SIENTO NOSTALGIA

 

Octavio Hernández Jiménez

 

       El confinamiento es una oportunidad prolongada para la nostalgia.

       Nostalgia de algunas llamadas telefónicas que no llegan;

       De una sonrisa que quedó afuera;

       De una voz cantada;

       De las hermanas y hermanos que se adelantaron en el viaje;

       Nostalgia de lugares de estudio y de trabajo;

       Nostalgia de un aroma;

       De unas comidas;

       De un plato preparado por la madre;

       Por las hermanas;

       Por el grande y dulce amor;

       Por las tías y otras tías.

       Nostalgia del aroma del café;

       Del olor del eucalipto;

       De uno y tantos viajes;

       Del  espejo del mar;

       De soberbias ciudades;

       Apacibles pueblos;

       Dormidas villas;

       De tantos instantes frente a un cuadro;

       Una estatua;

       Una columna rota;

       Nostalgia de aquellos sitios por los que no volveremos a pasar;

       Nostalgia de las páginas de un libro que desapareció de la biblioteca,

       jamás regalamos e insistimos en reencontrar;

       Nostalgia de un concierto y de otro,

      Y de la compañía teatral que ya se disolvió;

       Nostalgia del tiempo pasado y del que está por llegar…

       Nostalgia de las reuniones familiares;

       De la invitación rechazada;

       De esa época en que asistíamos al estadio;

       Del grito inmortal de Gooool.

       De noches irrepetibles;

       Nostalgia de los viernes y los lunes;

       Viernes en la noche y lunes por la mañana;

       Del hijo no admitido;

       De las personas que jamás volverán;

       De las “humildes y queridas cosas” de Borges;

       “Las monedas, el tablero, la ajada violeta, atlas, copas”;

       De  noches contempladas al aire libre;

       De situaciones inesperadas;

       De ese amor siempre presente;

       De la amistad que no se apaga;

       De los compañeros desaparecidos de la vista;

       Del billar;

       De un café;

       De un deporte;

       De la imposible visita a nuestros padres;

       De abrazarlos;

       De extasiarse de nuevo con la morena picante;

       Del tiempo detenido con la madre;

       La visita inmediata al pueblo natal;

       La casa abierta a todos los panoramas que levantaron los abuelos;

       La puerta de la finca que se abre;

       La dificultad para tomarse un café con los colegas;

       Nostalgia del cine en el teatro;

      Acudir a un parque en especial;

      A un museo;

      A un templo;

      A una biblioteca;

      A una montaña empinada;

      A reencontrarnos con los hermanos,

      Con una amiga sonriente;

      Nostalgia de abrazar un árbol;

      De charlar feliz con las sobrinas y sobrinos;

      De salir a divisar;

      De estar con personas que hacen falta aunque jamás hayamos estado                                                    con ellas;

      De habernos despedido de alguien e insistir en volver a saludarle;

      De caminar entre la estantería de una librería amiga;

      De sentarnos en la banca junto al guadual a leer prensa;

      Alelarse con el canto de los pájaros;

      Disfrutar de los festejos de los perros.

      Nostalgia de la vida cotidiana.

      Nostalgia de la nostalgia …

 

      ***

     (abril-mayo de 2020)

 

 

 

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