás de Aquino es un referente para centenares de personas del antiguo occidente de Caldas que cursaron su bachillerato allí y se proyectaron en la vida de la nación.

El libro está elaborado con ensayos y discursos del autor, pero es a la vez el fiel retrato de la vida cotidiana de un pueblo frio y amable que se paró en un cruce de caminos que dieron vida a otras fundaciones que soñaban con el oro del Chocó, con la belleza del valle del Risaralda y con la majestad del Tatamá.

Hernández Jiménez retoma los apuntes de los cronistas, de investigadores anteriores, de viajeros, para entregar a las generaciones de ahora la historia de cada día de un pueblo génesis de otro municipio importante como lo es Viterbo. Apía es en la comarca la visión de ese ayer que se construyó con la fuerza de muchas generaciones fundiendo las colonizaciones caucana y antioqueña.

El libro de este Maestro de Juventudes entrega un largo capítulo destacando la vida y la obra de Monseñor Octavio Hernández Londoño, un sacerdote educado en Europa que tenía la visión de los gobernantes modernos.

Un hombre de acción que eliminó la violencia partidista en su parroquia organizando las comunidades campesinas para alcanzar metas que los lejanos gobiernos no soñaban aún. La historia de este cura de armas tomar, de su conocimiento del mundo, de su capacidad intelectual y su aceptación por parte de los parroquianos, puede mostrarse como ejemplo de lo que puede un líder y de lo que han prescindido los sacerdotes de hoy cómo ejercicio del pastoreo.

"Apía tierra de la tarde. Música en la montaña" es una obra de amor por un terruño, una gran muestra de entrañable entendimiento con una comunidad, un paisaje y unos recuerdos que marcaron la vida de ese bachiller de hace muchos años que fue Hernández Jiménez, pues el libro retrata con un lenguaje preciso, los días y las noches, la música de las viejas cantinas, las techumbres, las puertas y ventanas, la magnificencia del templo, la blanca neblina de los amaneceres y los bellos arreboles del véspero.

Hernández Jiménez, Octavio. Apía tierra de la tarde. Música en la montaña. Editorial Manigraf. Manizales, 2011. P.p. 406.

 

 

 

11.1. “OCTAVIO HERNÁNDEZ, EL MÉDICIS DE SAN JOSÉ CALDAS”

 

                                                                                Carlos Arboleda González*

 

La tierra no es nuestra y, aunque tardíamente sabemos que nosotros somos los que le pertenecemos, de este principio inmemorial surge ese arraigo inalienable por el lugar de nacimiento, por el pueblo, por la ciudad, por la cuna y por el verdadero hogar del ser humano. Todo otro elemento vino luego. Tal vez el sentido de extrañamiento por nuestra patria chica sea tan natural como el que sentimos por algo congénito y amado. Pero ocurre que, como seres humanos, debemos crecer para reconocer, muchas veces demasiado tarde, el entrañable valor que subyace en este sentido de pertenencia.

 

Así como nos gusta la casa materna y la ropa y el comedor, también nos encanta ostentar esa prenda de la familiaridad, muchas veces manifiesta en el apellido, motivos suficientes para buscar un lugar en la vida y un lucimiento, y también un reconocimiento. Pero existen ciudadanos que siguen queriendo a su pueblo todo el tiempo y viven este reconocimiento a la inversa: o sea que quieren seguir adornando su lugar de origen, como si el agradecimiento fuese su vocación.

 

Así, Octavio Hernández Jiménez, desde hace tiempo, se ha dedicado a adornar a su pueblo natal, San José de Caldas, con las galas del arte, porque él no sólo cree, sino que lo sabe y lo vive, que los bienes más preciosos de un ser humano son los bienes naturales retocados por el arte, por el alma y por la cultura. Él sabe más que muchos cuánto vale un libro, una estatua y un aire musical; y también, cómo aroman nuestra vida el recuerdo, las tradiciones orales, las pequeñas historias de la infancia, sus dichos, sus refranes y sus alimentos.

 

Y ahora, cuando la Providencia le ha permitido cesar en sus trabajos profesionales, y tiene el grato privilegio de gozar de su pensión de jubilación, después de mucho tiempo de docencia en la Universidad de Caldas, reconfirma su tarea de seguir adornando, desde la propia Sixtina de San José de Caldas y sus aledaños terrígenos, en aquellas breñas en las que nació respirando el aire puro de los valles del Risaralda y del Cauca, mientras contemplaba las cumbres blancas andinas de nuestra Tama, Cumanday o Ruiz.

 

En su pueblo natal, especialmente en la iglesia, él ha ido reuniendo una valiosa colección de obras de arte de artistas regionales, donadas a título personal, por propia voluntad y gusto, para que allí, sus propios y visitantes, puedan recordar en forma vívida que el arte y el espíritu nos sobreviven de la manera más alta. Lo primero que hizo fue donar su valiosa biblioteca enriquecida, especialmente por los clásicos.

 

Luego, preocupado por la suerte cultural de San José, Octavio Hernández, amante del arte como pocos, con una generosidad sin igual, ha financiado varios proyectos, los que ha donado de manera ejemplar. El primero fue una escultura en bronce de Jorge Vélez Correa, “El Duende”, obra que un alcalde sin sentido ni formación cultural relegó del sitio estratégicamente escogido y que hoy se encuentra arrinconada sin prestar la función didáctica que pretendía: quien ingresara al bosque a cortar árboles, el duende lo embolataba.   

 

Más tarde, Walter Castañeda, en 1998, por encargo de Hernández Jiménez, pintó en la iglesia un mural llamado “El Juicio Final”, de 4,50 metros de alto por 2,80 de ancho, que representa los pecados y las virtudes del siglo XX. Ahora, el próximo 13 de julio, la parroquia recibirá un mural en madera, “La Sagrada Familia”, tallada por Fernando Alvarado, conformado por aquellas figuras bíblicas pero con conceptos y mensajes modernos. Antes, Alvarado había tallado en madera un Vía Crucis, también encargado por Hernández Jiménez.

 

Fernando Botero, de igual forma, nos ha dado ejemplo al reubicar una valiosa colección de su factura en su tierra de origen, Colombia y Medellín, porque como dice el tango, “siempre se vuelve al primer amor” y, el primer amor, como piensa Octavio Hernández Jiménez, es la tierra madre.

 

Hemos visto lejana la expresión “mecenas”, la que hemos asociado con los Médicis y con algunos césares de la antigüedad, pero creo, con todo respeto y admiración, que los hechos de Hernández Jiménez merecen ser contados y reconocidos, más porque sus móviles son íntimos, personales y a la vez generosos, desprendidos y naturales. Y, además, está demostrando que para ser mecenas, en esta tierra, no hay que contar con grandes capitales, ni ser parte de un macroproyecto, ni pretender una estatua inmediata o postrera en esta bella Sixtina de San José de Caldas.

 

¡Qué bueno sería que cada pueblo de Caldas tuviese un mecenas, un Lorenzo de Médicis local, como Octavio Hernández Jiménez! Otra sería nuestra suerte y muchas Florencias adornarían nuestro territorio.

 

 

 

(Carlos Arboleda González, director del Instituto Caldense de Cultura y luego secretario de Cultura de Caldas, publicó este artículo en el diario La Patria, julio de 2001, p.5a.).

11.2. “OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ Y SAN JOSÉ DE LOS MITOS”

 

Carlos Arboleda González *

 

San José de Caldas, por su ubicación privilegiada, está llamado a convertirse en un destino turístico, para lo cual debe modificar su nombre y llamarse, más bien, San José de los Mitos, más comercial y con suficientes leyendas para justificarlo, como lo es la historia del Duende.

 

Este pequeño municipio tiene una respetable familia, los Hernández que ha sobresalido, por varias generaciones, en el campo del comercio, la política, la religión y el arte.

 

A Octavio Hernández Jiménez (1944), licenciado en Filosofía, Letras e Historia, profesor titular de la Universidad de Caldas, ya jubilado; autor de “Los Funerales de Don Quijote”, “Camino Real de Occidente”, “La Explotación del Volcán”, “El Paladar de los Caldenses”, “De Supersticiones y otras yerbas”, “Nueve Noches en un Amanecer”, “Cartas a Celina”, “Del Dicho al Hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas”, entre otros, podemos compararlo, obviamente guardadas proporciones, con Lorenzo de Médici (1449-1492), llamado el Magnífico, príncipe de Florencia, además de banquero, filósofo y poeta, mecenas de Sandro Boticelli, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti y fundador de la Biblioteca Laurenciana.

 

Desde hace varios años, Octavio, el Médici nuestro, optó por convertirse en un mecenas de la cultura y del arte de San José de los Mitos. Lo primero que hizo, cuando murieron sus abuelos, fue adquirir los derechos de dicho predio y dedicarle sus ingresos profesionales, por varios años,  a realizar una restauración lo más fidedigna posible. Hoy, esta casa, la más bella de la municipalidad, engalana el paisaje visual privilegiado de quienes transitan por el lugar.

 

La casa de los Hernández descresta de entrada pues al ingresar encontramos dos bellas tallas del maestro Fernando Alvarado. El segundo piso de la edificación es, sin exageración, una galería de arte, empezando por los muebles Art Decó.

 

Los principales pintores caldenses están allí. Sandy Arcila, el del Mural del Instituto Universitario, adorna la sala que da a la plaza, con tres óleos, entre ellos uno con la figura de Octavio cuando aún era joven y otro llamado “La Muerte del Colono” que es la historia de su abuelo quien murió de fiebre amarilla.

 

 Pero también están Ángel María Palomino, David Manzur, Mari Paz Jaramillo, Jorge Vélez Correa, Jesús Franco, Bernardo Arias, Diego Panesso, Adolfo Peña, Óscar Naranjo, Jorge Eliécer Rodríguez, Walter Castañeda, Luz María Jaramillo, Mario Escobar Ortiz, Alberto Betancur, John de Greck, Carlos Augusto Buriticá, Marisol Rendón y Gustavo Villa.

 

Hay un cuarto especial dedicado al artista del pueblo, Alcides Arenas, de la vereda Altomira, con cuadros pintados de manera primitiva, con temas eminentemente populares, de elemental belleza y gracia, llenos de humor.   

 

Los cielorrasos de la casa son espectaculares; una parte son en lámina corrugada y otra en madera con figuras geométricas pintadas en alegres colores. El cuarto principal, con una cama de cobre del siglo XIX, tiene un escritorio también antiguo y una pequeña biblioteca donde sobresalen Jorge Luis Borges y otros clásicos de la literatura universal; allí, de igual manera, podemos apreciar, magníficamente dispuestos, los pergaminos y las placas que le han dado en diferentes homenajes.

 

Ningún municipio de Caldas tiene una casa como la de Octavio Hernández Jiménez, imponente y bella por fuera y una verdadera obra de arte por dentro.

 

Pero, el mérito mayor de este escritor radica en las obras de arte que ha venido donándole a San José de los Mitos. En la iglesia de Nuestra Señora del Carmen hay un gran óleo de Walter Castañeda, “El Juicio Final”; una talla en madera de Fernando Alvarado, “La Sagrada Familia” y el Vía crucis del mismo artista. Al lado de un Simón Bolívar muy simpático que existe en la plaza principal, está una escultura de Jorge Vélez Correa, “El Duende” que él gestionó ante el gobierno departamental para su adquisición. Al entrar al edificio de la Alcaldía se ubica “Familia colombiana” de Fernando Alvarado y, en el salón Ancízar Henao, observamos “Luz del Mundo”, de su autoría.

 

Pocos seres humanos, sin grandes recursos económicos, como lo es Octavio Hernández Jiménez, le han dado tanto a su pueblo. Con el desprendimiento está demostrando que es un hombre superior, un alma pura que ama no sólo el arte y las raíces ancestrales que heredó de sus padres, sino que también está expresando, de manera visible y palpable, el amor profundo que siente por su patria chica. El Médici nuestro, Octavio el Magnífico, merece estas sinceras líneas, escritas con admiración, veneración y gratitud. Hombres como él hacen grande a un país. ¡Lástima que no abunden!

 

 

(El Doctor Carlos Arboleda González, Secretario de Cultura de Caldas, publicó este comentario, en el diario La Patria de Manizales, el 4 de agosto de 2009, p.7b). 

 

***

 

 

 

 

12.1. Creadores de Identidad:

OCTAVIO HERNÁNDEZ,

ESTUDIO DE LA HISTORIA REGIONAL

  Jorge Eliécer Zapata B.*

Octavio Hernández Jiménez ha sido en Caldas quien complementa el estudio de los grandes acontecimientos de la historia. Él se enfoca en lo que se pudiera llamar la letra menuda, lo que da vida y fuerza al hilo conductor de la historia.

Los sucesos que conforman la historia de un pueblo, en apariencia, son los sucesos magnos: las guerras y las batallas, las invasiones y las conquistas, las colonizaciones y las fundaciones de pueblos y ciudades pero también los hechos menos pomposos dan fuerza y cohesionan el gran suceso, y a este aspecto se le apuntan pocos estudiosos, como sucede en Caldas con Albeiro Valencia Llano quien enfoca la colonización antioqueña desde la vida familiar.

Visión de la Región:

El ensayo titulado Camino Real de Occidente es en Octavio Hernández el inicio de una búsqueda que permite acercar a las gentes a lo que fue nuestro pasado. En este corto estudio está de cuerpo presente la vida política y económica de la vasta región, ya que el tramo descrito por Hernández unía la gobernación de Popayán con la de Antioquia e iba insertando las nuevas fundaciones al desarrollo general de la república. En él se redescubre la historia regional, la arteria por la cual transitaron los indígenas, los primeros españoles, los criollos y posteriormente, toda la población de la República.

El Paladar de los Caldenses, obra que recupera la gastronomía regional, muestra la vocación por la buena mesa en un territorio donde se funden el nativo, el africano, el español y posteriormente el mestizo que ayuda a dar forma a la identidad culinaria.

De Supersticiones y Otras Yerbas penetra en la idiosincrasia regional y muestra como se han asimilado las tradiciones que formaron los mayores enriqueciéndolas con fuerza creadora.

Del Dicho al Hecho: el Habla popular en Caldas complementa la manera como los habitantes de este territorio se expresan en medio de la evolución de una lengua dinámica como lo es el español. “Es un trabajo de investigación de paremiología alrededor del estudio y análisis de los refranes más conocidos en Caldas”, ha dicho el historiador Javier Ocampo López.

Por último, Los Caminos de la Sangre, un estudio corto y serio sobre el poblamiento de Viterbo, las familias que ahora componen el conglomerado y su procedencia. Esta obra se publicó el pasado abril con motivo de la celebración del centenario de esa población caldense.

El escritor, quien nació en San José, mira con lente de humanista cómo se ha formado la región caldense.

Confrontación con el mundo:

Octavio Hernández Jiménez fue profesor de la Universidad de Caldas, lector de todas las horas y viajero estudioso. Ha recorrido mundo para confrontar sus lecturas con la realidad sacando valiosas conclusiones que se convierten en amenas crónicas que paulatinamente da a conocer.

Todo esto lo complementa con juiciosos análisis de la obra de los artistas regionales indicando cuanto se ha avanzado en este sentido. Aquí ejerce un mecenazgo que contribuye a fortalecer la cultura comarcana.

(Jorge Eliécer Zapata B., presidente de la Academia Caldense de Historia, publicó esta semblanza, en el periódico La Patria, de Manizales, el viernes 26 de agosto de 2011, p.2b).

 

12.2. SOBRE LA VIDA DE OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

 

Fabio Alzate Vallejo

 

No sería yo la persona idónea para escribir una biografía sobre la vida de Octavio Hernández, en este momento, pues no he tenido la oportunidad de leer todas sus obras y no tuve la fortuna de ser su alumno en la época del Santo Tomás, aunque si contemporáneo y coetáneo, porque cursaba los primeros años del Colegio, por la época en que, Octavio, fue profesor de Filosofía y Literatura.

 

Y fue precisamente por aquella época de 1968 a 1971 en que me tocó ser testigo del enorme impactó que causó en la juventud tomasina y en sus alumnos las diferentes actividades que desarrollaba Octavio: Fue un descubridor de talentos.  Promotor de artistas, poetas y escritores que desplegaron sus aptitudes a través del teatro, los periódicos murales y los concursos de cuento, poesía y declamación que organizaba dentro de las actividades del Centro Literario Marco Fidel Suárez.

 

 Elba Ochoa con su melodiosa voz, Régulo González, Hernán Díaz fueron algunos de esos alumnos;  de muchos de ellos nunca se supo su continuidad en las lides literarias, no sucedió así con el espíritu rebelde,  de liderazgo sindical y revolucionario,  que se forjó en muchos de ellos como fue el caso de Felipe García, eminente dirigente sindical en Risaralda, Hernando Rúa y Marco Tulio Salazar en Caldas, Gustavo Hincapié en Alemania y luego en Antioquia. 

 

Muchos de sus alumnos hoy son distinguidos profesionales,  en diferentes ramas del  saber,  y en todos se observa una gran constante: Un gran cariño, un gran respeto y una gran admiración por su Maestro. Tengo todavía vivo el recuerdo de aquella fiesta del Colegio Santo Tomás, organizada por Octavio, en 1970,  en donde con lujo de detalles los alumnos de sexto,  dirigidos por Octavio,  hicieron tremenda imitación de Don Gabriel Rojas Morales,  trabajo que estuvo a cargo de Eliseo Múnera,  este repitió en forma muy jocosa la  voz militar, sus  gesticulaciones, el manoseo de las cargaderas que sostenían sus pantalones y sus gritos estridentes, fue  el mismo don Gabriel el que más gozó y felicitó a Eliseo por tan fiel imitación.  A Mario Martínez, que en paz descanse, le tocó luego continuar con la labor cultural iniciada por Octavio.

 

Una de las facetas más interesantes de la vida de Octavio Hernández es su espíritu innato de investigador, rebuscador de los hechos, un hurgador de motivos, y alguien que siempre va más allá de los acontecimientos. Lo anterior quedó plasmado fielmente en la   gran discusión, que nos deja Octavio dentro del libro “Apía tierra de la tarde”, con respecto a la ubicación actual de la cabecera municipal de Apía,  en la intercepción de los caminos que conducían de Medellín a Popayán, tomando la ruta hacia Santuario, y el camino que venía de Manizales  rumbo al Chocó,  en la conocida esquina de Lázaro.

 

Argumenta Octavio, que los fundadores del municipio se ubicaron en el cruce de caminos que era por donde pasaban las mulas con el desarrollo en sus lomos, lo anterior,  en abierta contradicción con la tesis  de su tío el Padre Hernández,  quien sostenía que Apía inicialmente lo habían fundado en los terrenos que hoy ocupa la vereda el Encanto y que tuvieron que trasladarlo,  para el  sitio que hoy ocupa, debido a   la escasez del agua en el  sitio inicial. Ese espíritu investigador y aventurero quedó, también, reflejado en todas sus obras muy especialmente en la del “Paladar de los Caldenses”.

 

Es bueno resaltar otras facetas importantes en la vida de Octavio Hernández y es la fotografía, a la cámara de Octavio se deben fotografías memorables como las de las viejas calles de Apía, que nos dejó como un nostálgico recuerdo de nuestra niñez y que hoy cobran gran valor histórico; el rostro apacible del padre Hernández, las fotografías sobre el viejo colegio Santo Tomás y muchas otras sobre algunos sitios, hoy desaparecidos de Apía,  lo convierten en un fotógrafo de gran peso histórico, algunas  de esas  fotografías ilustran el libro sobre Apía y la revista sobre los 25 años del colegio Santo Tomás de Aquino y otras publicaciones.

 

En San José, Caldas, pueblo natal de Octavio, es reconocido como el impulsor de la cultura y las artes, tanto que muchos lo ubican como si fuera el funcionario público encargado de dichas labores, allí ha realizado concursos, ha creado un museo, ha restablecido construcciones de inmenso valor sentimental e histórico, es decir, todo un líder cultural reconocido y aceptado por la comunidad.

 

En la página 82 del libro Octavio menciona  la importancia en la Universidad de Caldas de “El grupo de Apía” integrado por el doctor Hely Alzate Sánchez, eminente profesor de la cátedra de sexología, cardiólogo y bioquímico; el profesor Gustavo Isaza, en la cátedra de farmacología; Albeiro Valencia, doctor en Historia; por su reconocida humildad y por respeto , Octavio,  omitió su nombre de esa ilustre cuarteta que brilló en la Universidad de Caldas en los años 70,80 y 90 del siglo pasado, pero los que tuvimos la oportunidad de pasar por allí sabemos con toda certeza que Octavio fue el más brillante de todos, pues logró ser el primer decano de la  Facultad de Artes y Humanidades, y me atrevo a agregar, también,  a esa distinguida lista, al doctor Horacio Gallego, bachiller de 1965 del Colegio  Santo Tomás,  eminente profesor y director del Programa de Lenguas Modernas de dicha Universidad.

 

Quiero dar, en nombre de todos los apianos, inmensas gracias a Octavio por dejarnos la magnífica obra que hoy nos entrega y con la cual se aumenta la escasa literatura que existe sobre Apía. Estamos seguros que su trabajo será fuente de consulta, de gozo y de satisfacción, mucho mayor para quienes tuvimos la oportunidad de vivir aquella época dorada de Apía, liderada por el gran talento humano que existía en el Colegio Santo Tomás, por aquellos años del 60 y el 70.

 

Me resta insinuarle a Octavio que nos consiga y nos envíe todo el paquete de sus obras para que reposen en la biblioteca pública municipal, institución que él mismo ayudó a fundar,  y para que estén disponibles y se puede  acceder a ellas  tanto  estudiantes, profesores  y lectores, y poder de esta manera,  disfrutar, apreciar y valorar la obra del más grande escritor formado en Apía.

 

 

12.3. Neiva (H.), 7 de abril de 2012

 

Señor

Fabio Alzate Vallejo

Apía (Rda.)

 

 

Mi muy estimado amigo: 


 
Reciba un cordial saludo, luego de lo cual y conforme a lo acordado, me es placentero hacer una sencilla presentación de lo que mi regular memoria, modesta observación y capacidad de redacción me lo permite:


 OCTAVIO HERNANDEZ JIMENEZ

 

Podríamos decir que él mismo ha madurado su vida y la vida misma lo ha añejado como los más exquisitos vinos. Fue el primero de los hijos del hogar conformado por don Daniel Hernández y doña Rosa María Jiménez. Nació en el entonces corregimiento de San José Caldas (ahora Municipio), el 16 de diciembre de 1944. Aún él mismo conserva intacta la pequeñísima alcoba donde vio la luz por vez primera. El mayor de 8 hermanos, de los cuales han fallecido tres de los menores (Ángela Rosa, que también hizo su bachillerato en Apía), Daniel Alberto y Cecilia. El papá murió el 15 de Julio de 1971y la mamá el 19 de Agosto del año 2000.

 

El kínder y parte de la primaria los cursó en Anserma Caldas; en San José cursó tercero y cuarto de primeria en la Escuela Marco Fidel Suárez; quinto en el Colegio Salesiano, Seminario Menor de Pereira y Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía, donde se graduó en el mes de noviembre del año 1962. Fue aquí donde echó sus primeras raíces; a  brotan sus primeras dotes de intelectual, a transmitir y a compartir conocimientos como profesor de Filosofía  y de  Español y Literatura, sucediendo con lujo y capacidad a don José Álvarez Patiño.

 

Desde niño, siempre respetuoso, de completa dedicación a sus estudios, los libros, las revistas, periódicos como a las actividades que en ese entonces desempeñaban los muchachos en sus propias  casas. Consumado lector y observador de la vida cotidiana, lo que lo proyectó en las artes teatrales, la literatura, la pintura, la historia, aficionado a la fotografía e incluso artesano en la madera. Inocultable ha sido su admiración, entre no pocos, por clásicos, modernos y contemporáneos, lo que le permite hablar con tanta propiedad y generosidad de un Dante o Miguel de Cervantes como del mismo Gabriel García Márquez, un Neruda o un Octavio Paz. O de las obras de Miguel Ángel, Francisco de Goya, pasando por Picasso, Salvador Dalí, Manzur, Palomino, Botero, Diego Panesso y otros bien prestigiosos, hasta el más provinciano como Alcides Arenas (pintor campesino paisajístico de San José).

 

Sobrino entre otros, por línea paterna, del Padre Octavio, Teresita, María, Matilde, Rosita y Sor Ángela Hernández Londoño, quienes en su medida le tendieron las manos en los difíciles momentos económicos vividos por sus padres.

 

Y es  así como lo podemos afirmar con todo convencimiento que. por el tiempo en que fungió como orientador de las cátedras  de las materias como las antes mencionadas, fue LA EPOCA DE ORO  DE LA CULTURA APIANA, tierra a la que reverencia como si fuera su verdadera patria chica, en la cual, gracias a su impulso e iniciativa, y a la consiguiente correspondencia de la ciudadanía y los discípulos del Colegio Santo Tomás;  florecieron la literatura, el cuento,  la poesía, el teatro, los centros literarios, la cultura en la calle, la investigación... De allí que para cada presentación literaria o teatral, la sociedad de nuestro querido pueblo se engalanara para disfrutar y luego desbordarse en inmejorables calificativos.   Tales presentaciones trascendieron a los pueblos vecinos de tal manera que no dudaron en reclamar la repetición de unas y otras representaciones culturales. Octavio, como ninguno supo explotar la enorme cantera que representaban los alumnos del colegio Santo Tomás de Aquino.

 

Ilustrado, pragmático y divertido. Agradabilísimas eran las cátedras que Octavio abordaba, como que generalmente iniciaba sus clases de una manera coloquial, llamando la atención de sus discípulos en un hecho notorio actual, o bien, de una simple observación personal reciente, lo que llevaba a cautivarlos o interesarlos. De esta manera  los iba interesando en el tema materia de sus clases, la que fuera de exigencia para el programa académico y mucho más, convirtiendo a un buen número de los muchachos en lectores, investigadores en incluso en intelectuales beligerantes, los que después  irían  a descollar en claustros universitarios, en la vida social y pública. 
 
El Colegio San Tomás y el mismo pueblo de Apía pudieron contar con tan valioso prospecto, entre 1967 y 1970. Desde el año 1971 se radicó en Bogotá, donde continuó sus estudios superiores en la Universidad Gran Colombia, en la cual recibió con alegría los títulos en Filosofía y Letras e Historia, fuera de cursos en diversas gamas de la literatura, el cine y la fotografía.

 

No fueron pocos los sacrificios que le correspondió afrontar para alcanzar sus logros. Levantarse antes de las cinco de la mañana para abordar dos rutas de buses que lo llevarían a Bosa, al sur de la ciudad, para dictar clases en la primera jornada en un colegio de tal localidad; luego, se ubicó en el elegante Colegio Femenino "La Enseñanza", sobre la Avenida Chile, en esa época, de donde se trasladaba hasta el centro de la ciudad a atender las exigencias de la Universidad. Sus gastos debieron restringirse al máximo pues, en ese mismo año de 1971, murió su padre, víctima de una enfermedad terminal. Era el mayor de los hermanos y debería afrontar la situación.

 

Se trasladó luego a Girardot donde ejerció la docencia en la Universidad de Cundinamarca y de allí se radicó en Manizales, ciudad en la cual se desempeñó como docente de la Universidad de Caldas, Profesor Titular y Distinguido así como Decano de la Facultad de Artes y Humanidades. Triunfó en concursos literarios y de investigación en el área de ciencias sociales. Son muchos sus ensayos presentados en acontecimientos especiales, sus conferencias en congresos a los que ha sido invitado  en razón a su trayectoria de calidad, por lo cual los reconocimientos no han sido nada gratuitos.
 
Por lo demás se sabe que en su vida personal ha sido ordenado, querido y respetado por sus hermanos, familiares y amigos. Milimétricamente organizado en sus finanzas, sin que tal circunstancia lo prive de participar de una vida decorosa y cómoda en la cual puede asistir a su gusto, a presentaciones teatrales, óperas, conciertos musicales, reuniones sociales, familiares y recorridos por distintas regiones de Colombia, Suramérica, México, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, España y veinte países más, en donde ha tenido la satisfacción y la alegría de visitar museos, monumentos históricos que físicamente lo han puesto en contacto con lo aprendido y soñado en los libros, cosas de las cuales, con toda justicia, se ha podido gloriar.  

 

Con gusto,

 

Francisco Javier Hernández J.

 

***

 

OBRA BIBLIOGRÁFICA DE

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

 

 

 

 HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. Funerales de Don Quijote. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1987 y reeditado en 2002.

______________________ . Camino Real de Occidente. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1988.

______________________ . La Explotación del Volcán. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1989.

______________________ . Cartas a Celina. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos,  1995, 2018 y 2019.

______________________ . Lenguaje y Cultura. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1996.

______________________ . De Supersticiones y Otras Yerbas. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1996.

______________________ . El Paladar de los Caldenses. Manizales: Talleres Edigráficas, 2000 y reeditado en  2006.

_______________________ . Nueve Noches en un Amanecer (Lit. Infantil Oral de Caldas). Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001.

_______________________ . Del Dicho al Hecho: Sobre el habla cotidiana en Caldas. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001, con reedición en 2003.

_______________________ . El español en la alborada del siglo XXI. Manizales: Editorial Manigraf, 2002.

_______________________ . Los Caminos de la Sangre. Manizales: Editorial Manigraf, 2011.

_______________________ . Apía: Tierra de la Tarde, Música en la Montaña. Manizales: Editorial Manigraf, 2011.

 

_______________________ . “El Quijote en Colombia”. Madrid: Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar, Editorial Castalia, volumen III, 2006.

 

_______________________  . “Los ídolos del hogar – El mito y la leyenda en Caldas. Manizales: Ministerio de Cultura-Secretaría de Cultura de Caldas-Municipio de San José Cds, Editorial Manigraf, 2016.

 

________________________ . “Fiestas patronales, entre lo sagrado y lo profano”. Manizales: Editorial Manigraf, 2017.

 

SÍNTESIS:

 

FUNERALES DE DON QUIJOTE: Ensayo-cuento basado en la leyenda según la cual Don Quijote de la Mancha está sepultado en Popayán (Colombia).

 

CAMINO REAL DE OCCIDENTE: Uno de los nombres con que se conoció el trayecto entre la capital del Estado del Cauca y la del Estado de Antioquia. Esta obra se detiene en el tramo entre Anserma y Belalcázar por la Cuchilla de Todos los Santos, entre los años finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

 

LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN (El León Despierto): Único libro a modo de crónica y ensayo que se publicó del lado caldense con motivo de la explosión del Volcán Nevado del Ruiz, el 13 de noviembre de 1985 que, en total, cobró la vida de 25.000 personas.

 

CARTAS A CELINA: Serie de cartas que el autor remite a una mujer aquejada de soledad. En la segunda parte, el texto “Paisaje Sonoro”, que describe, en forma secuencial, una noche de desvelo, en la casa de los abuelos. Este ensayo mereció el premio Flor de Oro del Café, en los Juegos Florales de Manizales, 1993.

 

LENGUAJE Y CULTURA: En el primer texto explica a sus alumnos, en la cátedra de Sociolingüística,  la metodología seguida por él en sus investigaciones en esta área del lenguaje y, luego, presenta un delicioso ensayo sobre los sobrenombres en Caldas.

 

DE SUPERSTICIONES Y OTRAS YERBAS: El autor recopila infinidad de creencias populares que no abandona gran parte del pueblo caldense, con relación a la vida, el amor, el matrimonio,  la fortuna, la muerte y al fútbol.

 

EL PALADAR DE LOS CALDENSES: En un recorrido por los municipios de Caldas, el autor recopila las costumbres gastronómicas que diariamente saborean sus gentes y otros factores que se destacan en nuestra cocina.

 

NUEVE NOCHES EN UN AMANECER: El autor hilvana, en 9 noches imaginarias, los resultados de sus pesquisas sobre literatura infantil en el departamento de Caldas, en tiempos de los abuelos y bisabuelos. Allí hay adivinanzas, trabalenguas, poemas, rimas, mitos, cuentos de animales y viejas canciones infantiles.

 

DEL DICHO AL HECHO: SOBRE EL HABLA COTIDIANA EN CALDAS: Recopilación y explicación de dichos, refranes y adagios que de ordinario utiliza el pueblo caldense.

 

DEL ESPAÑOL EN LA ALBORADA DEL SIGLO XIX: Texto basado en fenómenos sociales, estadísticas e interpretaciones que se tejen sobre la situación de nuestro idioma al comienzo del nuevo milenio y explicación del porqué se puede vaticinar un futuro glorioso para el español.

 

LOS CAMINOS DE LA SANGRE: Una de las corrientes migratorias más activas que se dio en el Bajo Occidente de Caldas llegó desde el norte del mismo departamento y no había sido tenida en cuenta por otros investigadores.

 

APÍA, TIERRA DE LA TARDE: En el occidente de Caldas, Apía fue el equivalente a Salamina en el norte, Pensilvania o Manzanares en el oriente y Calarcá en el Quindío. En sus establecimientos educativos de excelente nivel académico se educó gran número de adolescentes del Bajo Occidente del Viejo Caldas y del actual departamento de Risaralda.

 

EL QUIJOTE EN COLOMBIA: En este ensayo recopila y sintetiza infinidad de obras que ha generado la obra de Cervantes en nuestro país. El texto está publicado en la Gran Enciclopedia Cervantina, del español Carlos Alvar.

 

LOS ÍDOLOS DEL HOGAR. El mito y la leyenda en Caldas. Serie de ensayos sobre estos conceptos antropológicos además de una amplia recopilación de textos orales escuchados en los distintos municipios del departamento de Caldas. Al final aparece un ensayo titulado “Genealogía de los fantasmas”.

 

FIESTAS PATRONALES, ENTRE LO SAGRADO Y LO PROFANO: Un ensayo que sigue la trayectoria de las festividades de Nuestra Señora del Carmen, patrona de San José de Caldas. Esta fiesta viene celebrándose, en forma ininterrumpida, desde 1927 y está a cargo de todas las veredas y gremios de este municipio del Bajo Occidente de Caldas. En ellas se mezclan los aspectos puramente religiosos con aspectos profanos como la pólvora, las bandas de música, los desfiles y otras manifestaciones de la idiosincrasia de este pueblo.

 

 

APUNTES CRÍTICOS A LA OBRA

 

DE OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

 

“En Octavio Hernández Jiménez hallo al escritor integral del siglo XX que agoniza, al artista de la palabra que es capaz de hacer convergir en los rastros de escritura de su encendida y privilegiada pluma, a todos los géneros literarios, sin que se escapen aquellos que supuestamente no pertenecen a este firmamento de elegidos. Por ello, tenemos en la Universidad de Caldas a un polifacético docente que tan bien se desenvuelve con la ficción narrativa corta o el cuento, como con el ensayo literario y el sociolingüístico, la crítica de arte, la glosa periodística, el apunte folclórico y hasta, en la novela, aunque permanezca inédita.

 

A la manera de Hernández, y como sólo él es capaz de describirlo, emerge el universo de la pequeña aldea, del discreto poblado, de la población olvidada de los poderes centrales, donde existe gente de vivaz creatividad y, desde sus billares, atrios, portales de cementerios, colegios y cantinas, brota como para ser grabado por el alma magnética de la atmósfera, millares de páginas que de no ser por la visita oportuna de los investigadores de lenguaje, hubieran disuelto sus fonemas en el abismo insondable del olvido…”.

 

(“El Goce de inventar palabras”, reseña bibliográfica publicada por el escritor y crítico literario Roberto Vélez Correa, en Hipsipila, Revista Cultural de la Universidad de Caldas, volumen 4, Nº 1, Manizales, enero-junio de 1997, pp.77-79).

 

 

***

 

FUNERALES DE DON QUIJOTE

 

“Su conferencia “Funerales de Don Quijote” que he leído de inmediato, ha dejado el más grato ritual intelectual dando vueltas en mi magín. Tienen mucha gracia sus páginas. Se pasea con soltura creadora por entre las citas de Don Miguel, con maestría de erudito. Me han impresionado sus referencias a lo mestizo –casi siempre tan desdeñado-; su devoción por Popayán, la culta; el recrearse en los claustros de Santo Domingo que tanto amamos;  el describirnos a la ñapanga que es parte del paisaje humano de la “ciudad fecunda” y elevar, a gran sentido de grandeza, la “capacidad mitificadora del pueblo”.

 

(Firmado, Doctor Otto Morales Benítez)

 

***

 

“Dos contribuciones de singular encanto nos hacen vivir en todos sus detalles la honda pesadumbre de este insuceso y nos llevan de la mano en todos los instantes de este luctuoso recorrido: Funerales de Don Quijote (Popayán, 25 de abril de 1987) de Octavio Hernández Jiménez, benemérito docente de la Universidad de Caldas, en Manizales, y Don Quijote muere en Popayán (Bogotá, 1974) del Maestro Rafael Maya, hijo predilecto de esta ciudad y lumbrera de las letras colombianas.

 

Aunque los expertos no han hecho la debida claridad respecto del templo en dónde se cumplieron los funerales de Don Quijote, La Catedral, San Agustín, Santo Domingo, San Francisco, según las diligentes investigaciones del escritor caldense, parece que la ceremonia se realizó en la capilla de La Ermita, sin descartar que, por iniciativa de unos frailes, la velación del cadáver se hubiera efectuado en el Paraninfo de la Universidad del Cauca.

 

Aún más: dicho investigador nos revela que la ceremonia tuvo lugar a eso de las cinco de la tarde de un miércoles de ceniza y que los gastos de la música del entierro fueron sufragados nada menos que por su pariente, el poeta Guillermo Valencia. De esta manera, a los acongojados acompañantes les fue dado escuchar el tercer movimiento de la ‘Procesión-Fúnebre del Cazador’, de la Sinfonía Titán. Y como dato de suma curiosidad, el fino escalpelo de Octavio Hernández Jiménez nos sorprende con que Dulcinea, “la señora de sus pensamientos”, también estuvo presente en la ceremonia. Veámoslo:…”.

 

(Apartes de la conferencia leída por Vicente Pérez Silva, historiador e investigador colombiano, en el área de la literatura, en el Paraninfo de la Universidad del Cauca, Popayán, 25 de noviembre de 2005).

 

***

 

CAMINO REAL DE OCCIDENTE

 

 

“Octavio Hernández Jiménez hizo el papel de Ángel del Apocalipsis, encargado de tocar la trompeta el día de la resurrección, para levantar de su tumba el Camino Real de Occidente, no sin olvidarse de juzgar la falta de atención de los historiadores sobre su existencia.

 

Su trabajo puede catalogarse como magistral y recuerda un principio enunciado por Donoso Cortés: “El amor tiene la particularidad de no ordenarse a nada, pero sí de ordenar a él todas las cosas”.

 

Realmente, más que un mero afán de investigación histórica, su obra se origina en un claro amor a su terruño, capaz de hacerle distinguir lo que otros no quisieron ver por más conocimiento de la historia que poseyeran...”.

 

(El Académico Carlos Arturo Ospina H., oriundo de Anserma y radicado en Bogotá, hizo el anterior preámbulo a la transcripción de varias páginas que hizo de “Camino Real de Occidente”, en su obra “Noticias de la Anserma Histórica”. Manizales: Artes Gráficas Tizán, 1994, pp. 63-66).

 

***

 

LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN

 

“Por  La Explotación del Volcán desfilan situaciones y personajes que reflejan lo que se conoce como idiosincrasia; el alma nacional que nos identifica y singulariza. Al principio, ni las autoridades, ni la ciudadanía, ni los periodistas, ni los científicos, prestaron la eficaz atención a los signos de la desgracia. Somos deportivos ante la prevención y como con la esqueletuda parca, siempre pensamos que tenemos la “contra” que nos evita su embestida. Pues no. Nos coge de sorpresa cuando los escondederos están agotados. Y ahí vemos las consecuencias. Que cuando se presentan, todos nos apuramos al protagonismo inmediato. Díganlo si no los “explotadores” del volcán, requisitoriamente retratados por Hernández Jiménez quien, burla burlando, los desenmascara y los expone en un ventanal ejemplarizante...”.

 

(“Puntos Suspensivos…”, columna publicada por el periodista y escritor Augusto León Restrepo R., en el diario La Patria, de Manizales, el miércoles 25 de abril de 1990, p.5a).

 

 

“La Explotación del Volcán” es la historia de un momento sobrecogedor que acabó con un pueblo y fue la oportunidad de los medios de comunicación de jugar con los rumores y las consejas.

 

Pero es también la historia de un hecho trágico contado por un investigador concienzudo, un escritor de fácil humor y picante crítica.

 

El tono del doctor Octavio define con certeza lo que somos, lo que nos identifica en el idioma agradable de la más entretenida prosa.

 

Nada le falta a este libro. Ni siquiera el toque sentimental de las logradas frases: “Todos lloramos hacia fuera o hacia adentro…”.

 

He devorado el texto porque no es un relato para suspender. Hay que leerlo de tiro largo, como de tiro largo se fueron por los medios de comunicación la explosión y explotación de los hechos ciertos y falsos.

 

Es, a pesar del tema y la veracidad dolorosa de su contenido, un libro que hay que leer degustando los matices de su ingenio y humor, salpicados de la causticidad caricaturesca de Ari...”.

 

(Gloria López de Robledo, Directora del Área Cultural del Banco de la República sede Manizales. “Cavilaciones mías: Tres libros”, Manizales:  La Patria, 25 de septiembre de 1990, p.4a).

 

***

 

 

“Octavio Hernández ofrece una crónica del desastre sin los tintes rojos del sensacionalismo, sin la lente de aumento de los extranjeros, sin el fanatismo de los oportunistas, sin el engreimiento de las estadísticas. Todo en este libro fluye (¡y no se trata de una morbosa alusión!) sin tropiezo por la virtud de la palabra precisa y sencilla, pero ante todo por una especie de pirueta narrativa que exorciza el horror y le permite hacer constante alusión a la vida en esos tiempos de muerte.

 

El escritor relata lo que se dice aquí, allá y acullá; habla de antes, de durante y de después del cataclismo y esta singular movilidad en el tiempo y el espacio genera en su recuento un ritmo que libera de fatiga, que ahuyenta el hastío. Aquí se cuenta no sólo la destrucción sino también la reconstrucción.

 

El autor escudriña los múltiples aspectos de la tragedia para construir un verdadero documento histórico, sociológico, sicológico que tiene la magnífica irreverencia de ser contado con esperanza porque el humor, maravillosa virtud de nuestra cultura, es, en este caso, la mejor expresión de la esperanza.

 

(Doctor en Literatura Julián García González, “La Explotación del Volcán o lo que el lodo se llevó”. Manizales: Revista Integración, Nº 27, abril-mayo-junio de 1990, pp.27-28).  

 

 

 

“… La visión que Usted nos presenta de aquella mala hora es, no sólo de angustiosa exactitud sino que se ofrece atemperada con toques de ironía y de un humor que no llega a ser negro pero se le parece.

 

Reitero a Usted mi gratitud  y le auguro muchos éxitos en su polifacética tarea literaria.

 

Soy su amiga,

 

MEIRA DELMAR

Academia Colombiana de la Lengua”.

 

 

“La Explotación del Volcán, como obra meritoria, tiene muchos, estéticos y denunciantes valores. Es la verídica historia de una tragedia. De un siniestro. De una furia, sin justificación, de la tremenda naturaleza. No olvidas, en ninguna de las 204 páginas de tu fino libro –escrito en depurado estilo- ni un mero y auténtico detalle de la  catástrofe que destruyó a la bella y ardiente ciudad de Armero. Y así tenía que ser porque, de resto, a tu excelente trabajo como que le estaría haciendo falta no los pies sino la cabeza. ¡Y qué cabeza delicada y pensante la que le pusiste a tu necesaria obra!

 

“El pavimento de la Plaza de Bolívar estaba cubierto de un polvillo gris como si hubiesen vaciado sacos de cemento en la planicie ceremonial…”.

 

¿Te das cuenta? En meros tres lingotes ya le dices al lector que, de lo que en efecto se trata, es de algo de lo cual no puede faltar un claro y nítido acento de poesía. Y, es eso: poesía lo que, muy a menudo, se encuentra en tu larga crónica histórica que debe leerse, como lo aconseja el viejo Hugo, a las mejores horas del día o de la noche.

 

Espero que estas letras de gratitud y de amistad no tarden mucho en llegar a tus manos de verdadero sacerdote de las palabras escritas.

 

Te saluda y admira,

HUMBERTO JARAMILLO ÁNGEL (“JUAN RAMÓN SEGOVIA”) (Firmado)

 

 

(Copia de un mensaje virtual enviado al personal de Ingeominas, en todo el país, por la Subdirectora):

 

Bogotá, mayo de 2012

 

Saludos a todos:

Les recomiendo el libro "LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN”, de Octavio Hernández. Creo que su lectura, como documento histórico enfocado principalmente (aunque no únicamente) desde la percepción de la comunidad a la actividad del Ruiz hace 27 años, puede ser muy útil en los trabajos de socialización que se vienen adelantando, no solo en El Ruiz sino también en los otros volcanes. Para mí es un libro excelente.

Les envío el "link" donde se hacen comentarios al libro, del cual tuve la misma percepción.

Espero que se encuentre todavía a la venta, de otra manera yo lo tengo...

Recuerdos,

María Luisa Monsalve

 

Subdirección GEOLOGIA BASICA
INGEOMINAS Bogotá

CARTAS A CELINA:

 

 

“Se trata de dos ensayos que rompen los esquemas tradicionales del género pues ambas propuestas encarnan lo que llamamos el ensayo creativo.

 

El primero: CARTAS A CELINA, compuesto por seis epístolas dirigidas a una interlocutora ficticia (o que al menos el tono del discurso, así lo diluye), explota con un agradable ritmo poético, distintos rincones fenomenológicos que le suscitan al narrador las cosas, las ventanas, la lumbre de Bachelard, la noche y otros objetos que emergen de su cosidad.

 

La narratoria, es decir, la destinataria del relato-epístola, se muestra en difuminado sobre la pantalla imaginada de un ser que trasforma su necesidad de comunicación en efluvios líricos y en desentrañamientos filosóficos de rara belleza. Así, el género epistolar, refundido en los pergaminos del pasado por la inmediatez de los mass media, desaparecido por los afanes del siglo XX, resucita en la prosa del profesor Hernández, adobado por la dignidad de un lenguaje que, además de la corrección y la claridad, ofrece la tersura de la emoción inspirada.

 

“PAISAJE SONORO” es otro ensayo creativo que se enciende en dos partes íntimamente ligadas. La primera, la caracterización en Valenti de los sonidos que estimulan las retinas mentales del narrador en una provincia alejada de la metrópoli. Concretamente, en el entorno de un pueblo de origen antioqueño, animado por el casco de los caballos, el jolgorio de sus personajes típicos, la algarabía de los mercaderes, las voces angustiadas de las madres, los murmullos íntimos de los borrachos, la lluvia y tantas otras sensaciones más que penetran la imaginación.

 

La postal, en extenso, es de un cálido tono poético, como las pinceladas de los mejores pintores realistas, cuyos cuadros por efectos del ensueño y del delirio empiezan a trasladarse a los patios del surrealismo. Más que una imagen folclórica, el texto del autor alcanza las dimensiones de escenas armadas por ramalazos de luz, pero, de una luz cuyos haces se conectan a través de los tímpanos para impregnar las placas de la nostalgia.

 

Ya en su segunda mitad, las herramientas lingüísticas sirven al narrador para pisar los terrenos más propiamente dichos del ensayo. Pues, con gran capacidad de asociación y sobre todo, con el dominio que requieren los conceptos del lenguaje, aquel paisaje, aquella postal es explicada en términos de la sintaxis, de la métrica, de la semántica. Y de aquí la originalidad y el virtuosismo analítico del escritor que consigue, si se me permite el término, el efecto de una sinestesia crítica, al adherirle al sonido las propiedades y las funciones de las palabras cosidas a una oración. El préstamo es lícito a la luz de la poesía y de las razones estéticas que esgrime el escritor Octavio Hernández.

 

Si este último trabajo no hubiera sido premiado en los primeros Juegos Florales, celebrados en Manizales en 1993, con la Flor de Oro del Café, igual o mejor impresión nos habría dejado y sobre todo, el sincero deseo de que otros lectores tengan y compartan las mismas emociones intelectuales que despierta.

 

De “Cartas a Celina” también nos acompaña idéntica complicidad: son productos de un perfil estético tan especial que desde ya le garantizamos un respetable flujo de lectores. Así, esta obra se constituye en el logro inspirado de un talento literario reconocido en los ámbitos intra y extra universitario, de un cincel creativo afilado en las canteras de la academia”.

 

(El crítico y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Caldas, Roberto Vélez Correa, publicó “Cartas a Celina: Paisajes íntimos develados”,  en Papel Salmón, revista dominical de La Patria, Manizales, 7 de mayo de 1995, p.9).

 

***

CUARTA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO

 

Bogotá, marzo 22 de 1991

Señor

Octavio Hernández J.

Universidad de Caldas

Manizales.

 

Apreciado Señor:

Ante el éxito en la realización de las tres primeras ferias del libro, se está organizando la 4ª Feria Internacional del Libro que se llevará a cabo del 1º al 14 de mayo de 1991, en Bogotá.

 

Dentro de las actividades artísticas y académicas estamos preparando un exhaustivo programa que reunirá gran cantidad de público en torno a todo tipo de temas culturales.

 

Conocedores de su calidad literaria, y conscientes del aporte que Usted ha dado a la cultura, nos parece de enorme importancia su participación. Por lo tanto, le cursamos cordial invitación para que nos acompañe del 10 al 13 de mayo.

 

Su actividad será dentro de la programación, de 10 a.m a 9 p.m, el sábado 11 de mayo, en la Sala León de Greiff de Corferias. 

 

Con el fin de facilitar su asistencia, la invitación incluye los gastos de pasaje, hotel, desayunos y llamadas locales. Para la Cámara Colombiana del Libro será muy significativa su presencia en el evento y grata su estadía en Bogotá.

 

Favor hacernos llegar su hoja de vida y número de cédula para diligenciar lo correspondiente a divulgación y pasajes aéreos. Además, su ponencia por escrito para la memoria de la Cámara.

 

NOTA: Usted se alojará en el Hotel Dann Colonial, Calle 14 Nº4-21.

 

Reciba un cordial saludo,

 

Jorge Valencia Jaramillo (Firmado)

Presidente C.C.L.

Bogotá, Mayo 30 de 1991

 

Señor

OCTAVIO HERNÁNDEZ J.

Manizales

 

Apreciado Señor:

En nombre de la Cámara Colombiana del Libro queremos agradecer su magnífica participación durante la 4ª Feria Internacional del Libro.

 

Los exitosos resultados obtenidos durante esta feria no habrían sido posibles sin su valiosa colaboración. Hemos dado un gran paso en la proyección positiva de la imagen de Colombia ante el mundo.

 

Esperamos que para la 5ª Feria Internacional del Libro podamos contar con su importante aporte.

 

De nuevo, mil y mil gracias.

Reciba un cordial saludo,

 

JORGE VALENCIA JARAMILLO (Firmado)

Presidente C.C.L.

 

 

DE SUPERSTICIONES Y OTRAS YERBAS

 

“Uno de los libros publicados por el Centro de Escritores de Manizales correspondiente a los premios de los Nuevos Juegos Florales de 1995 es de Octavio Hernández Jiménez, titulado “De Supersticiones y Otras Yerbas”, en el que el reconocido intelectual, con sutil humor que sabe manejar, hace un recorrido por campos bien diversos de la vida de los caldenses donde la falsificación de la lógica pone a las gentes a regir sus vidas por falsas expectativas que ridiculizan pero que hacen parte de la idiosincrasia de personas de todas las esferas y aún de todos los niveles culturales.

 

Hernández Jiménez hace un recorrido por Superstición y Religión, Superstición y Medio Ambiente, Supersticiones Piadosas, Cadenas de Oraciones, Supersticiones de las Solteras, del Matrimonio, del Embarazo, de la Muerte, del Mal de Ojo, de los Años Viejos y otros muchos estados y momentos de la vida donde el hombre nuestro pone su fe en cosas tan salidas de tono que su esperanza se torna sólo una expresión de la manera tradicional del vivir de nuestra sociedad.

 

Además de los centenares de fórmulas y expresiones recogidas por el investigador recorriendo los municipios y corregimientos del Departamento, cabe hacer notar la paciencia para recopilar otras manifestaciones de la cultura popular que estaban en mora de ser puestas en estudios serios para que se tenga una visión por lo menos panorámica de nuestra realidad sociológica, de lo que se ha heredado, de lo que se ha creado en nuestro territorio con el correr del tiempo.

 

El Profesor Octavio Hernández, autor de una serie de importantes obras de diversos géneros, logra con “De Supersticiones y Otras Yerbas” un aporte interesante sobre la verdad de los procedimientos cotidianos del caldense, sobre la lucha y sus temores, sus ansiedades y sus sueños.

 

El libro rescata a tiempo algo que la televisión y otros medios pueden estar borrando aceleradamente destruyendo nuestra identidad, nuestra caldensidad.

 

(Jorge Eliécer Zapata Bonilla,  “Un libro sobre supersticiones”,  Manizales: La Patria, sábado 5 de abril de 1994, p.5a. El abogado Jorge Eliécer Zapata B., a partir de 2006, ejerce el cargo de Presidente de la Academia Caldense de Historia). 

 

 

“NUEVE NOCHES EN UN AMANECER”

 

10.24. CARTA CON ANEXO

 

Ministerio de Educación Nacional

INSTITUTO CARO Y CUERVO

Apartado aéreo 51502

 Bogotá

 

Santafé de Bogotá, D.C., 10 de agosto de 2000

 

Señor Don

LUIS FERNANDO ESCOBAR VELÁSQUEZ

Director

Centro Editorial

Universidad de Caldas

Manizales (Caldas)

 

Apreciado Señor Director:

De acuerdo con su solicitud del 19 de enero del año en curso, tengo el gusto de enviar a Usted el concepto que ha emitido el Profesor Diógenes Fajardo Valenzuela sobre el texto “Nueve Noches en un Amanecer” del Profesor Octavio Hernández Jiménez.

 

Sin otro particular y con mis mejores votos por el éxito en todas sus actividades, me es grato suscribirme de Usted muy cordialmente, atento servidor y amigo,

 

IGNACIO CHAVES CUEVAS (firmado)

Director

 

Anexo: Lo anunciado.

***

10.25. LO ANUNCIADO

 

Universidad de Caldas

Título de la obra: Nueve Noches en un Amanecer

Autor: Octavio Hernández Jiménez

Nombre del evaluador: Profesor Diógenes Fajardo Valenzuela

Dirección: Trans. 22 Nº 108-95 Bogotá.

Teléfono: 619-4520

 

Calidad del contenido:

Bueno.

 

Comentario:

El trabajo presentado por el profesor Hernández pretende, a partir de algunas experiencias personales, rescatar y valorar la rica tradición oral cuyo entramado refleja una profunda cultura del Viejo Caldas.

 

Originalidad y aporte de la publicación:

Tal como lo expresara el poeta Pedro Salinas respecto al autor de las Coplas a la Muerte del Maestre de Santiago Rodrigo Manrique, su padre, la originalidad aquí se encuentra en el hecho de saber recoger una tradición. En este caso de la tradición oral caldense, el mayor aporte consiste en tratar de eternizar lo efímero de la palabra hablada por medio de la escritura, sin despojarla de su dinamismo creador.

 

Concepto acerca del estilo de la obra:

El texto presentado se destaca por el cuidado en el uso del lenguaje. Es una prosa limpia, ágil, que nunca quiere acercarse a la afectación.

 

Contribución a la docencia, la investigación y la cultura general:

El trabajo del profesor Hernández llama la atención sobre el tesoro de las palabras de los mayores que permitieron crear el imaginario social del pueblo caldense. El mismo autor señala que su trabajo prometeico es el de robar estas palabras al olvido. Y, al mismo tiempo, abrir nuevas posibilidades para el estudio de esta tradición oral desde otras perspectivas.

 

Tipo de obra: Libro científico, texto, manual, cartilla, otro:

Otro. El texto propuesto no se encasilla tan fácilmente dado su carácter de ensayo-creación-recopilación.

 

Título que Usted sugiere para la obra:

El título propuesto por el autor me parece el acertado porque poéticamente deja entrever su contenido.

 

Para qué tipo de público considera apropiada y de interés esta obra:

Me parece que es un texto para un público en general. Quiero decir que no emplea un metalenguaje que lo limite a un público con una formación teórica previa.

 

Ámbito de circulación:

Me parece que pudiera ser muy útil en programas académicos de humanidades, particularmente en literatura y antropología.

De acuerdo con el contenido de la obra, considera que ésta puede tener un mercado:

Amplio. De 1.000 a 2.000 ejemplares al año.

 

Conclusiones:

En definitiva, considero que el manuscrito presentado a consideración es interesante por el objeto mismo de estudio, así como por la forma en que está redactado. Recomiendo su publicación sin restricción alguna.

 

DIÓGENES FAJARDO VALENZUELA (firmado)

 

***

 

“EL PALADAR DE LOS CALDENSES”

 

 Jorge Mario Ochoa

 

“El Paladar de los caldenses, como podría esperarse de su título, da cuenta de las comidas, recetas, procesos de elaboración, costumbres alimenticias, ingredientes y productos de una región que por simple continuidad geográfica (y por comodidad) ha sido vista, hasta por los mismos caldenses, como una extensión de la antioqueña.

 

Nos habla también de un tiempo ido o a punto de irse, a veces de manera directa (la comida de monte, el uso de la leña como combustible o de la lejía como parte de la preparación), a veces de manera indirecta (el manejo de arcaísmos relacionados con la cocina o los tiempos de elaboración de algunas comidas, propios de una sociedad morosa).

 

Pero, además de una arqueología, este libro contiene algo así como un álbum familiar de la cocina. El autor tiene una disposición –a mí me parece necesaria en el tratamiento de temas regionales- a la identificación casi autobiográfica con su asunto; así lo ronde la tentación de la nostalgia (el peligro de convertirse en estatua de sal) o su reverso: la sorda condena del presente.

 

Ese resorte afectivo le da matices y contrastes al libro; por un lado se nos presenta como un trabajo descriptivo, dividido y subdividido en ese árido formato de numeraciones decimales que parece inventado para distinguir entre una investigación universitaria y un texto medianamente legible; pero, por fortuna, es también un ensayo sobre el acto de comer y sus parentescos con la felicidad, las expresiones domésticas y los refranes asociados a un plato o una golosina.

 

Aunque el libro no tiene una división cronológica, se infieren de él tres etapas de la cocina caldense:

 

La primera es la colonización antioqueña, tan sobrevalorada en los discursos oficiales. Es una etapa de abundantes recursos silvestres y de trabajo extenuante en la desmedida explotación de los mismos. De ahí que predominaran el criterio de “comer mucho” por sobre el de “comer por placer” y la dieta de combate, poco imaginativa en su preparación.

 

La segunda es la época de asentamiento y conformación de grupos urbanos. El crecimiento de la población, las necesidades económicas. Las presiones políticas forzaron las migraciones de muchas familias de un municipio o departamento a otro y con ellas el comercio doméstico en el repertorio de recetas e ingredientes, e incluso las variaciones en la preparación de un mismo plato.

 

La tercera es la etapa de industrialización en la producción de alimentos, paralela a una tendencia cada vez en aumento: el culto a la estética corporal y sus efectos (el boom de las dietas, las restricciones respecto a los contenidos de grasas, dulces y harinas en los alimentos, y la ya generalizada información acerca de su valor nutritivo).   

 

La segunda etapa es la más importante en esta obra; en ella se centra la mayor parte de las descripciones y recuerdos y en ella están además, para el autor, las claves de la tradición caldense.

 

Toda valoración de la cultura tradicional trae su correspondiente catálogo de críticas a la masificación y automatización de la producción, a la pérdida de identidad en las costumbres y el anonimato de la vida urbana, etcétera.

 

Pero, quisiera destacar un argumento utilizado por el autor contra los remilgos dietéticos de nuestro tiempo. Pareciera que los problemas de salud relacionados con la alimentación tuvieran su origen en la comida y no en el sedentarismo de las costumbres, que en últimas es la manifestación más obvia de una desorientación general en la manera de vivir.

 

Más que una simple confusión entre causas y efectos, el actual criterio de “comer saludable” parece un recurso colectivo, una estrategia para evadir lo esencial.

 

(Jorge Mario Ochoa, profesor universitario, “Un álbum familiar de sabores”. Manizales: “Quehacer cultural”, Año 16, Nº 169, marzo de 2001, p.7). 

 

***

 

EL PALADAR DE LOS CALDENSES

 

Kendon Mac Donald Smith

 

“Irónicamente, (en la visita a Manizales), mi mejor comida fue un desayuno en la plaza de mercado: caldo con unas enormes albóndigas, una taza sopera de chocolate, una arepa y queso, todo por 2.000 pesos. Si esta región quiere volverse turística las cosas no pueden seguir así.

 

La buena mesa sí existe allí, pero no en los restaurantes. Un asistente a mis clases me regaló un libro, “El Paladar de los Caldenses”, de Octavio Hernández Jiménez, que recoge la comida local, de excelente nivel; muestra el rango y profundidad de la cocina departamental.

 

Yo no visito a Manizales pensando que voy a encontrar la mejor comida tai del mundo, pues no existen los ingredientes, los equipos ni el paladar para hacerla. Como turista, ¡sí pienso que puedo encontrar la mejor comida caldense! En sus campos crecen los mejores ingredientes y hay tradición, historia y paladar para preparar y juzgar sus sabores”.

(…)

 

(Kendon Mac Donald Smith, sobresaliente chef nacido en Escocia y fallecido en Cali, el 23 de febrero de 2008, publicó el texto crítico “¡Ay, Manizales sin restaurantes!”, en el periódico El Tiempo, Bogotá, 24 de septiembre de 2005, p.2-10).

***

 

“LOS CAMINOS DE LA SANGRE”

 

Jorge Eliécer Zapata Bonilla *  

 

“El Académico Octavio Hernández Jiménez, desde el comienzo de su carrera como investigador, ha puesto sus afectos sobre su región, el Occidente del Departamento de Caldas, en la que está enclavado el municipio de San José, punto desde el cual redescubre la historia del vasto territorio que abarca desde la cordillera central hasta los extremos de la occidental atemperada la vista suspendida entre los riscos tenebrosos de las nevadas alturas, por la sutileza del Valle del Risaralda.

 

Aprovechando el centenario del Municipio de Viterbo que se celebró el 19 de abril de 2011, publicó el libro Los Caminos de la Sangre. Se trata de un recorrido generoso por las oleadas de colonos que salieron desde muchos pueblos de Antioquia y del futuro Departamento de Caldas para asentarse en los terrenos donde el Padre Nazario Restrepo Botero fundó a Viterbo, en compañía de un grupo de personas que tenían clara la importancia de la ubicación del naciente caserío.

 

Octavio Hernández Jiménez como conocedor de la zona ha enumerado las familias viterbeñas indicando su procedencia, exaltando figuras importantes en campos como los de la educación, la economía, la política, el clero, etc., describiendo, además, los largos viajes realizados para asentarse en los municipios del occidente de Caldas hasta ubicarse en la floreciente población, generando un desarrollo importante que pone hoy a Viterbo entre las fundaciones caldenses con mayor proyección dado el civismo de sus gentes, su influencia territorial en el ingenio del Risaralda y su cercanía a ciudades importantes.

 

Los Caminos de la Sangre es un aporte más al suceso de la colonización antioqueña, evento colectivo que ayudó a transformar la economía nacional y a vincular el centro-occidente del país a un desarrollo que se iba por la zona oriental de la patria. Pues nosotros estuvimos del lado izquierdo de los ríos Magdalena y Cauca sin posibilidades de mover la economía hacia los centros de desarrollo de la parte administrativa de la república. Más tarde se dio la construcción de puentes que permitieron una integración total.

 

El Académico Octavio Hernández Jiménez es un estudioso del acontecer regional, autor de una decena de obras básicas para la identidad de la región como: Sobre el Habla Popular en Caldas, el Paladar de los Caldenses, El Español en la alborada del siglo XXI, El Camino Real de Occidente, La Explotación del Volcán, entre otros. Profesor universitario, periodista cultural y ameno conversador, además de mecenas de jóvenes pintores de nuestro Departamento. Este su último libro, Los Caminos de la Sangre, es un aporte valioso a la caldensidad y despierta la identidad de Viterbo en su primer centenario.

 

 

*(Zapata Bonilla, Jorge Eliécer, Presidente de la Academia Caldense de Historia. “Los Caminos de la Sangre, una descripción del poblamiento del Valle del Risaralda”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 13 de noviembre de 2011, p.8).

***

 

   “DEL DICHO AL HECHO: SOBRE EL HABLA COTIDIANA EN CALDAS”

 

 Prólogo

 

   “OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, EL HUMANISTA DE LA CALDENSIDAD”

 

Por el Doctor Javier Ocampo López,

Miembro de la  Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombiana de Historia.

 

“Uno de los humanistas caldenses que más ha llegado a investigar y transmitir el “espíritu de la caldensidad”, a nivel departamental, nacional y mundial es el Profesor de la Universidad de Caldas Octavio Hernández Jiménez quien fue Vicerrector Académico, Decano de la Facultad de Artes y Humanidades y Profesor Distinguido de esta importante institución, “Alma Máter de la cultura caldense”.

 

La Universidad de Caldas le hace un homenaje muy merecido con la edición de su obra “Del Dicho al Hecho, sobre el habla cotidiana en Caldas”. Entre las obras que ha publicado destacamos: Geografía Dialectal, Lenguaje y Cultura, De Supersticiones y Otras yerbas, Literatura Infantil Oral de Caldas, El paladar de los caldenses, Funerales de Don Quijote, Camino Real de Occidente, La Explotación del Volcán, Cartas a Celina y numerosos estudios sobre el Folclor caldense que ha publicado en diversas obras compartidas, revistas y periódicos. En todas ellas ha estudiado con profundidad el alma y la cultura caldense y ha colaborado en la creación de una conciencia regional que lleva una mentalidad social y una dinámica en la acción que emerge de lo más profundo para el fortalecimiento de la caldensidad. 

 

La identidad de Caldas nos lleva al conocimiento de su idiosincrasia, la influencia del espacio en su cultura, su identidad histórica y cultural y sus mentalidades colectivas, que han dado las bases para su mundo socio-cultural regional, en sus relaciones con Colombia, Latinoamérica y el mundo.

 

Para nosotros los caldenses esa relación del individuo con su cultura, en sus grandes dimensiones, delimita una teoría cíclica de estrecha relación, en donde las regiones presentan fuerzas internas muy fecundas que llevan a la unidad socio-cultural en los planos local, provincial, regional, nacional y continental.

 

La globalización y sus relaciones con lo local deben crear una conciencia colectiva sobre “la región”, no aislada sino integrada con lazos muy sólidos a la nación, al continente y al mundo. Y, en la misma forma, a fortalecer la idea de que existe una ciencia regional, tanto a nivel municipal y departamental, unida a una conciencia nacional que integra a la nación; y ésta, al fortalecimiento de una unidad latinoamericana que nos une con los países hermanos de América Latina y del Caribe, desde México hasta la Patagonia.

 

El folclorólogo Octavio Hernández Jiménez ha escrito una obra de habla cotidiana en Caldas que ha titulado “Del Dicho al Hecho”. Es un trabajo de investigación paremiológica alrededor del estudio y análisis de los refranes más conocidos en Caldas. Los refranes son dichos sentenciosos de uso común que cultiva el pueblo con mucha sagacidad. Ellos son el fruto de su experiencia y hacen parte de la filosofía popular.

 

En sus reflexiones populares, Don Quijote le decía a su escudero Sancho que “no hay refrán que no sea verdadero”. Ellos son la expresión de la sabiduría popular que viene desde muchos siglos atrás y delinearon más en los albores de la lengua castellana. En la época medieval los trovadores en sus canciones incluían estribillos, con sentencias populares, rimadas en forma de proverbios. Esas formas sentenciosas fueron llamadas “refrían”, palabra que posteriormente se convirtió en “refrán”.

 

El paremiólogo Octavio Hernández Jiménez en su obra “Del Dicho al Hecho” ha realizado una magnífica recopilación y clasificación de los dichos más populares en Caldas. Unos son dichos religiosos con muchos siglos de duración en España, desde Santiago Apóstol y San Isidoro de Sevilla hasta los musulmanes y las tradiciones españolas en las diversas provincias y pueblos españoles. El pueblo antioqueño y el Viejo Caldas tienen numerosos dichos religiosos que se han transmitido de generación en generación. Otros dicho son del trato de los muertos; otros son dichos seculares; los dichos irónicos y despectivos; los dichos del corazón alrededor de los más bellos sentimientos; los dichos de economía; los adagios y numerosas formas complementarias.

 

Esta obra es profunda, exhaustiva y de gran trascendencia para los estudiosos de la cultura popular y la mentalidad colectiva de los caldenses. En un dicho, en un refrán, en los adagios y sentencias encontramos la filosofía popular y todas las experiencias que se han transmitido de generación en generación.

 

El investigador Hernández Jiménez ha hecho la recopilación de refranes siguiendo las técnicas de la Historia oral en cada uno de los pueblos de Caldas; así mismo ha recogido la tradición española de proverbios, sentencias, dichos y refranes que son muy comunes en Caldas, Antioquia Grande y en España, con tradiciones que vienen de muchos siglos de duración. Algunos de los cuales se encuentran en el Libro de los Proverbios de la Sagrada Biblia y en otras grandes obras de la literatura universal.

 

Lo importante de esta investigación es la forma como la literatura popular recibe la transculturación europea y la adapta en aculturación hispanoamericana y, para nuestro caso especial, la expresión de la cultura popular en el Viejo Caldas, producto de la cultura de la colonización antioqueña a través de los dichos, refranes, sentencias y proverbios populares.

 

El humanista Octavio Hernández Jiménez con su obra “Del Dicho al Hecho” que, en su homenaje ha editado la Universidad de Caldas, contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana.

 

El paremiólogo Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos. En sus escritos refleja la idea de la caldensidad, señalando los valores del “ser caldense”, demostrados en sus tradiciones, costumbres, vida cotidiana y en diversos aspectos del folclor regional.

 

En el plano de la investigación de la larga duración encontramos los trabajos folclóricos y de vida cotidiana del humanista caldense Octavio Hernández Jiménez para el análisis de la vida cotidiana y la mentalidad colectiva de los caldenses en el ámbito de la cultura popular de Colombia e Hispanoamérica.

 

Los refranes, dichos, sentencias y proverbios que estudia el paremiólogo Hernández Jiménez están relacionados con las mentalidades colectivas de los caldenses, a través de las cuales llegamos al conocimiento de la concepción del mundo y de la vida, las ideas, sentimientos, actitudes, filosofía popular, experiencias y vida cotidiana de nuestra sociedad. En los refranes y sentencias encontramos aspectos muy significativos de la psicología social y las experiencias de la vida cotidiana reflejada en ellos.

 

La obra “Del Dicho al Hecho”, del humanista Octavio Hernández Jiménez es de gran trascendencia para el conocimiento de la cultura literaria del pueblo caldense en su “saber popular”. Es la expresión de su vivencia y emotividad por la “caldensidad” que con gran rigor investigativo, estudia, recopila, analiza, interpreta y divulga; y sobre todo, la insistencia sobre la necesidad de conocer y llegar a lo más profundo de los valores auténticos y de grandeza de nuestra cultura caldense en sus grandes dimensiones y relación con la cultura colombiana e hispanoamericana”.

 

 

(Prólogo del Doctor Javier Ocampo López publicado con la obra Del Dicho al Hecho: Sobre el habla cotidiana en Caldas”, Manizales, Universidad de Caldas, marzo de 2001, primera edición). 

APÍA, TIERRA DE LA TARDE

 

Jorge E. Zapata Bonilla

El Diario del Otún

Publicado 13/05/2012

 

Una obra de amor por un terruño, una gran muestra de entrañable entendimiento con una comunidad, un paisaje y unos recuerdos que marcaron la vida de ese bachiller de hace muchos años que fue Hernández Jiménez.

Con el poético título de esta nota publicó el Humanista Octavio Hernández Jiménez una voluminosa obra que se entremete por las interioridades de Apía, el bello municipio risaraldense que tiene una fecunda historia cultural y que ha dado a la región figuras notables en el arte, la religión, la política y la educación.

Su solo colegio Santo Tomás de Aquino es un referente para centenares de personas del antiguo occidente de Caldas que cursaron su bachillerato allí y se proyectaron en la vida de la nación.

El libro está elaborado con ensayos y discursos del autor, pero es a la vez el fiel retrato de la vida cotidiana de un pueblo frio y amable que se paró en un cruce de caminos que dieron vida a otras fundaciones que soñaban con el oro del Chocó, con la belleza del valle del Risaralda y con la majestad del Tatamá.

Hernández Jiménez retoma los apuntes de los cronistas, de investigadores anteriores, de viajeros, para entregar a las generaciones de ahora la historia de cada día de un pueblo génesis de otro municipio importante como lo es Viterbo. Apía es en la comarca la visión de ese ayer que se construyó con la fuerza de muchas generaciones fundiendo las colonizaciones caucana y antioqueña.

El libro de este Maestro de Juventudes entrega un largo capítulo destacando la vida y la obra de Monseñor Octavio Hernández Londoño, un sacerdote educado en Europa que tenía la visión de los gobernantes modernos.

Un hombre de acción que eliminó la violencia partidista en su parroquia organizando las comunidades campesinas para alcanzar metas que los lejanos gobiernos no soñaban aún. La historia de este cura de armas tomar, de su conocimiento del mundo, de su capacidad intelectual y su aceptación por parte de los parroquianos, puede mostrarse como ejemplo de lo que puede un líder y de lo que han prescindido los sacerdotes de hoy cómo ejercicio del pastoreo.

"Apía tierra de la tarde. Música en la montaña" es una obra de amor por un terruño, una gran muestra de entrañable entendimiento con una comunidad, un paisaje y unos recuerdos que marcaron la vida de ese bachiller de hace muchos años que fue Hernández Jiménez, pues el libro retrata con un lenguaje preciso, los días y las noches, la música de las viejas cantinas, las techumbres, las puertas y ventanas, la magnificencia del templo, la blanca neblina de los amaneceres y los bellos arreboles del véspero.

Hernández Jiménez, Octavio. Apía tierra de la tarde. Música en la montaña. Editorial Manigraf. Manizales, 2011. P.p. 406.

 

 

 

 

 

 

REPÚBLICA DE COLOMBIA

 

CONCEJO MUNICIPAL SAN JOSÉ CALDAS

 

NIT. 810001998-8

 

ACUERDO MUNICIPAL N°423 DE 2017

 

De conformidad con lo establecido en la ley 397 modificado por la ley 1158 de 2008, con lo establecido en los artículos 312 y313 de la constitución política y,

 

CONSIDERANDO:

 

Que en el municipio de San José se cuenta con una biblioteca con la cual se pretende fortalecer la formación cultural y literaria de todos los ciudadanos.

 

Que el doctor OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ a lo largo de su vida ha contribuido al desarrollo cultural tanto de la nación, el departamento y el municipio de San José por medio de todas las obras literarias que ha publicado entre las que se encuentran:

 

  • Geografía dialectal (1984)
  • Funerales de Don Quijote (1987 y 2002)
  • Camino Real de Occidente (1988)
  • La Explotación del Volcán (1991)
  • Cartas a Celina (1995)
  • De Supersticiones y otras yerbas (1996)
  • El Paladar de los caldenses (2000 y 2006)
  • Nueve Noches en un amanecer (2001)
  • Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003)
  • El Español en la alborada del siglo XXI (2002)
  • Los caminos de la sangre (2011)
  • Apía, tierra de la tarde (2011)
  • Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006)
  • Los Ídolos del hogar (2016).

 

Que adicionalmente el ilustre escritor le ha prestado sus servicios a la nación desempeñándose como docente de la Universidad de Caldas, decano de la Facultad de Artes y Humanidades y vicerrector académico de la misma institución pública del orden nacional.

 

Que la biblioteca pública municipal del municipio de San José fue creada mediante el acuerdo municipal 165 del 27 de mayo del año 2005.

 

Que es legítimo asignarle a la biblioteca el nombre del ilustre escritor toda vez que ha sido una petición regular de la comunidad, teniendo en cuenta todos los servicios que le ha prestado el doctor OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ al desarrollo de la cultura nacional, y teniendo en cuenta sus servicios a la nación fortaleciendo la cultura desde el ámbito académico, por tal motivo

 

SE LE ESTABLECE EL NOMBRE A LA BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE SAN JOSÉ CALDAS

 

ACUERDA:

 

ARTÍCULO 1° - Asignarle como nombre a la biblioteca pública del municipio de San José:

“BIBLIOTECA PÚBLICA OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ”.

 

ARTÍCULO 2° - Artículo de control, expídanse sendas copias a las instituciones requeridas.

 

ARTÍCULO 3° - El presente acuerdo rige a partir de su sanción y publicación.

 

PUBLÍQUESE, COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE

 

Dado en el honorable Concejo Municipal de San José Caldas el día dieciséis (16) de marzo del 2017.

 

YON IMER HENAO SÁNCHEZ (fdo)     LUZ ADRIANA GIRALDO G. (fdo).

 

Presidente del H.C.M.                                          Secretaria del H.C.M. 

 

 

 

ACADEMIA CALDENSE DE HISTORIA

 

RESOLUCIÓN N° 002

Noviembre 16 de 2018

Por medio de la cual se rinde homenaje a un Académico

 

LA MESA DIRECTIVA DE LA ACADEMIA CALDENSE DE HISTORIA

 

CONSIDERANDO:

 

Que el Académico OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ,  escritor, historiador, profesor universitario y folclorólogo de reconocida trayectoria en la vida intelectual de la región caldense, es Miembro de Número de la Academia Caldense de Historia y Miembro Correspondiente de la Academia Patriótica Nacional Antonio Nariño.

 

Que el Académico OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ es autor de múltiples libros sobre folclor, historia, literatura, gastronomía y vida cotidiana de las poblaciones caldenses, con especial dedicación a las poblaciones de Apía (Risaralda) y San José (Caldas). Ha publicado, además, un sinnúmero de artículos en revistas y diarios de la región, en los que ha exaltado con entusiasmo las costumbres, los valores y los símbolos más representativos de la vida popular de las diferentes poblaciones de Caldas.

 

Que el Académico OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha sido reconocido con justicia como un hijo ilustre de la población de San José Caldas, bautizando con su nombre la Biblioteca Pública Municipal.

 

Que es deber de la Academia Caldense de Historia exaltar la vida y la obra de sus miembros, y especialmente la del escritor OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, por su destacada labor intelectual en Caldas y en el país, enalteciendo los valores que representan nuestra cultura regional.

 

RESUELVE

 

Artículo 1°. Rendir tributo de homenaje y admiración, y exaltar la vida y la obra del académico OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Miembro de Número de la Academia Caldense de Historia y Correspondiente de la Academia Patriótica Nacional Antonio Nariño.

 

Artículo 2° Hacer entrega de esta Resolución al Académico Galardonado, en la ceremonia especial de presentación de la Revista Impronta N° 16 realizada en San José Caldas, el día 16 de noviembre de 2018.

 

Dada en San José Caldas, a los 16 días del mes de noviembre de 2018

 

(Firmado) Ángel María Ocampo Cardona – Presidente

Javier Sánchez Carmona - Secretario

 

 

LOS ÍDOLOS DEL HOGAR:

 

NADIE ESTÁ CURADO DE ESPANTOS

 

Fernando Alonso Ramírez

 

No hay duda de que Octavio Hernández Jiménez se consolida como el cronista de la caldensidad. Sus investigaciones de nuestra gastronomía, de la lengua y de los mitos y leyendas han enriquecido el conocimiento de la identidad que ha forjado el departamento de las herencias antioqueña, caucana, indígena, tolimense y hasta chocoana.

 

Si los mexicanos encontraron en Carlos Monsiváis al filósofo de su realidad, el verdadero intérprete de sus fenómenos, los caldenses podemos dejar en manos de Hernández esa misma responsabilidad. No se trata de un simple compilador de historias, sino de un analista de las cosas, de un estudioso que va al origen y les da forma, consistencia, carácter.

 

Los Ídolos del Hogar – El mito y la leyenda en Caldas es un libro al que le sacará gusto todo aquel que disfrute de estos temas o que quiera conocer más de dónde vienen nuestros espantos. El texto se lee como si se estuviera escuchando la historia contada por una abuela. Fluye, divierte, sorprende.

 

Leyendo sus páginas me acordé del tío abuelo Ramón, que se sentaba en la sala de la casa en Pensilvania a responder las inquietudes de los niños sobre cómo era que lo perseguían las brujas y cómo no era capaz de despertarse, cuando estas lo sacaban a dormir al patio, entre otros cuentos, que luego hacían imposible la idea de conciliar el sueño.

 

Como si fuera poco, el libro no solo ahonda en las diferencias que toma un mito de un pueblo a otro, sino que también se mete a encontrar ejemplos de leyendas modernas y en explicar por qué lo que se ha popularizado como una cosa es otra.

 

Octavio Hernández sigue siendo el profesor que llenaba auditorios porque sabía encantar entregando su conocimiento, pero ahora lo hace aún más sosegado desde la escritura. No con la soberbia que tanto daño les hace a muchos sabios, sino desde la tranquilidad de saberse conocedor de temas, pero no poseedor de la verdad revelada. Es el entendedor de las verdades de otros.

 

Por obvias razones, hay una carga hacia los mitos y leyendas del occidente de Caldas, principalmente de San José, su terruño, pero siempre con un diálogo con las historias de otras geografías.

 

Las ilustraciones de Alcides Arenas, “el pintor ingenuo de San José”, que acompañan los textos nos trasladan a los cuadros que veíamos en algunos corredores de casas del campo o en los buses escaleras, en los que se plasma el imaginario de un país rural.

 

Algunas frases que subrayé:

 

  • “Cuando un pueblo forja un mito da su versión del mundo desde su punto de vista y su tiempo”.
  • “Lo que la gente llama magia es la ciencia del futuro que aún se desconoce”.
  • “Hay mortales con más miedo a morir que a estar muertos”.
  • “En vez de CAR, guardianes oficiales y policías, se requerirían muchas madremontes, en la misión idealista de salvaguardar la naturaleza”.
  • “El patrimonio cultural de los pueblos ha sido atropellado por la ignorancia y la sensibilidad de personas forasteras y la desidia y falta de identidad de los paisanos”.
  • “Los niños y adolescentes del siglo XXI desprecian al Mohán, la Patasola y la Madremonte, pero se deslumbran con videos y películas que muestran las aventuras y los arreos de nuevos héroes y villanos”.
  • “La sociedad de masas vende mitos consumistas como las estrellas del deporte, de la farándula, del cine y la televisión que exhiben lujuriosos cuerpos, en carteles virtuales o de vitrina o en cristal Kyber”.
  • “Los mitos y las leyendas son las mayores farsas de los pueblos”.
  • “El libro es el fantasma amoroso de la memoria cultural”. 

 

(Fernando Alonso Ramírez, subdirector del diario La Patria. Manizales, 4 de marzo de 2017, p.15).

 

***

        

FIESTAS PATRONALES, ENTRE LO SAGRADO Y LO PROFANO

 

Jorge Eliécer Zapata Bonilla *

 

El académico Octavio Hernández Jiménez publicó el año pasado (2017) un estudio sociológico sobre las fiestas patronales de su pueblo, San José Caldas, concretamente sobre  las festividades religiosas de la Virgen del Carmen, una advocación mariana bastante extendida en toda Latinoamérica y de la que se han apropiado varios gremios teniéndola como patrona de quienes recurren a solicitar paz en sus necesidades más íntimas con una serie de manifestaciones excéntricas para lo espiritual, pero de gran satisfacción colectiva. En los pueblos en donde se realiza la festividad se suman a ella todos los aspectos de la vida cotidiana que llegan a suplir las ausencias de la fe verdadera como debería ser.

 

En San José Caldas, un pequeño municipio encaramado en la cima de la cordillera de Todos los Santos, escondiendo el río Cauca de las planadas del valle del Risaralda, la tradición de esta festividad que se comenta tiene raíces mucho más profundas que en la mayoría de los pueblos y orientada a la vocación religiosa de los campesinos caficultores, más que la preponderancia que en otras partes tienen sobre la fiesta los conductores de vehículos y los expendedores de carne que en la mayoría de los pueblos de la región cafetera imponen su tradición sobre los demás gremios.

 

La descripción que hace Octavio acerca al lector no solo a la fe de una comunidad sino a la forma organizada como la población rural desde lejanos días se ha disciplinado para hacerse sentir ante la comunidad urbana que generalmente margina al campesino desconociendo su aporte a la economía, al ordenamiento de una entidad territorial como lo es el municipio, al éxito de manifestaciones de alto calado como las celebraciones religiosas.

 

El libro de Octavio Hernández Jiménez redescubre la fiesta de la Virgen del Carmen desde hace 90 años, desde cuando los campesinos de todas las veredas tomaron por su cuenta y riesgo la celebración de los nueve días de la novena y del gran día, el 16 de julio. Desde 1927 se sabe de la manera  como colectivizaron el evento religioso asumiendo los costos de los estipendios religiosos como del acompañamiento con pólvora y bandas musicales de toda la región del Viejo Caldas. Esta fiesta unió a las comunidades rurales y les hizo caer en la cuenta de todo lo que puede hacer un pueblo cuando tiene un objetivo común, y más cuando está revestido con la fuerza que sembraron los mayores. El libro en sí narra el sentido religioso que tiene la celebración pero, tras ello, la fuerza de la identidad, el compromiso de los líderes de cada generación por encauzar un hito que representa la voluntad de todo un conglomerado en el correr de casi cien años.

“Fiestas Patronales, entre lo sagrado y lo profano” es un texto que permite al estudioso tanto como al lector común, un encuentro con las raíces de una expresión religiosa común no solo en Colombia sino en toda Latinoamérica que está como las expresiones culturales y sociales entre lo humano y lo divino.

 

(ZAPATA BONILLA, Jorge Eliécer, Manizales: Revista Impronta – Editorial Manigraf, Número 16, Enero-Diciembre de 2018, p.315).    

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

ARBOLEDA GONZÁLEZ, Carlos, “Octavio Hernández, el Médicis de San José de Caldas”. Manizales: La Patria, julio de 2001, p.5a.

______________________ . “Octavio Hernández Jiménez y San José de los Mitos”. Manizales: La Patria, 4 de agosto de 2009, p.5a.

 

CHAVES CUEVAS, Ignacio (Director Instituto Caro y Cuervo). Carta dirigida a Luis Fernando Escobar Velásquez. Bogotá: 10 de agosto de 2000.

 

FAJARDO VALENZUELA, Diógenes. Texto evaluativo de “Nueve Noches en un Amanecer”. Bogotá: 10 de agosto de 2000.

 

GALLEGO GONZÁLEZ,  Eduardo. “En el Día del Idioma”. Manizales: La Patria, 23 de abril de 1999, p.5a.

 

GARCÍA GONZÁLEZ,  Julián. “La Explotación del Volcán o lo que el lodo se llevó”. Manizales: Revista Integración Nº 27, abril-mayo de 1990, pp.27-28.

 

GUTIÉRREZ, Fernando. Carta a nombre de Su Majestad la Reina, dirigida a Octavio Hernández Jiménez.  Madrid: Palacio de la Zarzuela, 12 de noviembre de 1990.

 

HERNÁNDEZ GÓMEZ,  William. Carta dirigida a Octavio Hernández Jiménez. Manizales: 31 de octubre de 1988.

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. Informe de Gestión Nº 190199-01 presentado al Rector de la Universidad de Caldas sobre actividades desplegadas por la Decanatura de la Facultad de Artes y Humanidades, en el año de 1998, dando cumplimiento al Acuerdo Nº 048 del 22 de octubre de 1998 expedido por el Consejo Superior.

 

JARAMILLO ÁNGEL, Humberto (Juan Ramón Segovia). Carta dirigida a Octavio Hernández Jiménez. Calarcá: 29 de mayo de 1991.

 

MAC DONALD SMITH, Kendon. “¡Ay, Manizales sin restaurantes!”. Bogotá: El Tiempo, 24 de septiembre de 2005, p.2-10.

 

MOLINA H., María Mercedes. Comunicado evaluativo sobre la obra “El paladar de los Caldenses”. Manizales: 10 de enero de 2001.

 

MORALES BENÍTEZ, Otto. Carta dirigida a Octavio Hernández Jiménez. Bogotá: 5 de julio de 1987.

__________________. Telegrama dirigido a Octavio Hernández Jiménez. Bogotá: 19 de septiembre de 1991.

 

LA PATRIA.  “Funerales de Don Quijote”. Manizales: 30 de abril de 1987, p.9.

__________ . “Camino Real de Occidente”. Manizales: febrero de 1989, p.3a.

__________ . “La Explotación del Volcán”. Manizales: 25 de abril de 1990, p.4a.

__________ . “Desde mi biblioteca”. Manizales: Papel Salmón, 17 de marzo de 1996, p.12.

 

LÓPEZ DE ROBLEDO, Gloria. “Cavilaciones mías: Tres libros”. Manizales: La Patria, 25 de septiembre de 1990, p.4a.

 

MEIRA DEL MAR. Carta personal dirigida a Octavio Hernández J. Barranquilla: 6 de noviembre de 1991.

 

OCAMPO LÓPEZ, Javier. “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”.  Manizales: (Prólogo a Del Dicho al Hecho), Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001, pp.xi-xvi.

 

OCHOA,  Jorge Mario. “El Paladar de los Caldenses: un álbum familiar de sabores”. Manizales: Quehacer Cultural, año 16, Nº169, marzo de 2001, p.7.

 

OSORIO, María Cristina (Directora del CIDC). Carta dirigida a Octavio Hernández Jiménez. Manizales: 13 de octubre de 1988.

 

OSPINA H., Carlos Arturo. “El Camino Real de Occidente”. Manizales: Gráficas Tizán, 1994, pp.63-66.

 

PÉREZ SILVA,  Vicente. “Don Quijote muere… Y vive en Popayán”. Extractos de la conferencia leída por el autor, en el Paraninfo de la Universidad del Cauca, Popayán, 25 de noviembre de 2005, 20 páginas.

 

RESTREPO, Augusto León. “Puntos Suspensivos”. Manizales: La Patria, 25 de abril de 1990, p.5a.

 

VALENCIA JARAMILLO, Jorge. Carta dirigida a Octavio Hernández Jiménez. Bogotá: 22 de marzo de 1991.

______________________. Carta dirigida a Octavio Hernández Jiménez. Bogotá: 30 de mayo de 1991.

 

VÉLEZ CORREA, Roberto. “Paisajes íntimos develados”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 7 de mayo de 1995, p.9.

______________ . “El Goce de inventar palabras”. Manizales: Revista Hipsipila, Vol 4, Nº1, enero-junio de 1977, pp. 77-79.

_______________. Evaluación del Texto Nueve Noches en un Amanecer. Manizales: Carta dirigida al Señor Luis Horacio Gallego, Director del Departamento de Lenguas y Literatura.

 

ZAPATA BONILLA, Jorge Eliécer. “Un libro sobre Supersticiones”. Manizales: La Patria, 5 de abril de 1994, p.5a.

_________________. “Octavio Hernández, estudioso de la historia regional”. Manizales: La Patria, 26 de agosto de 2011, p.2b.

_________________. “Los Caminos de la Sangre, una descripción del poblamiento del Valle del Risaralda”. Manizales: La Patria, Papel Salmón, 13 de noviembre de 2011, p.8.

 

***

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

 

C. C. No. 17´126.190 de Bogotá

Teléfono: 8902669. Cel. 3136490070

Dirección: Carrera 4º Nº 12-09 Apto. 504

            Edificio Los Cedros de Villa Pilar Apto. 504 -  Manizales - Colombia.

Correo electrónico:  octaviohernandezj@hotmail.com

Blog:       espaciosvecinos.com

 

CONTENIDO

 

                                                                        Pág.

 

  1. Estudios                                                                                1
  2. Experiencia laboral                                                               2
  3. Agenda como decano                                                            2
  4. Actividad académica                                                             7
  5. Evaluación profesoral                                                           8
  6. Distinciones                                                                           8
  7. Otras actividades                                                                  9
  8. Textos de su autoría                                                              10

8.1.  Libros                                                                                   10

8.2.  Coautoría                                                                              10

8.3.  Ensayos                                                                                10

8.4.  Textos en Revista Dominical                                               11

8.5.  Textos en Quehacer Cultural                                               12

8.6.  Textos en Grafía Plena                                                         12

8.7   Textos en Dominicales                                                         13

8.8   Textos en “Textos”                                                              13

     8.9. Textos en Papel Salmón

8.10. Textos en Impronta                                                        15

     9. Obra inédita                                                                         16                       

     10.  Comentarios críticos a la obra                                              16                               

10.1. El goce de inventar palabras                                              16

10.2. Funerales de Don Quijote                                                  19

10.3. Carta de un gran caldense                                                  20

10.4. “Don Quijote muere y vive en Popayán”                    20

10.5. Camino Real de Occidente                                                22

10.6. El Camino Real de Occidente                                           22

10.7  La Explotación del Volcán - Carta                                     23

10.8. Carta                                                                                   24

10.9. La Explotación del Volcán                                                            24

10.10.  Puntos suspensivos                                                         25

10.11. Cavilaciones mías                                                            26

10.12. Lo que el lodo se llevó                                                     27

10.13. Carta real                                                                          29

10.14 Carta de una académica                                                    30

10.15. De un periodista cultural                                                  30

10.16. Telegrama                                                                         31

10.17. Cartas a Celina                                                                 32

10.18. Paisajes íntimos develados                                              32

10.19. En el Día del Idioma                                                        34

10.20. Cuarta Feria Internacional del Libro                                34

10.21. Quinta Feria Internacional del Libro                               35

10.22. Un libro sobre supersticiones                                           36

10.23. Nueve Noches en un Amanecer                                       36

10.24. Lo anunciado                                                                   37

10.25. Evaluación del texto                                                        39

10.26. Un álbum familiar de sabores                                          40

10.27. Ay, Manizales sin restaurantes                                        42

10.28. Comunicado                                                                     43

10.29. “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la

           Caldensidad”                                                                   44

10.30. “Octavio Hernández, el Médicis de San José Caldas”    47

10.31. “Octavio Hernández y San José de los Mitos”                49

 

BIBLIOGRAFÍA                                                                        51

 

 

 

OBRA BIBLIOGRÁFICA DE

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

 

 

 

 HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. Funerales de Don Quijote. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1987 y reeditado en 2002.

______________________ . Camino Real de Occidente. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1988.

______________________ . La Explotación del Volcán. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1989.

______________________ . Cartas a Celina. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos,  1995, 2018 y 2019.

______________________ . Lenguaje y Cultura. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1996.

______________________ . De Supersticiones y Otras Yerbas. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1996.

______________________ . El Paladar de los Caldenses. Manizales: Talleres Edigráficas, 2000 y reeditado en  2006.

_______________________ . Nueve Noches en un Amanecer (Lit. Infantil Oral de Caldas). Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001.

_______________________ . Del Dicho al Hecho: Sobre el habla cotidiana en Caldas. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001, con reedición en 2003.

_______________________ . El español en la alborada del siglo XXI. Manizales: Editorial Manigraf, 2002.

_______________________ . Los Caminos de la Sangre. Manizales: Editorial Manigraf, 2011.

_______________________ . Apía: Tierra de la Tarde, Música en la Montaña. Manizales: Editorial Manigraf, 2011.

 

_______________________ . “El Quijote en Colombia”. Madrid: Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar, Editorial Castalia, volumen III, 2006.

 

_______________________. Los Ídolos del Hogar. Manizales: Editorial Manigraf, 2016.

_______________________. Fiestas patronales, entre lo sagrado y lo profano. Manizales: Editorial Manigraf, 2017.

 

SÍNTESIS:

 

FUNERALES DE DON QUIJOTE: Ensayo-cuento basado en la leyenda según la cual Don Quijote de la Mancha está sepultado en Popayán (Colombia).

 

CAMINO REAL DE OCCIDENTE: Uno de los nombres con que se conoció el trayecto entre la capital del Estado del Cauca y la del Estado de Antioquia. Esta obra se detiene en el tramo entre Anserma y Belalcázar por la Cuchilla de Todos los Santos, entre los años finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

 

LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN (El León Despierto): Único libro a modo de crónica y ensayo que se publicó del lado caldense con motivo de la explosión del Volcán Nevado del Ruiz, el 13 de noviembre de 1985 que, en total, cobró la vida de 25.000 personas.

 

CARTAS A CELINA: Serie de cartas que el autor remite a amiga aquejada de profunda soledad. No se trata de un tratado de sicología sino unos textos en los que se le hace ver, a cualquier persona que esté en la misma situación, la gran compañía que ofrecen los seres que se han escogido para que nos sirvan en la vida cotidiana. La segunda parte de la obra se titula “Paisaje Sonoro” y es un ensayo sobre una noche de insomnio transcurrida en la casa de los abuelos, en San José Caldas. Los sonidos de la noche hasta la mañana siguiente se elaboran como si se tratara de una sinfonía musical. Este ensayo ganó la distinción “Flor de oro del café”, en los juegos florales llevados a cabo en Manizales en 1995. La secretaría de cultura de Caldas reeditó Cartas a Celina, en 2018, para distribuirlo, en el aeropuerto La Nubia de Manizales entre los pasajeros que esperaban las naves que los conducirían a otras ciudades. En 2019 se hizo la tercera reedición.

 

LENGUAJE Y CULTURA: En el primer texto explica a sus alumnos, en la cátedra de Sociolinguística,  la metodología seguida por él en sus investigaciones en esta área del lenguaje y, luego, presenta un delicioso ensayo sobre los sobrenombres en Caldas.

 

DE SUPERSTICIONES Y OTRAS YERBAS: El autor recopila infinidad de creencias populares que no abandona gran parte del pueblo caldense, con relación a la vida, el amor, el matrimonio,  la fortuna, la muerte y al fútbol.

 

EL PALADAR DE LOS CALDENSES: En un recorrido por los municipios de Caldas, el autor recopila las costumbres gastronómicas que diariamente saborean sus gentes y otros factores que se destacan en nuestra cocina.

 

NUEVE NOCHES EN UN AMANECER: El autor hilvana, en 9 noches imaginarias, los resultados de sus pesquisas sobre literatura infantil en el departamento de Caldas, en tiempos de los abuelos y bisabuelos. Allí hay adivinanzas, trabalenguas, poemas, rimas, mitos, cuentos de animales y viejas canciones infantiles.

 

DEL DICHO AL HECHO: SOBRE EL HABLA COTIDIANA EN CALDAS: Recopilación y explicación de dichos, refranes y adagios que de ordinario utiliza el pueblo caldense.

 

DEL ESPAÑOL EN LA ALBORADA DEL SIGLO XIX: Texto basado en fenómenos sociales, estadísticas e interpretaciones que se tejen sobre la situación de nuestro idioma al comienzo del nuevo milenio y explicación del porqué se puede vaticinar un futuro glorioso para el español.

 

LOS CAMINOS DE LA SANGRE: Una de las corrientes migratorias más activas que se dio en el Bajo Occidente de Caldas llegó desde el norte del mismo departamento y no había sido tenida en cuenta por otros investigadores.

 

APÍA, TIERRA DE LA TARDE: En el occidente de Caldas, Apía fue el equivalente a Salamina en el norte, Pensilvania o Manzanares en el oriente y Calarcá en el Quindío. En sus establecimientos educativos de excelente nivel académico se educó gran número de adolescentes del Bajo Occidente del Viejo Caldas y del actual departamento de Risaralda.

 

EL QUIJOTE EN COLOMBIA: En este ensayo recopila y sintetiza infinidad de obras que ha generado la obra de Cervantes en nuestro país. El texto está publicado en la Gran Enciclopedia Cervantina, del español Carlos Alvar.

 

 

 

RAZONES Y MOTIVOS PARA ACEPTAR LA POSTULACIÓN

A UN RECONOCIMIENTO POR PARTE DE LA GOBERNACIÓN DE CALDAS

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

SAN JOSÉ DE CALDAS - 2010

 

  1. A través de tertulias, conferencias, intervenciones públicas, artículos y otras formas de comunicación con el pueblo, lucha por afianzar la identidad sanjoseña y el sentido de pertenencia.

 

  1. Ha donado al pueblo de San José, en ocasiones especiales, un conjunto significativo de obras de arte, (óleo del Juicio Final del Siglo XX, talla en madera Familia de Nazareth, tallas del Vía crucis, talla Familia Colombiana, bustos de los caciques Ocuzca y Tucarma), de reconocidos artistas, que engalanan el Templo Parroquial, la Alcaldía y la Biblioteca Municipal.

 

  1. Ha ejercido la defensa del Patrimonio Cultural, en varias ocasiones en que se ha pretendido despojar al pueblo de esos elementos representativos.

 

  1. Rescató  el personaje del Duende Ecológico como mito mayor de San José, hizo las gestiones conducentes para adquirir la escultura en bronce que lo representa ubicada actualmente en la Plaza del pueblo  e hizo parte del grupo que puso en marcha las Fiestas del Duende y luego las Fiestas de Mitos y Leyendas que se celebran cada dos años.

 

  1. Desde 2007, facilita colaboración económica, en forma de becas mensuales, a 40 alumnas y alumnos de escasos recursos, del Colegio Santa Teresita.

 

  1. Desde 2008, patrocina económicamente los concursos de Cuento Infantil y Crónica Regional, entre el estudiantado del Municipio de San José.

 

  1. La restauración de la casa de sus antepasados, de comienzos del siglo XX, en la cual funcionó por breve lapso la primera casa cural del pueblo y el primer Almacén LEY del país, es una lección de aprecio por los propios valores muy tenida en cuenta por los habitantes de San José y que les anima a seguir el ejemplo en el respeto por la arquitectura y la historia de la localidad. La dotó con una amplia muestra de artistas caldenses, para deleite visual de los visitantes.

 

  1. Las obras suyas publicadas, a través de los años, sobre ‘cultura popular caldense’, como “Camino Real de Occidente”, “Lenguaje y Cultura”, sobre los sobrenombres en Caldas; “El Paladar de los Caldenses”, sobre gastronomía regional; “Del Dicho al Hecho: Sobre el Habla Popular en Caldas”; “De Supersticiones y otras yerbas”;  “Nueve Noches en un Amanecer”, sobre literatura infantil oral de Caldas, han sido juzgadas por maestros y lectores como un sobresaliente logro al recoger, organizar y estudiar el Patrimonio Cultural de nuestra provincia.

 

  1. Ha concluido la obra “San José, la Montaña Encantada”, única obra, hasta el presente, que recoge minuciosamente el devenir de este municipio caldense.

 

 

LECTURA DEL ENSAYO “LA COCINA HOGAREÑA EN CALDAS”.

 

Banco de la República, Área Cultural, Manizales, 15 de septiembre de 2020, desde la biblioteca personal, transmitido por la plataforma virtual de la entidad bancaria.

 

PRESENTACIÓN

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ fue profesor de la Universidad de Caldas, ensayista, historiador, folclorólogo.

 

Es autor de los siguientes libros:

  • Geografía dialectal (1984)
  • Funerales de Don Quijote (1987 y 2002)
  • Camino Real de Occidente (1988)
  • La Explotación del Volcán (1991)
  • Cartas a Celina (1995)
  • De Supersticiones y otras yerbas (1996)
  • El Paladar de los caldenses (2000 y 2006)
  • Nueve Noches en un amanecer (2001)
  • Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003)
  • El Español en la alborada del siglo XXI (2002)
  • Los caminos de la sangre (2011)
  • Apía, tierra de la tarde (2011)
  • Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006)
  • Los Ídolos del hogar (2016).

 

      *    Fiestas patronales: entre lo sagrado y lo profano (2017)

 

 

Sobre el estilo de su obra, escribió el crítico Roberto Vélez Correa:

 

“En Octavio Hernández Jiménez hallo al escritor integral del siglo XX que agoniza, al artista de la palabra que es capaz de hacer convergir en los rastros de escritura de su encendida y privilegiada pluma, todos los géneros literarios. Tenemos en él a un polifacético docente que tan bien se desenvuelve con la ficción narrativa corta o el cuento, como con el ensayo literario y el sociolingüístico, la crítica de arte, la glosa periodística y el apunte folclórico”.

 

Sobre la obra “El Paladar de los Caldenses” escribe el filósofo Jorge Mario Ochoa:

 

“Además de una arqueología, este libro contiene algo así como un álbum familiar de la cocina. El autor tiene una disposición –a mí me parece necesaria en el tratamiento de temas regionales- a la identificación casi autobiográfica con su asunto. El resorte afectivo le da matices y contrastes al libro; por un lado se nos presenta como un trabajo descriptivo, pero, por fortuna, es también un ensayo sobre el acto de comer y sus parentescos con la felicidad, las expresiones domésticas y los refranes asociados a un plato o una golosina”.

 

Sobre la importancia de la obra de este ensayista, escribió el historiador Javier Ocampo López:

 

“Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana.

 

En su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos. En sus escritos refleja la idea de la caldensidad, señalando los valores del “ser caldense”, demostrados en sus tradiciones, costumbres, vida cotidiana y en diversos aspectos del folclor regional”.

 

 

DIRECCIÓN de su página web:  www.espaciosvecinos.com 

 

***

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

 

CC.# 17126190

Lugar de nacimiento: San José Caldas

Fecha: 16 de diciembre de 1944.

Estudios en Filosofía, Letras e Historia.

Profesor de tiempo completo de la Universidad de Caldas, entre 1976 y 2001 (Resolución Nº 191 de febrero 13 de 1976).

Profesor Titular de la misma institución, (Consejo Académico Resolución Nº 066 del 28 de noviembre de 1991).

Primer Decano de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas, entre  1996 y 1999. (Resolución 001834 del 11 de junio de 1996).

Durante el tiempo que ejercí la decanatura se pusieron en marcha estos programas:

Maestría en Filosofía,  Maestría en Didáctica del Inglés,  Maestría en Educación, Especialización en Didáctica de la Literatura Hispanoamericana, Especialización en Educación Sexual, Inauguración oficial del Doctorado en Ciencias de la Educación, en el mes de octubre de 1998.

 

6. DISTINCIONES:

 

Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, según resolución 069 del Consejo Superior, del 2 de diciembre de 1993.

Premio a la Investigación Científica Universidad de Caldas (Vicerrectoría de Investigaciones y Postgrados), (10 de diciembre de 1997).

Primer Premio Concurso de Cuento Universidad de Caldas (1984), con la obra “Canción de Cuna para un moribundo”, Hipsipila, Revista de Extensión Cultural U. de C., vol.1, Nº1, (1985). 

Flor de Oro del Café, I Nuevos Juegos Florales de Manizales, categoría Ensayo, patrocinados por la Alcaldía de Manizales y el Centro de Escritores, (1993), con el texto “Paisaje Sonoro”.

Mención de Honor, II Nuevos Juegos Florales de Manizales, (1994), categoría Ensayo, con el texto “De boca en boca”.

Flor de Oro del Café, III Nuevos Juegos Florales de Manizales, (1995), categoría Ensayo, con el texto “De supersticiones y otras yerbas”.

Medalla de Honor en los Carnavales del Duende 1994, “por sus valores y acciones cívicas con la comunidad de San José”. San José de Risaralda, Caldas, (13 de noviembre de 1994).

 

Orden del Duende Ecológico, en su primera versión, otorgada por la Alcaldía Municipal de San José Caldas (Resolución Nº 093-08, 9 de octubre de 2008).

 

Reconocimiento del Consejo de la  Facultad de Educación de la Universidad de Caldas “por unanimidad, debido a la labor eficiente y callada en áreas como la investigación y la producción literaria” (Oficio Nº 393, Manizales, 22,12, 1988).

Hijo Adoptivo de Apía (Rda.), por Acuerdo de la Alcaldía Municipal, del 11 de agosto de 2012.

 

El Centro Literario de Apía (Rda.), desde el año 2012, lleva el nombre de “Centro Literario Octavio Hernández Jiménez”.

 

El Honorable Concejo y la Alcaldía Municipal de San José Caldas,  por el Acuerdo Número 423 de 2017,  bautizaron la biblioteca construida por el gobierno del Japón, en 2010, como Biblioteca Pública Octavio Hernández Jiménez (19 de marzo de 2017). 

La Administración Municipal de Viterbo (Caldas), el 12 de enero de 2018, en el Centro Artístico Yuruparí, otorgó a Octavio Hernández Jiménez el título de “Hijo Adoptivo de Viterbo Caldas”.

 

El 13 de septiembre de 2018, la Revista Gourmet del Eje Cafetero y la junta organizadora del II Encuentro de Saberes Culinarios llevado a cabo en el Banco de la República, sede Manizales, entregaron a Octavio Hernández Jiménez una placa como reconocimiento a su labor investigadora en el área de la cocina regional y la publicación de textos sobre gastronomía.

 

LECTURA DEL ENSAYO “LA COCINA HOGAREÑA EN CALDAS”: Banco de la República, Área Cultural, Manizales, 15 de septiembre de 2020, desde la biblioteca personal, transmitido por la plataforma virtual de la entidad bancaria.

 

 

REPÚBLICA DE COLOMBIA

 

CONCEJO MUNICIPAL SAN JOSÉ CALDAS

 

NIT. 810001998-8

 

ACUERDO MUNICIPAL N°423 DE 2017

 

De conformidad con lo establecido en la ley 397 modificado por la ley 1158 de 2008, con lo establecido en los artículos 312 y313 de la constitución política y,

 

CONSIDERANDO:

 

Que en el municipio de San José se cuenta con una biblioteca con la cual se pretende fortalecer la formación cultural y literaria de todos los ciudadanos.

 

Que OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ a lo largo de su vida ha contribuido al desarrollo cultural tanto de la nación, el departamento y el municipio de San José por medio de todas las obras literarias que ha publicado entre las que se encuentran:

 

  • Geografía dialectal (1984)
  • Funerales de Don Quijote (1987 y 2002)
  • Camino Real de Occidente (1988)
  • La Explotación del Volcán (1991)
  • Cartas a Celina (1995-2018)
  • De Supersticiones y otras yerbas (1996)
  • El Paladar de los caldenses (2000 y 2006)
  • Nueve Noches en un amanecer (2001)
  • Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003)
  • El Español en la alborada del siglo XXI (2002)
  • Los caminos de la sangre (2011)
  • Apía, tierra de la tarde (2011)
  • Los Ídolos del Hogar; del mito y la leyenda en Caldas (2016)
  • Fiestas Patronales; de lo sagrado a lo profano (2017)
  • Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006)

 

Que adicionalmente el ilustre escritor le ha prestado sus servicios a la nación desempeñándose como docente de la Universidad de Caldas, decano de la Facultad de Artes y Humanidades y vicerrector académico de la misma institución pública del orden nacional.

 

Que la biblioteca pública municipal del municipio de San José fue creada mediante el acuerdo municipal 165 del 27 de mayo del año 2005.

 

Que es legítimo asignarle a la biblioteca el nombre del ilustre escritor toda vez que ha sido una petición regular de la comunidad, teniendo en cuenta todos los servicios que le ha prestado OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ al desarrollo de la cultura nacional, y teniendo en cuenta sus servicios a la nación fortaleciendo la cultura desde el ámbito académico, por tal motivo

 

SE LE ESTABLECE EL NOMBRE A LA BIBLIOTECA PÚBLICA MUNICIPAL DE SAN JOSÉ CALDAS

 

ACUERDA:

 

ARTÍCULO 1° - Asignarle como nombre a la biblioteca pública del municipio de San José:

“BIBLIOTECA PÚBLICA OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ”.

 

ARTÍCULO 2° - Artículo de control, expídanse sendas copias a las instituciones requeridas.

 

ARTÍCULO 3° - El presente acuerdo rige a partir de su sanción y publicación.

 

PUBLÍQUESE, COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE

 

Dado en el honorable Concejo Municipal de San José Caldas el día dieciséis (16) de marzo del 2017.

 

YON IMER HENAO SÁNCHEZ (fdo)     LUZ ADRIANA GIRALDO G. (fdo).

 

Presidente del H.C.M.                                          Secretaria del H.C.M. 

 

TEXTOS DE SU AUTORÍA:

 

 Libros:

 

HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, Octavio. Funerales de Don Quijote. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1987 y reeditado en 2002.

______________________ . Camino Real de Occidente. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1988.

______________________ . La Explotación del Volcán. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1989.

______________________ . Cartas a Celina. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos,  1995.

______________________ . Lenguaje y Cultura. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 1996.

______________________ . De Supersticiones y Otras Yerbas. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1996.

______________________ . El Paladar de los Caldenses. Manizales: Talleres Edigráficas, 2000 y reeditado en  2006.

_______________________ . Nueve Noches en un Amanecer (Literatura infantil oral de Caldas). Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001.

_______________________ . Del Dicho al Hecho: Sobre el habla cotidiana en Caldas. Manizales: Universidad de Caldas, Talleres Litográficos, 2001, con reedición en 2003.

_______________________ . El español en la alborada del siglo XXI. Manizales: Editorial Manigraf, 2002.

_______________________ . Los Caminos de la Sangre. Manizales: Editorial Manigraf, 2011.

_______________________ . Apía: Tierra de la Tarde, Música en la Montaña. Manizales: Editorial Manigraf, 2011.

_______________________ . Copa América, de locura. Manizales: Editorial Manigraf, 2014.

­_______________________.  Los Ídolos del Hogar: sobre el mito y la leyenda en Caldas. Manizales: Editorial Manigraf, 2016.

_______________________.  Fiestas patronales: entre lo sagrado y lo profano. Manizales: Editorial Manigraf, 2917.

_______________________. Cartas a Celina. Manizales: Manigraf Editores, 2018 y 2019.

 

COAUTOR en las obras:

 

“Geografía Dialectal”, en Escritores del Occidente de Caldas. Manizales: Imprenta Departamental de Caldas, 1984.

“La Naturaleza de los Nombres”, en Patrimonio y Memoria Cultural de Caldas. Manizales: Gobernación de Caldas, Editorial La Patria, 1994-1995.

“Leyendas Caldenses”, en Nueva Revista Colombiana de Folclor. Bogotá: Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo-Yerbabuena, Vol.5, N°18, 1998.

“En Boca de los Caldenses”, en Caldas Cien Años, Historia y Cultura. Manizales: Gobernación de Caldas, Editorial La Patria, 2005, pp. 72-115.

“Las palabras como herencia”, Memorias Cátedra Unesco. Manizales: Unesco-Universidad Nacional de Colombia, Gestión Integral del Patrimonio en Centros Históricos, Artes Gráficas Tizán, Manizales, 2001.

“Palabras en Situación”, en Identidad Cultural, entre lo local y lo global. Manizales: Gobernación de Caldas-Secretaría de Cultura de Manizales, Artes Gráficas Tizan, 2004.

Su ensayo “El Quijote en Colombia”, hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar, Centro de Estudios Cervantinos, Editorial Castalia, Volumen III, Madrid, 2006.

 

Coautor de la página web institucional de la Gobernación de Caldas, “Cátedra Caldas”, www.sedcaldas.gov.co que versa sobre  Cultura Popular en el Departamento (2007).

 

TEXTOS PUBLICADOS EN LA REVISTA IMPRONTA DE LA ACADEMIA CALDENSE DE HISTORIA:

___________________ .  “El Niño y la Niña están de visita”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, Nº1, 2003, p.53.

 ___________________ . “Caldas se viste de fiesta”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, Nº3, nov. 2005, pp. 377-395.

____________________ .  “Don Quijote en Colombia”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, Nº5, 2007, p.691.

____________________ . “Algunas sotanas inquietas de Antioquia”. Manizales: Revista Impronta Nº7, 2007, p.767.

____________________ .  “Cocina e Identidad Regional”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, Nº 8, 2008, pp. 205-236.

____________________. “Cruce de caminos”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia”, N° 9, noviembre de 2010, pp.95-125.

____________________. “Los Caminos de la Sangre”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, N° 9, diciembre de 2011, pp.63-82.  

____________________. “Camino Real de Occidente”. Manizales: Revista Impronta de la Academia Caldense de Historia, N° 10, agosto de 2012, p.23-48. 

____________________. “La Colombia que naufraga:  I- Colombia perdió un mar.  2- Paro Cafetero”. Manizales: Revista Impronta, N°11, agosto de 2013.

____________________. “2010-2011 Colapso climático”. Manizales: Revista Impronta, Nº 12, noviembre de 2014.

 ____________________. “Minería Infernal”. Manizales: Revista Impronta, N°13, noviembre de 2015.

_____________________. “Ciertas enfermedades virales, a comienzos del siglo XXI”. Manizales: Revista Impronta, N°15, enero-diciembre de 2017, pp.186-215.

_____________________. “San José de Caldas, la montaña encantada”. Manizales: Revista Impronta, N° 16, enero-diciembre de 2018, pp.15-63.

 

 

MOTIVOS PARA PARTICIPAR EN EL PROGRAMA DE ESTÍMULOS DE LA

 

GOBERNACIÓN DE CALDAS Y LA SECRETARÍA DE CULTURA

 

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ

 

A través de las clases universitarias, conferencias, intervenciones públicas, libros, artículos en publicaciones periódicas y otras formas de comunicación, como la página web espaciosvecinos.com, he luchado por afianzar la identidad caldense y el sentido de pertenencia.

 

Buscando esos objetivos, he donado al pueblo de San José Caldas, un conjunto de obras de arte, sobre todo en óleos y tallas en madera, de reconocidos artistas caldenses, que engalanan el templo parroquial, la Alcaldía y la Biblioteca Municipal.

 

He  ejercido la defensa activa del Patrimonio Cultural, en ocasiones en las que varios párrocos han pretendido despojar al pueblo del parte significativa del patrimonio cultural. Instituciones como la Academia Caldense de Historia, el programa de Diseño Visual de la Universidad de Caldas, el Centro de Escritores de Manizales, apoyaron las gestiones emprendidas en el caso de la destrucción del Juicio Final del Siglo XXI, obra de Eva Clarens.  

 

En forma didáctica, rescaté el personaje del Duende Ecológico como mito mayor de San José; realicé las gestiones pertinentes para adquirir la escultura en bronce que lo representa ubicada actualmente en la Plaza del pueblo e hice parte del grupo que puso en marcha las Fiestas del Duende y luego las Fiestas de Mitos y Leyendas que se realizan cada dos años en dicho municipio.

 

Desde 2008 hasta 2014, promoví y patrociné los concursos de Cuento Infantil y Crónica Regional, entre el estudiantado del Municipio de San José.

 

Mis abuelos mandaron construir su amplia casa de habitación, en una esquina de la plaza de San José, entre los años 1910 y 1915. En la parte comercial del primer piso funcionó, por varios años, el primer Almacén LEY del país, y parte del segundo piso, 7 años después, fue prestada por los abuelos para que sirviera como primera casa cural del pueblo. Además, en la citada casa se filmó parte de la película Letanías.

 

Al morir la última de las tías, adquirí la casa, la mandé restaurar con fidelidad a la construcción original y la adecué como casa-museo en donde ubiqué más de 200 obras realizadas por muchos de los mejores artistas caldenses, colombianos y de otros países.  En la casa se ha recibido con gusto a las personas que desean conocerla. He pretendido ofrecer lecciones de aprecio por los propios valores. Varios habitantes han seguido el ejemplo, en el aprecio por la arquitectura tradicional, las demás artes, la historia de la localidad y lo que esto representa.

 

La mayoría de mis obras publicadas,  como “Camino Real de Occidente”, “Lenguaje y Cultura”, sobre los sobrenombres en Caldas; “El Paladar de los Caldenses”, sobre gastronomía en el departamento de Caldas; “Del Dicho al Hecho: Sobre el habla cotidiana en Caldas”; “De Supersticiones y otras yerbas”;  “Nueve Noches en un Amanecer” (sobre literatura infantil oral de Caldas), “La Explotación del Volcán”, “Los Caminos de la Sangre” (sobre la migración a comienzos del siglo XX, al Bajo Occidente de Caldas);  “Los ídolos del hogar, sobre el mito y la leyenda en Caldas”, han sido consideradas, por maestros y lectores, como un loable esfuerzo al recoger,  estudiar y difundir buena parte del patrimonio cultural de los caldenses.

 

 

 

***

 

Creadores de Identidad:

 

OCTAVIO HERNÁNDEZ,

ESTUDIOSO DE LA HISTORIA REGIONAL

 

Jorge Eliécer Zapata B.*

 

Octavio Hernández Jiménez ha sido en Caldas quien complementa el estudio de los grandes acontecimientos de la historia. Él se enfoca en lo que se pudiera llamar la letra menuda, lo que da vida y fuerza al hilo conductor de la historia.

 

Los sucesos que conforman la historia de un pueblo, en apariencia, son los sucesos magnos: las guerras y las batallas, las invasiones y las conquistas, las colonizaciones y las fundaciones de pueblos y ciudades pero también los hechos menos pomposos dan fuerza y cohesionan el gran suceso, y a este aspecto se le apuntan pocos estudiosos, como sucede en Caldas con Albeiro Valencia Llano quien enfoca la colonización antioqueña desde la vida familiar.

 

Visión de la Región:

 

El ensayo titulado Camino Real de Occidente es en Octavio Hernández el inicio de una búsqueda que permite acercar a las gentes a lo que fue nuestro pasado. En este corto estudio está de cuerpo presente la vida política y económica de la vasta región, ya que el tramo descrito por Hernández unía la gobernación de Popayán con la de Antioquia e iba insertando las nuevas fundaciones al desarrollo general de la república. En él se redescubre la historia regional, la arteria por la cual transitaron los indígenas, los primeros españoles, los criollos y posteriormente, toda la población de la República.

 

El Paladar de los Caldenses, obra que recupera la gastronomía regional, muestra la vocación por la buena mesa en un territorio donde se funden el nativo, el africano, el español y posteriormente el mestizo que ayuda a dar forma a la identidad culinaria.

 

De Supersticiones y Otras Yerbas penetra en la idiosincrasia regional y muestra como se han asimilado las tradiciones que formaron los mayores enriqueciéndolas con fuerza creadora.

 

Del Dicho al Hecho: el Habla popular en Caldas complementa la manera como los habitantes de este territorio se expresan en medio de la evolución de una lengua dinámica como lo es el español. “Es un trabajo de investigación de paremiología alrededor del estudio y análisis de los refranes más conocidos en Caldas”, ha dicho el historiador Javier Ocampo López.

 

Por último, Los Caminos de la Sangre, un estudio corto y serio sobre el poblamiento de Viterbo, las familias que ahora componen el conglomerado y su procedencia. Esta obra se publicó el pasado abril con motivo de la celebración del centenario de esa población caldense.

 

El escritor, quien nació en San José, mira con lente de humanista cómo se ha formado la región caldense.

 

Confrontación con el mundo:

 

Octavio Hernández Jiménez fue profesor de la Universidad de Caldas, lector de todas las horas y viajero estudioso. Ha recorrido mundo para confrontar sus lecturas con la realidad sacando valiosas conclusiones que se convierten en amenas crónicas que paulatinamente da a conocer.

 

Todo esto lo complementa con juiciosos análisis de la obra de los artistas regionales indicando cuanto se ha avanzado en este sentido. Aquí ejerce un mecenazgo que contribuye a fortalecer la cultura comarcana.

 

(Jorge Eliécer Zapata B., presidente de la Academia Caldense de Historia, publicó esta semblanza, en el periódico La Patria, de Manizales, el viernes 26 de agosto de 2011, p.2b).

 


Neiva (H.), 7 de abril de 2012

 

Señor

Fabio Alzate Vallejo

Apía (Rda.)

 

 

Mi muy estimado amigo: 


 
Reciba un cordial saludo, luego de lo cual y conforme a lo acordado, me es placentero hacer una sencilla presentación de lo que mi regular memoria, modesta observación y capacidad de redacción me lo permite:


 OCTAVIO HERNANDEZ JIMENEZ.

 

Podríamos decir que él mismo ha madurado su vida y la vida misma lo ha añejado como los más exquisitos vinos.
 
Fue el primero de los hijos de un humilde hogar conformado por don Daniel Hernández y doña Rosa María Jiménez. Nació en el entonces  Corregimiento de San José Caldas (ahora Municipio), el 16 de diciembre de 1944. Aún él mismo conserva intacta la pequeñísima alcoba donde vio la luz por vez primera.
 
El mayor de 8 hermanos, de los cuales han fallecido los dos menores (Ángela Rosa, que también hizo su bachillerato en Apía) y Daniel Alberto. El papá murió el 15 de Julio de 1971 y la mamá el 19 de Agosto del año 2000.
 
El kínder lo cursó en Anserma Caldas; la primeria en la Escuela Marco Fidel Suárez de San José y la secundaria en el Colegio Salesiano, Seminario Menor de Pereira y Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía, donde se graduó en el mes de noviembre del año 1962. Fue aquí donde echó sus primeras raíces; a  brotan sus primeras dotes de intelectual, a transmitir y a compartir conocimientos como profesor de Filosofía  y de  Español y Literatura, sucediendo con lujo y capacidad a don José Álvarez Patiño.
 
Desde niño, siempre respetuoso, obediente, virtuoso, de completa dedicación a sus estudios, los libros, las revistas, periódicos como a sus quehaceres domésticos. Consumado lector y observador de la vida cotidiana, lo que lo proyectó en las artes teatrales, la literatura, la pintura, la historia, aficionado a la fotografía e incluso artesano en la madera. Inocultable ha sido su admiración, entre no pocos, por clásicos, modernos y contemporáneos, lo que le permite hablar con tanta propiedad y generosidad de un Dante o Miguel de Cervantes como del mismo Gabriel García Márquez, un Neruda o un Octavio Paz. O de las obras de Miguel ángel, Francisco de Goya, pasando por Picasso, Salvador Dalí, Manzur, Palomino, Botero, Diego Panesso y otros bien prestigiosos, hasta el más provinciano como Alcides Arenas (pintor campesino paisajístico de San José).
 
Sobrino entre otros, por línea paterna, del Padre Octavio, Teresita, María, Matilde, Rosita y Sor Ángela Hernández Londoño, quienes, en su medida, le tendieron las manos en los difíciles momentos económicos vividos por sus padres.
 
Y es  así como lo podemos afirmar con todo convencimiento que por el tiempo en que fungió como orientador de las cátedras  de las materias como las antes mencionadas, fue LA EPOCA DE ORO  DE LA CULTURA APIANA, tierra a la que reverencia como si fuera su verdadera patria chica, en la cual, gracias a su impulso e iniciativa, y a la consiguiente correspondencia de sus discípulos del Colegio Santo Tomás, florecieron la literatura, la poesía, el teatro, la investigación... De allí que para cada presentación literaria o teatral, la sociedad de nuestro querido pueblo se engalanara para disfrutar y luego desbordarse en tan inmejorables calificativos.   Tales presentaciones trascendieron a los pueblos vecinos de tal manera que no dudaron en reclamar la repetición de unas y otras representaciones culturales. Octavio, como ninguno supo explotar la enorme cantera que representaban sus alumnos del colegio Santo Tomás de Aquino.
 
Ilustrado, pragmático y divertido. Agradabilísimas eran las cátedras que Octavio abordaba, como que generalmente iniciaba sus clases de una manera coloquial, llamando la atención de sus discípulos en un hecho notorio actual, o bien, de una simple observación personal reciente, lo que llevaba a cautivarlos o interesarlos. De esta manera  los iba interesando en el tema materia de sus clases, la que fuera de exigencia para el programa académico y mucho más, convirtiendo a un buen número de los muchachos en lectores, investigadores en incluso en intelectuales beligerantes, los que después  irían  a descollar en claustros universitarios y la misma vida familiar, social y pública. 
 
El Colegio San Tomás y el mismo pueblo de Apía pudieron contar con tan valioso prospecto hasta finalizar el año 1970. Desde el año 1971 se radicaría en Bogotá, donde habría de continuar sus estudios superiores en la Universidad Gran Colombia, en la cual recibió con alegría los títulos en Filosofía, Historia, Español y Lenguas Modernas. No fueron pocos los sacrificios que le correspondió afrontar para alcanzar sus logros. Levantarse antes de las cinco de la mañana para abordar dos rutas de buses que lo llevarían a Bosa, al sur de la ciudad, para dictar clases en la primera jornada en colegio de tal localidad, regresarse hasta el Norte y hacer lo propio en el elegante Colegio Femenino "La Enseñanza", luego de lo cual debería trasladarse hasta el centro de la ciudad a atender las exigencias de la Universidad. Sus gastos debieron restringirse al máximo como quiera fue en ese mismo año de 1971 cuando su padre, víctima de una enfermedad terminal murió en San José. Era el mayor de los hermanos y debería afrontar la situación.
 
Se trasladó luego a Girardot donde ejerció la docencia en la Universidad de Cundinamarca y de allí se radicó en Manizales, ciudad en la cual se desempeñó como docente de la Universidad de Caldas, como Decano y vicerrector. Son muchas sus conferencias, sus presentaciones de gran calidad,  a las cuales ha sido invitado  en razón a sus trabajos, sus obras, por lo cual los reconocimientos a ellos no han sido nada gratuitos.
 
Por lo demás se sabe que en su vida personal ha sido muy ordenada, querido y respetado por sus hermanos, familiares y amigos. Milimétricamente organizado en sus finanzas, sin que tal circunstancia lo prive de participar de una vida decorosa y cómoda en la cual puede asistir a su gusto, a las presentaciones teatrales, óperas, conciertos musicales, sociales, familiares y/o recorridos por distintas regiones de Colombia, Suramérica, México, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, España y otros países, en donde ha tenido la satisfacción y la alegría de visitar museos, monumentos históricos que, físicamente, recrean lo estudiado y aprendido en los libros, cosas de las cuales, con toda justicia, se puede gloriar.  

 
Ejemplar, ¿verdad?
 
Con gusto,

 

Francisco Javier Hernández J.

 

 

(Esta carta fue leída, en el Club Tucarma de Apía (Rda.), en la tarde del 7 de abril de 2012, en el acto de presentación del libro "Apía, Tierra de la Tarde".


***

 

SOBRE LA VIDA DE OCTAVIO HERNANDEZ JIMENEZ


Fabio Alzate Vallejo


No sería yo la persona idónea para escribir una biografía sobre la vida de Octavio Hernández, en este momento, pues no he tenido la oportunidad de leer todas sus obras y no tuve la fortuna de ser su alumno en la época del Santo Tomás, aunque si contemporáneo y coetáneo, porque cursaba los primeros años del Colegio, por la época en que, Octavio, fue profesor de Filosofía y Literatura.


Y fue precisamente por aquella época de 1968 a 1971 en que me tocó ser testigo del enorme impactó que causó en la juventud tomasina y en sus alumnos las diferentes actividades que desarrollaba Octavio: Fue un descubridor de talentos. Promotor de artistas poetas y escritores que desplegaron sus aptitudes a través del teatro, los periódicos murales y los concursos de cuento, poesía y declamación que organizaba dentro de las actividades del Centro Literario Marco Fidel Suárez.


Elba Ochoa con su melodiosa voz, Régulo González, Hernán Díaz fueron algunos de esos alumnos; de muchos de ellos nunca se supo su continuidad en las lides literarias, no sucedió así con el espíritu rebelde, de liderazgo sindical y revolucionario, que se forjó en muchos de ellos como fue el caso de Felipe García, eminente dirigente sindical en Risaralda,, Hernando Rúa y Marco Tulio Salazar en Caldas, Gustavo Hincapié en Alemania y luego en Antioquia.


Muchos de sus alumnos hoy son distinguidos profesionales, en diferentes ramas del saber, y en todos se observa una gran constante: Un gran cariño, un gran respeto y una gran admiración por su Maestro. Tengo todavía vivo el recuerdo de aquella fiesta del Colegio Santo Tomás, organizada por Octavio, en 1970, en donde con lujo de detalles los alumnos de sexto, dirigidos por Octavio, hicieron tremenda imitación de Don Gabriel Rojas Morales, trabajo que estuvo a cargo de Eliseo Múnera, este repitió en forma muy jocosa la voz militar, sus gesticulaciones, el manoseo de las cargaderas que sostenían sus pantalones y sus gritos estridentes, fue el mismo don Gabriel el que más gozó y felicitó a Eliseo por tan fiel imitación. Recuerdo, también, como en aquella fiesta por primera y única vez vi como armaron una piñata con una gallina viva como sorpresa, animal que terminó dividido en 350 partes equivalentes al número de estudiantes que ansiosos esperábamos el contenido de la piñata. A Mario Martínez, que en paz descanse, le tocó luego continuar con la labor cultural iniciada por Octavio.


Una de las facetas más interesantes de la vida de Octavio Hernández es su espíritu innato de investigador, rebuscador de los hechos, un hurgador de motivos, y alguien que siempre va más allá de los acontecimientos. Lo anterior quedó plasmado fielmente en la   gran discusión, que nos deja Octavio dentro del libro “Apía tierra de la tarde”, con respecto a la ubicación actual de la cabecera municipal de Apía, en la intercepción de los caminos que conducían de Medellín a Popayán, tomando la ruta hacia Santuario, y el camino que venía de Manizales rumbo al Chocó, en la conocida esquina de Lázaro.


Argumenta Octavio, que los fundadores del municipio se ubicaron en el cruce de caminos que era por donde pasaban las mulas con el desarrollo en sus lomos, lo anterior, en abierta contradicción con la tesis de su tío el Padre Hernández, quien sostenía que Apía inicialmente lo habían fundado en los terrenos que hoy ocupa la vereda el Encanto y que tuvieron que trasladarlo, para el sitio que hoy ocupa, debido a la escasez del agua en el sitio inicial. Ese espíritu investigador y aventurero quedó, también, reflejado en todas sus obras muy especialmente en la del “Paladar de los Caldenses”.


Es bueno resaltar otras facetas importantes en la vida de Octavio Hernández y es la fotografía, a la cámara de Octavio se deben fotografías memorables como las de las viejas calles de Apía, que nos dejó como un nostálgico recuerdo de nuestra niñez y que hoy cobran gran valor histórico; el rostro apacible del padre Hernández, las fotografías sobre el viejo colegio Santo Tomás y muchas otras sobre algunos sitios, hoy desaparecidos de Apía, lo convierten en un fotógrafo de gran peso histórico, algunas de esas fotografías ilustran el libro sobre Apía y la revista sobre los 25 años del colegio Santo Tomás de Aquino y otras publicaciones.


En San José, Caldas, pueblo natal de Octavio, es reconocido como el impulsor de la cultura y las artes, tanto que muchos lo ubican como si fuera el funcionario público encargado de dichas labores, allí ha realizado concursos, ha creado un museo, ha restablecido construcciones de inmenso valor sentimental e histórico, es decir, todo un líder cultural reconocido y aceptado por la comunidad.


En la página 82 del libro Octavio menciona la importancia en la Universidad de Caldas de “El grupo de Apía” integrado por el doctor Helí Alzate Sánchez, eminente profesor de la cátedra de sexología, cardiólogo y bioquímico; el profesor Gustavo Isaza, en la cátedra de farmacología; Albeiro Valencia, doctor en Historia; por su reconocida humildad y por respeto , Octavio, omitió su nombre de esa ilustre cuarteta que brilló en la Universidad de Caldas en los años 70,80 y 90 del siglo pasado, pero los que tuvimos la oportunidad de pasar por allí sabemos con toda certeza que Octavio fue el más brillante de todos, pues logró ser el primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades, y me atrevo a agregar, también, a esa distinguida lista, al doctor Horacio Gallego, bachiller de 1965 del Colegio Santo Tomás, eminente profesor y director del Programa de Lenguas Modernas de dicha Universidad.


Quiero dar, en nombre de todos los apianos, inmensas gracias a Octavio por dejarnos la magnífica obra que hoy nos entrega y con la cual se aumenta la escasa literatura que existe sobre Apía. Estamos seguros que su trabajo será fuente de consulta, de gozo y de satisfacción, mucho mayor para quienes tuvimos la oportunidad de vivir aquella época dorada de Apía, liderada por el gran talento humano que existía en el Colegio Santo Tomás, por aquellos años del 60 y el 70.


Me resta insinuarle a Octavio que nos consiga y nos envíe todo el paquete de sus obras para que reposen en la biblioteca pública municipal, institución que él mismo ayudó a fundar, y para que estén disponibles y se puede acceder a ellas tanto estudiantes, profesores y lectores en general , y poder de esta manera, disfrutar, apreciar y valorar la obra del más grande escritor formado en Apía.

 

(Estas fueron las palabras de ofrecimiento del acto en el Club Tucarma de Apía (Rda.), en la tarde del 7 de abril de 2012).


LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN (1)

 

Por Augusto León Restrepo

 

A mí me gusta mucho leer lo que escribe el profesor Titular, Distinguido y Emérito de la Universidad de Caldas, Decano, Vicerrector, laureado en concursos literarios, el Académico Octavio Hernández Jiménez. En los últimos meses ha entregado algunos artículos a Eje 21 , diario digital en el que han sido publicados, y disfruto de sus textos por su contenido y por la forma como los expone: con claridad, conocimiento y cierto dejo de humor, aún en las exposiciones más exigentes y sólidas. A Hernández le he seguido en su ruta como escritor, desde sus primeras apariciones. Es prolijo, como que cuenta con más de diez publicaciones, entre las cuales me quedo con tres de ellas, cuatro, que no dudo en recomendar, si quiere uno ilustrarse, entretenerse, deleitarse, que es al fin y al cabo lo que justifica la lectura. Digo yo.


En su orden, las cuatro obras de Hernández , cuya lectura recomendaría, son, Los Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), La Explotación del Volcán (1989), El Paladar de los Caldenses (2000 y 2006) y Los Ídolos del Hogar, el Mito y la Leyenda en Caldas (2016). En su Bibliografía, ningún título es deslucido. Cualquier otro libro que lleve su firma, tiene garantizada su calidad. Búsquenla en las «librerías de viejo», porque creo que sus ediciones se encuentran agotadas.

 

Les voy a contar a que viene esta columna. Es que hace treinta y seis años, el miércoles 13 de noviembre de 1985, el volcán Arenas del Nevado del Ruiz explotó y produjo un deshielo que hizo que se creciera el río Lagunilla hacia el lado del Tolima y produjera la desaparición de Armero, con un número de víctimas aproximadas a las 25.000 y que se creciera el Río Chinchiná, para el lado de Caldas, lo que ocasionó unas tres mil muertes. Los flujos piroclásticos emitidos por el cráter del volcán fundieron cerca del 10% del glaciar de la montaña, enviando cuatro lahares -flujos de lodo, tierras y escombros productos de la actividad volcánica- que descendieron por las laderas del Nevado a 60 km, /h y engrosaron los cauces de los seis ríos que nacen en el volcán, según se lee en las enciclopedias. Los nombres de los ríos los desconozco, con excepción del Lagunilla y del Chinchiná. Y pues bien. Octavio Hernández recuerda esta tragedia inconmensurable, en una sintética crónica, publicada esta semana en Eje 21. Y esa crónica me remitió a su libro La Explotación del Volcán, que había devorado en su momento y que releí a las volandas para escribir esta nota.

 

El libro, lo tienen que leer, en primer lugar, quienes están entre los treinta y cinco y cincuenta años. Allí encontrarán la pavorosa historia de esta tragedia que tantas lecciones dejó, pero que como sucede con la frágil memoria humana, ya casi nadie recuerda, porque la vida como los ríos no se devuelve. Pero que hay que desembobinarla a veces, para estar alerta sobre sucesos que pueden volver a repetirse.

 

«¡El Volcán Arenas del Nevado del Ruiz explotó… y lo explotaron! Lo explotaron, a su manera, medios masivos de comunicación, gentes eruditas e incrédulas, astutas y otras de la más variada fisonomía. Este es el tema central de La Explotación del Volcán. El autor, haciendo uso de su ameno estilo, husmeó el juego del rumor, siguió el rastro a los acontecimientos desde el momento de la erupción de ceniza en septiembre de 1985 hasta la trágica culminación en noviembre del mismo año y reseñó las repercusiones en los órdenes informativo, antropológico, sicológico, económico, artístico y hasta humorístico. Un acervo cultural fraguado en Manizales y Caldas bajo el agobiante fantasma volcánico», es una ilustrativa síntesis de este relato que, como ningún otro, testimonia este episodio de la historia dolorosa de Colombia.

 

Los invito para dentro de ocho días a la continuación de esta columna. Mientras tanto, háganse a las ediciones de Octavio Hernández Jiménez, arquitecto destacado de lo que es lo caldense como identidad y como expresión sociológica y cultural de una región consolidada y reconocida. Hernández, se perfila como el más auténtico retratista de lo que somos. Fin de la primera parte.

 


LA EXPLOTACIÓN DEL VOLCÁN (II)

 

Por Augusto León Restrepo

 

Los había invitado hace una ​semana, a que abordaran la lectura de La Explotación del Volcán, de Octavio Hernández Jiménez, para que tuvieran a la mano un recuento reflexivo, analítico, bien escrito, sobre los antecedentes, los hechos y las consecuencias de la mayor tragedia ocasionada por la naturaleza en el Siglo XX, como que borró del mapa una población, Armero, en el Departamento del Tolima, Colombia,  con 25.000 víctimas, y ocasionó en las riberas de los ríos cercanos a Villamaría y Chinchiná, en el departamento de Caldas, unos tres mil muertos. El día: 13 de noviembre de 1985. Se calcularon los daños producidos por la explosión del Ruiz, en unos 7.000 millones de dólares de la época, para información de los econometristas.


Ya les hablé sobre que el libro se lee de corrido. Es una crónica versátil, en la que el autor nos cuenta con trágico humor, qué significó para los manizaleños, los caldenses, la explosión del volcán. Y para los colombianos todos. Porque es que, durante varios años, tres o cuatro, este episodio fue magnificente. Tanto es así, que por las regiones afectadas desfilaron autoridades estatales, funcionarios de instituciones, investigadores geológicos, de todo el mundo, con visitas incluídas de Su Santidad el Papa Juan Pablo II en julio de 1986, y en diciembre de 1985, de Su Majestad, la Reina Sofía de España, como lo recuerda Octavio en su crónica de éstos días, que aparece  en Eje 21 y que constituye una afortunada síntesis de su obra. Imperdible su lectura. El Papa, en Chinchiná, dejó su discurso trunco porque tenía que ordenar unos sacerdotes en Medellín. Donó 100.000 dólares del tesoro vaticano. Se me olvidaba. La Reina Sofía tuvo la intención de aterrizar en Armero, su helicóptero, pero el hedor circundante desaconsejó su aterrizaje, según cruda observación periodística de la época. Entonces vino a almorzar al Club Manizales y aquí  los heliotropos y azucenos pudieron codearse con la realeza de verdad.


Como anoté, hay mucho humor en la relación patética de Hernández. Que le permite hacer digresiones y paréntesis. A mí en especial me gustó este aporte, que relacioné con la tragedia a cuenta gotas que estamos padeciendo pór causa del covid 19, que ha dado lugar a profusión de apuntes y chascarrillos y humor gráfico, o memes, como los denominan ahora.


https://www.eje21.com.co/2021/11/que-queda-de-la-explosion-del-ruiz/


«Es incómodo hablar de humorismo en casos tan trágicos como el del Nevado. La tragedia es tabú intocable. Pero ¿quién dijo que humorismo es buen humor? Para Eduardo Stilman en «El libro del humor negro», el humorismo es una actitud ante el mundo:​ no se trata de una actitud alegre; los últimos límites del humorismo lindan más con los laberintos de la desesperación que con el decorado de la felicidad convencional. El humorismo es malhumorado; un incursor de los mismos territorios que ambicionan la úlcera y el suicidio.»


Y continúa Hernández, de su propio caletre: «Hay casos en que el humor es lo único que nos queda de la esperanza. Y mientras lo tengamos, estaremos en vía de salvación y de salud mental para afrontar nuevos embates. El humor (el verdadero humor) siempre es negro, es chocante, porque destruye mitos, fetiches y tabúes. Es la caries de la solemnidad. Es la broma del estiramiento. Su respuesta no es la vulgar carcajada sino la sonrisa del que ríe por no llorar.» Son certeras sus observaciones, Maestro.


https://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/volcan-nevado-del-ruiz-posibilidades-de-una-nueva-erupcion-634844


No quisiera terminar esta aproximación al trabajo literario de Hernández, sin recomendarles la consecución de Los Funerales de Don Quijote, el imaginativo homenaje que le rinde a la ciudad de Popayán, en el que traslada a vivir por una temporada a la Casa del Maestro Guillermo Valencia Quijano y a caminar por sus calles, a nadie más ni nadie menos que al mismísimo Hidalgo Don Quijote de la Mancha, que respondía al nombre de Don Alonso Quijano El Bueno, primos el anfitrión y su huésped entre sí, en la imaginación del escritor caldense. Ni sin que los antoje de leer su página sobre los fantasmas en «Los ídolos del Hogar».  Algún día le preguntaron a Churchill si creía en los fantasmas. Y respondió que sí. Y el interlocutor le dijo: ¿pero, los ha visto? Y el Nobel inglés le contestó: los verdaderos fantasmas, son los que no se dejan ver. Pues Octavio Hernández nos sorprende, con que estamos rodeados de fantasmas. Por centenares. Hay que leerlo. Y aquí termino, porque «La lectura deleitosa es la varita mágica con la que despertamos los fantasmas de genios en uso de buen retiro»