VIEJA PLAZA DE MERCADO
Juan Bautista López (nacido en Salamina en 1869) transcribe, con entonación literaria un tanto teatral, los recuerdos de un día de mercado, en la tierra de las niguas. La nigua era, como explicó el mismo Juan B. a quienes ni se imaginan de qué se trata, “un insecto americano, agresivo y devastador en grado máximo, y de cuyos estragos podemos dar razón cumplida muchos de los vivientes”. De la abundancia de ese bicho derivó la exageración: Más entrador que nigua salamineña. El cronista cuenta que, para participar en el mercado de cada domingo, “por una de las bocacalles que revientan a la plaza pública, entran gentes con toda clase de mercancías: mozas de enhiesto continente y con el rostro jubiloso, traen sobre su altiva cabeza bateas con frutas en conserva, bizcochos de esmerada preparación, agradables dulces de coco y de naranja y deliciosos bocadillos de guayaba; mujeres de mayor edad con canastas de mimbre en que portan perfumadas almojábanas, sabrosas tostadas de harina asadas en el horno, sazonados y esponjosos panes de trigo, natillas, buñuelos, hojuelas y otras frutas de sartén. Hombres, a pie, armados de zurriagos, arrean hacia el interior del recinto bestias de carga que conducen patatas, panela, yucas, plátanos, judías y otras legumbres para el abasto de la despensa doméstica. Por allá desfilan sanos muchachos campesinos que, látigo en mano, empujan cerdos flacos, ariscos y rebeldes, entre los cuales resaltan hembras de cría acompañadas de ocho o diez guarines con el rabo erguido en espiral, cabizbajos, inquietos y gruñones que hocican tercamente la barriga de la madre y la obligan a tenderse en tierra para exprimirle los pezones. Mozos de recia contextura cargan al hombro hercúleo varas largas de que penden gallinas y pollos de cresta purpúrea, de zancas amarillas y roñosas y de lucio y abundante plumaje multicolor. Asoman agricultores de abultados músculos, con el rostro empapado en sudor tibio y cargadas las anchas espaldas con naranjas, zapotes, chirimoyas, mangos, piñas, granadillas y curabas. Este, que apura el paso para ganar tiempo, conduce un fardo de perejil, tomates, pepinos, ajos y cebollas. Ya se acerca al sitio de las ventas los crecidos bultos de calabazas y repollos, y los cajones de madera que guardan huevos, quesos suculentos y bolas de suave, rubia y confortable mantequilla” (Juan B. López O., 1981, p.18-19).
(Fotografías de Octavio Hernández J.)
OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José de Caldas, 1944), bachiller del Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía (1962) y luego profesor del mismo centro educativo. Profesor de la Universidad de Cundinamarca (1974-1975). Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).
* OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha publicado las siguientes obras: Geografía dialectal (1984), Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), Camino Real de Occidente ( (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996), El Paladar de los caldenses (2000 y 2006), Nueve Noches en un amanecer (2001), Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003), El Español en la alborada del siglo XXI (2002), Los caminos de la sangre (2011), Apía, tierra de la tarde (2011). Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006).
* “El humanista Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana. Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos” (Javier Ocampo López, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombia de Historia, en el texto “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, 2001).
Título: Orden del Duende Ecológico.
“República de Colombia/ Alcaldía Municipal San José Caldas/ Nit. 810001998-8/ II Fiestas de Mitos y Leyendas. Resolución Nro 093-08 Octubre 09 de 2008. Por medio de la cual se otorga la Orden del Duende Ecológico. El Alcalde Municipal de San José Caldas, en ejercicio de sus facultades Constitucionales y, CONSIDERANDO: Que mediante el Acuerdo Municipal número 216 de 2008, se creó la Orden Del Duende Ecológico, máxima condecoración que el Alcalde Municipal concede a sus ciudadanos más destacados. Que es deber de esta Administración exaltar las cualidades y virtudes de una Persona Ilustre del Municipio que con su actuar ha dejado en alto el nombre del Municipio. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez es reconocido como un señor íntegro en medio de sus labores misionales, amante de la tradición y cultura propias de nuestra región, las cuales da a conocer como embajador de nuestro municipio a nivel regional y nacional. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado como un insigne señor, cívico por excelencia, colaborador incansable; se ha hecho presente en el desarrollo de importantes programas que han impulsado el progreso de nuestro Municipio, difundiendo ejemplo para presentes y futuras generaciones. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado en el estudio de la influencia de los mitos y leyendas y su divulgación dentro del Municipio de San José Caldas. Que según estudios realizados por el Doctor Octavio Hernández Jiménez, dentro de la historia del municipio se creó la figura del Duende Ecológico para preservar las aguas, nombre que hoy recibe la presente Orden. En mérito de lo expuesto, RESUELVE: Artículo Primero: Otorgar la Orden Duende Ecológico al Doctor Octavio Hernández Jiménez. Artículo Segundo: Exaltar las cualidades de tan ilustre personaje, quien con su excelente desempeño ha dejado un gran legado en el arte de escribir y en la conservación del patrimonio cultural. Artículo Tercero: Hacerle entrega de una placa al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en acto público a realizarse el día 09 de octubre de 2008. Artículo Cuarto: Copa de la presente resolución será entregada en nota de estilo al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en dicho acto. Comuníquese y cúmplase. Expedida en San José Caldas, a los nueve (09) días del mes de octubre del año dos mil ocho (2008). Daniel Ancízar Henao Castaño, Alcalde Municipal”.
octaviohernandezj@espaciosvecinos.com
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