ÁRBOLES MORTALES

 

Octavio Hernández Jiménez

 

El dramaturgo español Alejandro Casona (1903-1965) es autor de “Los Árboles mueren de pie”. Me acordé de ese título en los días del lluvioso marzo de 2014, cuando se desarraigaban muchos árboles, en patios y avenidas de Cali, Bucaramanga y otras ciudades, que dejaban muertos y estragos. Según El Tiempo (14-III-2014, p.17), “unos 6.035 árboles están a punto de caer (en el solo Bogotá), y de esos, durante la actual administración, se han talado 4.665”. El número es alarmante, como es el peligro.  

 

El mismo diario acertó al indicar cuáles eran las señales para ponerse alerta pues, de presentarse, ese árbol ofrecía riesgo inminente: Presenta grietas y tajaduras en el tronco; existen ramas grandes muertas en el árbol; hay cambios en la inclinación del árbol; presenta cavidades y hongos y pudrición en el tronco o en las ramas; hay presencia de roedores en la base del árbol; se ven daños en las raíces por obras o choques ocasionados por vehículos; se observa encharcamiento permanente en la base del árbol y hay árboles caídos o muertos a su alrededor.

 

 

Los árboles como los amores hay que cuidarlos, ofrecerles protección, contemplarlos, disfrutar de ellos, de sus frutos y agradecerles pero también vigilarlos.

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