LOS GATOS EN EL FOLCLOR DEL GRAN CALDAS

 

Octavio Hernández Jiménez

 

En las casas del Gran Caldas se tenía gato, ante todo,  por afán utilitarista, para que cazara ratones, otros bichos  y alegrara a la familia. Aunque el gato, con su soberbia, también tuvo fama de dañino. Fuera de destapar ollas, dañaba el forro de los muebles y acababa con los vistosos pájaros de la huerta. El perro se deja querer pero el gato quiere cuando le da la gana.

 

Al variar la gente su modus vivendi y  pasar de unas casas solariegas a incómodos cuchitriles o modernos y reducidos apartamentos, sin zarzos ni jardines y menos con huertas, quien corre la aventura de adquirir un gato, un perro, unos pajaritos o unos peces, lo hace más por razones sicológicas y, entre estas, para calmar una soledad o una depresión aparentemente invencible.

 

Los gatos y perros pasaron de cuidanderos a mascotas que levantan el ánimo a las personas que habitan, ante todo, las ciudades modernas. A pesar de lo incómodo que resulta, tener un animalito en el apartamento es hacerse a la idea de que la persona no se encuentra sola y que siempre hay alguien haciéndole compañía, alguien que le está esperando para ejercer el papel de niñera del extenuado dueño o dueña. Por eso no se debe olvidar la recomendación para las personas estresadas: Saque a pasear su perro aunque no tenga perro.

 

La vida de los gatos es el prototipo de la molicie. Por lo menos, así aparecen en las tiras cómicas La Gata de Tobita (in illo témpore) y, en tiempos modernos,  Gaturro.

 

De los gatos se resalta su pelaje suave, su delicadeza, su petulancia, los cojines y almohadones que prefiere para echarse, los sueños profundos en que se sumergen, la leche tibiecita y las mujeres solteras en uso de buen retiro a las que no dejan tranquilas restregándoles la cola.

 

LOS GATOS Y EL LENGUAJE:

 

GATONIMIA: Es de advertir que, en cuanto a nombres, hay más elementos andróginos o afeminados en los nombres de esos perritos con moño que se asoman por las ventanillas de los carros particulares que en los nombres de nuestros engreidos michines.

 

Los gatos como muchos perros han tenido unos nombrecitos que son toda una denuncia judicial: Gestas, Dimas, Tuerto, Morgan, Diablo, Satanás, Rasputín, Uñas, evocación de ladrones y personajes de la peor calaña.

 

Otros nombres de gatos, en la región, son: Michín, Micifú, Cimifú, Pepe, Bigotes, Mambrú, Mirringo (a), Sombra, Negro, Tom, Silvestre, Ramón, Julio, Paco, Pepa, Pepita, Tobita, Betty, Nieves, Carlota, Bebé, Negris, Muñeco, Milonga, Cuscús, Conga, Chacho (a),  Jesica, Candy, Puchis, Niño, Gringo, Morfeo. Homero es casi de la familia.

 

María Eugenia G. (Mega), tenía, en su casa de Manizales, varios perros y gatos, algunos de ellos recogidos en la calle. Los nombres de los perros eran: Atenea, Zeus, Eros, Waspi, Kiuri, más los cachorros de Waspi y Kiuri. Los gatos eran: Colagrís, Taiger, Bichos, Rayo, Parcera, Campanita, Ternura y Gris.

 

PAREMIOLOGÍA GATUNA: La gente se ha fijado en el modo de ser de los gatos para acuñar refranes y otras formas del lenguaje:

 

A gato negro no le busque pelo blanco: No le dé más vueltas a un asunto tratando de encontrarle otra explicación.

 

Como quitarle un pelo a un gato: Dicho que se repite cuando  una persona adinerada paga más de la cuenta por un artículo y lo cuenta con tono de lamento. Generalmente, la otra persona aclara: No es como quitarle un pelo a un gato sino un pelo a un reloj. Cuando los relojes eran de cuerda.

 

A gato viejo, ratón tierno: Así comentan, en el oriente caldense, cuando una persona de edad avanzada tiene amoríos con una persona joven. Equivale al refrán: a trapiche viejo, caña niñita.

 

Dar gato por liebre significa estafar a una persona.

 

Soltar la gata: dedicarse en forma desenfrenada a un vicio que posiblemente había controlado.

 

Gato encerrado: algo oculto que va en contra de lo acordado.

 

Bañado de gato: mal bañado; miedo al agua.

 

De noche los gatos son pardos: no se fíe de las apariencias.

 

Cuando los gatos se van, los ratones hacen fiestas. Refrán muy utilizado en las escuelas cuando los profesores salen por breves instantes y los alumnos se ponen el salón de ruana. Los profesores lo repiten furiosos y los alumnos responden con estruendosas carcajadas.

 

Se acostumbra decir que fulano es como los gatos: todo lo mal hecho lo tapa, disimuladamente, con tierra.

 

Cuando una persona la vive embarrándola en todo, se le hace el siguiente reproche: Usted es como el gato que si no la caga a la entrada, la caga a la salida.

 

Ñarriar: voz onomatopéyica (imitativa) de los gatos. Los gatos ñarrean. En sentido figurado significa lamentarse ante alguien con la intención de provocar un beneficio personal.

 

Ñarrea más que un gato en un machacadero de carne: pide más que deme.

Hasta el gato: Cuando en un problema se mete todo el mundo, aún sin importarle. Hasta el gato.

 

Parir gatos en reversa: Pasar las mayores dificultades.

 

Desde que las escusas (con S) se inventaron el gato no come queso (o no toma leche). Lo curioso de este adagio está en que las escusas que aquí se mencionan no equivalen a las excusas (con X) o disculpas. Las escusas (con S) eran las trampas que se colgaban del zarzo, en las cocinas paisas. Se trataba de una tabla amplia de madera colgada, en el aire, con unos alambres. En esa tabla se colocaba lo que pudieran perseguir los animales nocturnos. Y como se bamboleaba en el aire, en lo alto, ningún bicho podía robar lo que encaramaran en esa trampa, ni ascendiendo ni descendiendo. En el Museo Juan del Corral, de Santa Fe de Antioquia, puede verse una escusa colgando en la cocina.

 

Como personaje, el gato alcanzó la gloria al entrar en la literatura infantil colombiana, de manos de Rafael Pombo (1833-1912), en los poemas Mirringa Mirronga: “Mirringa, Mirronga,/ la gata candonga/ va a dar un convite/ jugando escondite,/ y quiere que todos/ los gatos y gatas…”, pero, ante todo, por medio del celebérrimo Gato Bandido: “Michín dijo a su mamá:/ Voy a volverme Pateta,/ y el que a impedirlo se meta/ en el acto morirá.// Ya le he robado a papá/ daga y pistolas. Ya estoy/ armado y listo, Y me voy/ a robar y matar gente./ Y nunca más ¡Ten presente!,/ verás a Michín desde hoy…”.

 

 

<< Regresar