LINAJES QUE PREOCUPAN


                                             

Octavio Hernández Jiménez


                                                                                

Desde el principio dijeron que era mejor utilizar la expresión covid-19 porque decir coronavirus era una generalidad ya que, de él, se habían descubierto varias clases. Como varias pestes anteriores eran coronavirus, decir covid-19 era más específico. Desde finales del 2020 empezaron a hablar de cepas y variantes como la inglesa o británica, la sudafricana, la brasileña, la canadiense, la japonesa, dos norteamericanas. Dijeron que había 1.500 cepas más circulando por el mundo sin que aún hubieran sido objeto de estudios científicos. Se trataba de linajes que se iban modificando a través del tiempo. En Colombia, podían circular unas 150, decían unos, y otros se atrevían a subir esa cifra a 800. 

 

Se hablaba de la cepa brasileña a la que le trancaron la puerta de entrada por el Amazonas. Aislaron a Leticia del interior del país, por aire, a pesar de que ya se hablaba que se habían encontrado algunos casos en Bogotá y otras localidades como Barranquilla, Riohacha y Cúcuta. Leticia estuvo aislada del resto de Colombia, por avión, hasta mediados de mayo de 2021. 

 

El 16 de abril anunciaron que, en Manizales, habían encontrado dos casos de la cepa británica, por lo que muchos se alarmaron, en Caldas y el país. Los caldenses escucharon cuando divulgaron por televisión que ese linaje era más veloz en la transmisión del virus del covid-19 que los anteriores, aunque  no era más letal. La directora del INS, Martha Ospina, explicó que “Puede que no sea más letal (capacidad de producir la muerte), pero al haber más casos aumentan los enfermos, los enfermos que se complican y las muertes”. 

 

El 17 de abril informaron que habían detectado 8 casos de la cepa británica en Bogotá, y después que en Medellín y Rionegro (Ant.). Barranquilla y otros sitios de la costa atlántica entraron en la danza macabra de los nuevos linajes. En las siguientes semanas, la cepa británica se paseaba por Colombia como Pedro por su casa. A la cepa recién desempacada achacaban situaciones que se presentaron como escasez de camas hospitalarias, escasez de personal médico para atender los pacientes que desbordaron las UCI y escasez de medicamentos. Curioso que en esa lista no mencionaran el comportamiento relajado de muchísimos colombianos.  

     

Colombia llegó a un porcentaje de aplicación de vacunas del 3,5% mientras que, en el universo de vacunas aplicadas, Manizales alcanzó el  10% lo que llevó al optimista al secretario de Salud municipal, Carlos Humberto Orozco quien declaró que “la probabilidad de que la capital de Caldas alcance la inmunidad de rebaño más rápido que otras ciudades y por tanto tratamos de que ese 70% lo alcancemos antes de terminar el año 2021”.  El Instituto Nacional de Salud  identificó, para Manizales, siete genomas  y 53 linajes;  para Bogotá, 102 genomas. 

 

En el mundo, a 21 de abril de 2021,  iban 142.453.783 contagios confirmados, 81.603.337 recuperados y 3.035.771 muertos. Colombia: Contagios: 2.684.101. Recuperados: 2.505.738 y muertos: 69.177.  El 19 de abril de 2021, Colombia registró la cifra de 420 muertes por covid-19. En agosto de 2020 hubo un día de 428 difuntos,  con las UCI copadas en la mayor parte del país.  

 

A 21 de abril de 2021, Caldas llevaba 55.411 contagios. Recuperados: 49,943. Muertos: 1.115. Manizales: Contagios: 37.239. Recuperados: 33.529. Muertos: 536. Villamaría: Contagios: 4.790. Muertos: 71. Chinchiná: Contagios: 2.486. Muertos: 70. Riosucio: Contagios: 956. Muertos: 48. Supía: Contagios: 803. Muertos: 30. Anserma: Contagios: 793. Muertos: 51. Neira: Contagios: 508. Muertos: 16. Pácora: Contagios: 439. Muertos: 16.  Viterbo: Contagios: 419. Muertos: 21. Manzanares: Contagios: 401. Muertos: 7. Palestina: Contagios: 390. Muertos: 17. Marmato: Contagios: 382. Muertos: 5. Marquetalia: Contagios: 347. Muertos: 15. Pensilvania: Contagios: 326. Muertos: 11.  Aguadas: Contagios: 312. Muertos: 11. Salamina: Contagios: 270. Muertos: 7. Aranzazu: Contagios: 243. Muertos: 6. Belalcázar: Contagios: 175. Muertos: 6. Risaralda: Contagios: 154. Muertos: 5. Filadelfia: Contagios: 150. Muertos: 5. Victoria: Contagios: 146. Muertos: 5. Norcasia: Contagios: 135. Muertes: 6. Marulanda: Contagios: 124. Muertos: 1. La Merced: Contagios: 111. Muertos: 0. San José: Contagios: 64. Muertos: 1. 

 

Cada día que pasaba aumentaba la presión de muchos países del mundo sobre las escasas empresas que fabricaban vacunas, en Europa, China, Rusia, algunos más, como India, (“la farmacia del mundo”), y Brasil, en donde han fabricado vacunas para otras enfermedades, en laboratorios pertenecientes a empresas de origen europeo o norteamericano. 

 

Italia solicitó a la Unión Europea que prohibiera la exportación de vacunas europeas hasta cuando ya hubieran cubierto las naciones de ese conglomerado de países, pues ni siquiera ellos tenían la cantidad indispensable para vacunar a sus habitantes. Estados Unidos tenía vacunas hasta para tirar al zarzo. Otro rico Epulón mientras el mundo a su alrededor fallecía por carencia de biológicos contra el covid-19. 

 

En Colombia, llegó un lote de 500.000 vacunas  chinas de Sinovac, con varios días de retraso a lo acordado. Los perjudicados eran aquellos a quienes habían aplicado apenas la primera dosis. El ministerio de Salud trató de calmar los nervios diciéndoles que el plazo de inmunidad de la primera dosis era hasta 56 días después de haberla recibido. La asociación de EPS inquirió al ministerio si era posible aplicar una vacuna distinta a la que aplicaron en la primera dosis pues en Europa lo estaban haciendo, pero no era aconsejable. 

 

El ministerio informó que, en las jornadas de vacunación, en Colombia, han aplicado 3 millones 500 mil dosis, y comentó que han recibido 600 informes y demandas sobre efectos causados por vacunas recibidas. De los 600 casos denunciados han examinado 400 y entre ellos solo a 8 siguieron analizando. Los demás eran casos leves. El personal médico puso de presente que, en nuestro país, hasta el 20 de abril, nadie había muerto como efecto de la vacuna contra el covid-19 y, lo que más se había presentado, habían sido casos de alergias. 

 

En la última semana de  abril, desembarcaron en El Dorado 549.000 dosis de Pfizer y  912.000 de Astrazeneca, éstas últimas por el mecanismo Covax. Además, llegó 1 millón de dosis de Sinovac con las que cubrieron las segundas dosis pendientes. 

 

Los centros hospitalarios de Manizales estaban atestados de pacientes. El 23 de abril había 156 hospitalizados por covid-19 y 68 por no covid, en las unidades de cuidados intensivos. Como un supervisor llegó a la ciudad el ministro de Salud, Fernando Ruiz. Sería muy grave que padeciéramos la situación por la que atravesaban Medellín, Cali, Pereira y a la que se acercaba Bogotá: Pacientes sin camas. 

 

Era una situación para mantener a la gente con el credo en la boca.  Manizales y Caldas cumplieron  15 días en alerta roja. Abril 18: Manizales (84,81%) y Caldas (80,8%). Abril 19: Manizales (85,65%) y Caldas (81,9%). Abril 20: Manizales (85,65%) y Caldas (83,2%). Abril 21: Manizales (90,68%) y Caldas (85,7%). 

 

El 23 de abril ha sido por tradición el Día del Idioma. Las instituciones educativas del país preparaban la fiesta con centros literarios, desfiles, discursos, conferencias, concursos de cuento y poesía, obras de teatro estudiantil, danzas, conjuntos musicales, conciertos. En este 2021, Manizales y Caldas vivieron ese día como uno de los más nostálgicos transcurridos en los 14 meses de pandemia. 

 

“Ayer, 22 de abril, Caldas contaba con 15 UCI libres, en Chinchiná (3), Riosucio (3), La Dorada (9). En Manizales estamos con un 95% de ocupación de UCI: La capital solo tiene 12 camas libres. En el Hospital Santa Sofía (5), SES Hospital de Caldas (2), y Oncólogos de Occidente (5). Las demás clínicas: Avidanti, Aman, La Presentación, Santillana, San Marcel y San Isidro y Ospedale (antes Versalles), están al 100% en las UCI” (Óscar Veiman Mejía, 23 de abril de 2021, p.5).  

 

El médico Jorge Iván Marín, coordinador de UCI,  explicaba que, en condiciones normales, un enfermo puede estar en una cama de 3 a 5 días pero, en una pandemia como esta, una persona podía demora de 13 a 15 días. “La atención de un paciente crítico que antes podía demorar 20 minutos ahora se puede tardar una hora. Esto empeora la emergencia”, concluyó el médico (Ibid.).  

 

A finales de abril, se completaron 9 semanas en las que subieron sin parar las cifras de muertes hasta el 21 de ese mes, cuando hubo 447 fallecidos, la cifra más alta en los 407 días de pandemia que iban hasta esa fecha. Al mismo tiempo se completaban 6 semanas de aceleración  incontrolable de los linajes británico, surafricano, brasileño y otros  que habían entrado en Colombia para quedarse no se sabía por cuánto tiempo. Factores que confluyeron para la tormenta perfecta fueron: el cruce de linajes del virus, el relajamiento social, por cansancio en prolongados confinamientos, la falsa percepción de seguridad por el plan de vacunación, el regreso a la vida social en cercanía, a reuniones y fiestas. 

 

A finales de abril de 2021, subió la ocupación de UCI en Colombia, a un 81%. Bogotá: 91%. Medellín: 98%. Cali: 89%. Neiva: 79%. Ibagué: 76%. Armenia: 50%. Pereira: 82%. Manizales: 95%. En la capital de Caldas había 56 camas UCI por cada 100 mil habitantes. En otras ciudades como Bogotá, según el coordinador de UCI en los hospitales de la capital del país, John Parra, “cada vez llegan más enfermos, más graves y a una temprana edad de 20 a 60 años, con una mortalidad de casi el 50%; casi que uno se salva y otro fallece”. En la mitad de los casos, si una cama se desocupaba no era porque el paciente se aliviara sino porque moría.  

 

Si algún elemento líquido o gaseoso se emparenta con la vida es el oxígeno. Y lo más crítico durante la pandemia se presentó cuando anunciaron que se agotaba en centros de salud, sobre todo en Medellín y otras ciudades. Con las 618 toneladas de oxígeno que se producían, a diario, en Colombia, se podían atender 21.000 UCI pero, fuera de esos espacios, se requería en otras muchas unidades de salud. El gobierno central ordenó la modulación en la demanda industrial de oxígeno, para dedicarlo con prioridad a centros hospitalarios; además suspendió los aranceles que se cobraban a los importadores de oxígeno. Es el elemento que más abunda sobre la tierra pero, cuando falta, nos cercioramos de los miles de millones que pueden tener sus vidas pendientes de unas pipas de oxígeno.    

 

El presidente, en su programa “Prevención y Acción”, de 6 a 7 de la tarde, clamó para que se hiciera uso racional del oxígeno, en esos días tan complicados de la pandemia. Las plantas productoras de oxígeno trabajaban al tope. Aceleraron la instalación de varias de ellas, in situ. Medellín recibía  contribución en su abastecimiento de las plantas de Bogotá y Cali.  

 

El consumo de oxígeno se incrementó en todo el país porque fuera del tercer pico que ha sido más intenso que los dos anteriores, con relación a contagiados, hospitalizados y muertos, muchos de los recuperados quedaron con efectos secundarios que requerían oxígeno. Se suplicaba a las familias en donde había pacientes que utilizaban pipas de oxígeno, que devolvieran las pipas desocupadas. 

 

Retener pipas desocupadas de oxígeno equivalía a poner en peligro muchas vidas. Vendrían semanas cruciales. Será posible que se agoten las camas disponibles, pero  más dramático sería que no hubiera oxígeno. ¡Más, más oxígeno! 

 

A lo anterior se sumaba el auge sostenido de fiestas clandestinas por todo el país.  En Medellín, entre el viernes 16 y el sábado 17 de abril de 2021, la ciudadanía denunció 389 fiestas clandestinas, a pesar de que las UCI estaban ocupadas en un 98%.  En Pueblo Rico (Antioquia), una barra de borrachos, arrebató el ataúd en que llevaban a enterrar a un campesino asesinado y lo entraron a una cantina en donde bailaron alrededor del cajón, vaciaron licor a quienes se les arrimaban e hicieron caso omiso a los reclamos de deudos y autoridades. Otra ‘danza de la Muerte”, como en la Peste Negra del siglo XIV, cuando la muerte se convirtió en una obsesión macabra. 

 

En Cartagena, 86 fiestas clandestinas entre el 16 y el 18 de abril, una de ellas con 300 asistentes además de 28 riñas familiares. En Bucaramanga y el resto de Santander,  854 fiestas intervenidas en lo que iba de abril de 2021. Las autoridades atendieron 498 peleas personales, en el anterior fin de semana, en el Valle del Cauca y 148 fiestas sin permiso. En la discoteca Lujuria de Palmira (Valle), las autoridades les interrumpieron, a 70 asistentes, la fenomenal orgía, como lo insinúa el nombre del lugar.  

 

Festejos con su aletargada crítica social que increparía al poder y a los potentados, en el paro que estallaría diez días después. Mientras tanto, quienes disfrutaban de los goces de este mundo no atendían los clamores ni de la propia conciencia.

 

 

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