DE PICO ALTO  A INDEFINIDA MESETA

 

Octavio Hernández Jiménez 

 

Después de una espera más prolongada que la de otras regiones de Colombia, en el mes de noviembre de 2020, el Eje Cafetero  alcanzó ‘el pico’ del virus de Wuhan. Se decía que ‘el pico’ llegaría entre la última semana de octubre y la primera de noviembre, pero cumplido ese plazo no llegó el descenso.  

 

Sobre la mortalidad que se  presentaba a comienzos de noviembre, el secretario de Salud dijo que Caldas, hasta el momento en que empezó ‘el pico’, reportaba cifras inferiores, día por día; (unos cuatro difuntos, más o menos). “En este momento, la letalidad (proporción de acuerdo con los diagnosticados), en el país, hay una proporción de 2,9 por cien mil habitantes, mientras que Caldas estamos en un 1,4 por ciento. Hoy tenemos 264 camas en el departamento, de las que 224 están en Manizales, con personal bien entrenado que da mejores garantías” (Elizabeth Rojas, 4 de noviembre de 2020, p.4). Atenete y no corrás. 

 

El descenso no se decretaba con una varita mágica. Sencillamente, mientras se siguieran presentando más casos activos que casos de recuperados continuaríamos trepando a un ‘pico’ desconocido. A esto se añadía que, mientras los conglomerados se fueran saturando de contagiados, el virus perdería capacidad de expansión. Por los medios de comunicación, empezaron a disertar sobre “la inmunidad de rebaño”.   

 

En Caldas subieron los contagios de covid a más de  200 casos,  por día. En cuando a mortalidad, casi en su mayoría, afectaba a personas mayores de 60 años, muchas de ellas con comorbilidades. Ser mayor de 60 años, en esa pesadilla en la que pareciera que el tiempo fluía de distinta forma a las que habíamos aprendido a secuenciar, equivalía a subir a un patíbulo instalado en la sala de cualquier hospital. Entrar a una UCI, en este pico, era acelerar la despedida de los seres queridos.  

 

Más del 50% de las personas  a  quienes practicaban la prueba PCR y la de antígeno, resultaban positivas. El secretario de salud de Manizales comentó, en un video de whatsapp, que les practicaron la prueba a 60 taxistas y 38 resultaron positivos para covid. Esto demostraba la amplitud y saturación de coronavirus que ya cubría al departamento de Caldas. 

 

Colombia se comportaba como la mayoría de naciones. “Nuestro país, en algunas regiones, se va a ver sometido a una situación muy parecida a la que está viviendo Europa, en donde por la falta de observación de las medidas no farmacológicas va a ver mortalidad que va a terminar afectando la economía, no solo por los cierres sino por el mismo comportamiento de las personas. Se verá pérdida de empleos, cierre de empresas, con consecuencias lógicas como el alcance de líneas de pobreza más profundas” (Ibid.). 

 

Al comparar a Manizales con otras capitales del país se encontró que la capital caldense contaba con el porcentaje de casos activos de covid-19 más alto, según el análisis del Instituto Nacional de Salud (INS) 

 

  1. Manizales: contagios (9.955), activos (2.126)  y % activos (21%).  
  2. Armenia: contagios (7.907), activos (1.171), y % activos (15%). 
  3. Ibagué: contagios (15.277), activos (1.593) y % activos (10%). 
  4. Pereira: contagios (12.035), activos (1.051) y % activos (9%). 
  5. Florencia: contagios (8.454), activos (727) y % activos (9%).   
  6. Pasto: contagios (12.200), activos (998) y % activos (8%). 
  7. Bucaramanga: contagios (18.326), activos (1.369) y % activos (7%). 
  8. Bogotá: contagios (324.385), activos (22.636), y % activos (7%). 
  9. Cali: contagios (63.479), activos (4.389) y % activos (7%). 
  10. Medellín: contagios (99.988), activos (6.463) y % activos (6%). 

En los cuatro días de la que se consideró, por un tiempo, la segunda semana del pico (domingo 1 de noviembre a miércoles 4), de las 224 camas UCI con que contaba Manizales, estaban ocupadas más del 66%. Se había dicho que la capital de Caldas estaba en alerta naranja aunque, para mal de todos, “la Clínica San Marcel y el SES Hospital de Caldas declararon la alerta roja por pasar del 80% en su nivel de ocupación, lo que obligó a transportar personas a otras instituciones hospitalarias” (Esteban Gallego, 5 de noviembre de 2020, p.5).  

El Hospital SES de Caldas llegó el 2 de noviembre a un 85% de ocupación y luego bajó hasta un 70%. Como si no bastara con los problemas derivados de esa crisis en cuanto a unidades hospitalarias, según el director clínico, Juan Felipe Valencia, “Hemos recibido amenazas y llamadas intimidatorias de familiares de pacientes culpándonos por su fallecimiento” (Ibid.). Los servidores de la salud, en Colombia, siguen pasando bajo continuas amenazas.   

A la gente se le dificulta respetar, valorar y buscar soluciones a los problemas más personales. A diario se abren nuevos campos para la bioética en su principio de abordar  asuntos aparentemente de simple salud hospitalaria sobre los que otras personas tienen puntos de vista discutibles. En los días de nuevos brotes de covid-19, una familia llegó al hospital, con un medicamento en la mano, para que los médicos lo suministraran a un pariente con covid que estaba hospitalizado; el argumento para hacerlo era que, lo habían visto en una red social,   y, a ellos, les dijeron que era “buenísimo” para combatir el coronavirus. El médico lo buscó en esa red y encontró que, en el mes de julio, habían prevenido contra ese medicamento por las contraindicaciones que coincidían con las condiciones precarias del paciente al que pretendían que se lo aplicaran.     

De acuerdo con el gerente del Hospital departamental Santa Sofía, Carlos Alberto Piedrahita, de las 47 camas UCI con que contaban, el 90% estaban ocupadas, el martes 3 de noviembre. Tomaron la decisión de que “paciente que haya superado los 10 días de contagio y se haya recuperado de su falla respiratoria, se remite, de manera prioritaria, en acompañamiento del Centro Regulador de Urgencias (CRUE)” (Ibid.). 

El gerente de la Clínica Versalles, Orlando Ríos, comentó que contaban con 18 camas UCI y 6 camas UCIN, las cuales estaban ocupadas en un 70%. El miércoles 4 de noviembre dieron al servicio otras 10 camas nuevas UCI para apoyar la capacidad instalada (Ibid.). 
 
Para hacer ver el panorama gris, el secretario de Salud de Manizales, Carlos Humberto Orozco comentó que, en este ‘pico’,  cada hospital se congestionaba a una velocidad distinta y eso dependía del número de usuarios que tuviese y de los que requirieran cuidados intensivos. Recordó que el departamento de Caldas contaba con 90 camas, en Santa Sofía y los hospitales de Salamina, Riosucio, Chinchiná y La Dorada, los que  permitían atender pacientes de cada zona y evitar que a todos los remitieran a Manizales. 
  
Las remisiones en esta situación representaban un grave problema no solo para el sistema hospitalario regional sino para las familias que en la mayoría de los casos quedaban demasiado distantes de los pacientes, necesitados de las soluciones que conlleva una hospitalización como cambio de ropa,  a diario,  adquisición de medicamentos,  papeleos en las EPS y otras oficinas, traslados; la sensación de absoluta lejanía e impotencia. 

A 5 de noviembre de 2020, el mundo reportaba, oficialmente, 47.594.234 contagiados. 31.736.353 recuperados y 1.215.892 muertos. Colombia: 1.108.084 contagiados. 1.002.202 recuperados. 32.013 muertos. 

Según el Ministerio de Salud y la Dirección Territorial de Salud de Caldas, a 5 de noviembre de 2020, así estaba la situación de covid-19, en el departamento de Caldas: Caldas: 14.476 contagiados. 6.802 recuperados. 298 muertos. Manizales: 9.726 contagiados. 3.635 recuperados. 128 muertos. La Dorada: 1.422 contagiados. 1.249 recuperados. 59 muertos. Villamaría: 943 contagiados. 166 recuperados. 19 muertos.  Chinchiná: 630 contagiados. 182 recuperados. 18 muertos. Supía: 422 contagiados. 315 recuperados. 13 muertos. Riosucio: 313 contagiados.  248 recuperados. 8 muertos. Anserma: 302 contagiados.  187 recuperados. 22 muertos.  Marmato: 232 contagiados.  198 recuperados. 2 muertos. Aguadas: 96 contagiados. 88 recuperados. 2 muertos. Viterbo: 88 contagiados. 73 recuperados. 5 muertos.  Palestina: 83 contagiados. 41 recuperados. 4 muertos. Neira: 82 contagiados. 43 recuperados. 7 muertos.  Salamina: 60 contagiados. 44 recuperados. 2 muertos. Manzanares: 60 contagiados. 47 recuperados. 2 muertos. Aranzazu: 55 contagiados. 35 recuperados. Samaná: 55 contagiados. 20 recuperados. 1 muerto.  La Merced: 52 contagiados. 39 recuperados. Pácora: 51 contagiados. 32 recuperados.  Belalcázar: 42 contagiados. 22 recuperados. 1 muerto. Risaralda: 41 contagiados. 24 recuperados. Filadelfia: 31 contagiados. 30 recuperados. Victoria: 27 contagiados. 23 recuperados. 1 muerto. Marquetalia: 24 contagiados. 22 recuperados. 1 muerto. Pensilvania: 21 contagiados. 15 recuperados. San José: 16 contagiados, 7 recuperados, 1 muerto. Marulanda: 12 contagiados, 6 recuperados.  

El pronóstico para Caldas no era optimista, al finalizar noviembre. Todo lo contrario. Según cálculos de las entidades de salud, el esperado pico puntiagudo que al alcanzarlo empezaría a descender, como la aguja de la catedral de Manizales, se estaba convirtiendo en una meseta tan prolongada que podría durar semanas o meses, incluido parte del año 2021. Los contagios y muertes no descendían; todo lo contrario: seguían aumentando las cifras, día a día.  

Se completó más de mes y medio, con el país inundado de contagios y muerte,  sobre todo en las noches de un período que correspondía al Fenómeno de La Niña y que podría durar hasta el mes de abril del año entrante. Lluvias y huracanes como el ETA y el IOTA que se abatieron sobre las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. El volcán del Ruiz persistía en sus tremores que asustaban a Manizales y muchas poblaciones de Caldas y Tolima. Por uno u otro motivo se dificultaba poner en práctica aquel dicho según el cual la noche se hizo para nacer, para amar y para morir.

 

 

<< Regresar