EL CORCOVADO DE CALDAS

 

"El Cristo de Belalcázar, como comúnmente se le dice, es, no solo el símbolo de la ciudad sino el testimonio de una raza que ha apuntado valerosamente hacia el futuro en su religiosidad, en sus empresas sociales y cívicas, en sus sueños de grandeza. Es el testimonio más vehemente de un pueblo que, muy a pesar de los envites de toda índole en su contra, se ha levantado con las fuerzas de sus ansias, en pos de un puesto digno bajo el sol de Colombia. El Cristo es la materialización de unos ánimos dispuestos a la lucha, a la paz y el progreso. Está erguido sobre la cumbre misma, a la misma altura del sueño de sus poetas, en la misma cima del amor con que se ha fabricado el tablero que enseña, la teja que protege, la frazada que calienta, el trigo que nutre, el agua esquiva que apaga la sed. El Monumento al Cristo que corona la ciudad es tan grande como el espíritu de los hombres que sin temor han hecho del paisaje el asombroso sereno de sus espíritus" JORGE ELIÉCER ZAPATA BONILLA. 

 

(Fotografías de Octavio Hernández J.)

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