BELLAS ARTES: 80 AÑOS DE FUERZA VIVA

 

Octavio Hernández Jiménez *

 

ANTECEDENTES

 

Para muchos, el año de 1931 es sinónimo de tiempos remotos, en la breve historia de Manizales. Y no hay tal. Es necesario retroceder más para ubicar esa fecha dentro de un contexto social.

 

Apenas con 24 años de edad, Manizales inauguró, en 1874, un banco, una imprenta y un periódico. Se trató de El Ruiz cuyo primer editorial se encomendó a la poetisa Agripina Montes del Valle. De esta forma, como dijo el Padre Fabo, “se fundaba la escuela de periodismo y se cimentaba la cultura del futuro Manizales”.

 

Antes de concluir el siglo XIX, la exigua ciudad había alcanzado otros logros. En 1875 se fundó la Escuela Superior de Varones; en 1878, el Instituto del Porvenir dirigido por José María Restrepo Maya, entidad que cambió de nombre por el de Santo Tomás de Aquino.

 

En los años siguientes se fundaron el Instituto Pestolazziano, Colegio de Cristo, Colegio de la Presentación, Colegio Santa Inés, Seminario Conciliar e Instituto Universitario reorganizado, en 1925, con las secciones de bachillerato, de Comercio y de Agricultura.

 

En las secciones de Comercio y Agricultura y en los Talleres puestos a marchar por la Asamblea Departamental de Caldas, en ese mismo año, con el nombre de Escuela de Artes y Oficios, se enseñaban las artes útiles, las artes para la vida, las artes prosaicas.

 

Manizales, en 1931, estaba madura para una escuela de Bellas Artes o sea de aquellos oficios (ars-tis), que no producían un rédito económico tasado por el mercado pero que buscaban un placer estético, un ejercicio para el espíritu y la mente, un adiestramiento de la sensibilidad.

 

La ciudad, como una barca, contaba con un magnífico grupo humano que la conducía a feliz puerto: un hermano del filósofo antioqueño Fernando González era el Alcalde; los médicos Félix y Rafael Henao Toro dirigían la Sociedad de Mejoras Públicas, Guillermo Londoño Mejía presidía el Concejo Municipal y Jorge Gartner Nicholls era el Gobernador de Caldas. Confluencia de líderes como pocas veces los ha vuelto a tener Manizales.

 

Distintos gobernadores de Caldas han tenido que ver con Bellas Artes. El Coronel Gerardo Ayerbe Chaux, recibió, en su despacho de Gobernador, en 1957, una comisión con el músico Colombo Gazzoni y Eduardo Ramírez Castro a la cabeza, que le plantearon la crisis de la Escuela, en ese tiempo. Fruto de esa reunión fue la reapertura del programa de Artes Plásticas.

 

Paradójicamente, en el momento en que fundó Bellas Artes no todo era color de rosa. Entre 1928 y 1933 (fin de la hegemonía conservadora y principios del gobierno liberal) tuvo lugar la crisis económica que estalló en Estados Unidos y que en Colombia se puede catalogar como la peor ocurrida durante el siglo XX y la consiguiente recesión. Se había agotado la expansión debido a los precios del café y el boyante crédito externo. A comienzos de 1928, la Calidad Manizales había alcanzado el tope de 28 centavos de dólar la libra.

 

AQUEL NOVIEMBRE

 

En noviembre de 1931, en medio de ese panorama desconsolador, se dieron cita Gonzalo Quintero (pintor y escultor), Alberto Arango Uribe (caricaturista y acuarelista) y José Manuel Cardona (dibujante), para darle vida a un instituto en donde el pueblo podía asistir a clases, en forma gratuita, en las materias en que cada uno de ellos era ducho.

 

De los tres, el que contaba con mejor preparación académica y recorrió la vieja Europa en plan de estudio fue Gonzalo Quintero (n. 1892) quien expuso sus obras en varias galerías parisinas y fue objeto de elogios hechos por autoridades, en la prensa francesa.

 

Quintero regresó a su patria con el mismo mensaje que había inculcado Picasso en otros estudiantes como Luis Alberto Acuña para que se preocuparan más por el desarrollo del arte nacional que por el arte extranjero, misión que echaron a marchar y que explica la formación de la Escuela Bachué de arte colombiano.

 

La obra de Quintero, sobre todo las esculturas en yeso y los grabados en yeso, se rigen por los principios de prestigiosas academias como la Escuela Julien de Paris y la Academia San Fernando de Madrid.

 

Quintero no se consagró como artista Bachué, como sí sucedió con otros artistas colombianos de esos tiempos, aún alumnos suyos, entre los que se destacó Sandy Arcila.

 

En las esculturas y aún relieves de temas autóctonos que Quintero dejó en yeso, ante la imposibilidad económica y técnica de pasarlas al bronce, conserva ademanes, proporciones, equilibrio, serenidad, vestuarios y pliegues propios del arte helénico.

 

Cardona era autodidacta, dibujante y coleccionista de música, tal vez germen de la Escuela de Música que se fundaría poco después.

 

Arango era un odontólogo que cambió las cajas de dientes y el respectivo instrumental por lápices, pinceles y la paleta de colores. Poco después fue contratado Roko Matjasic como profesor de Acuarela y Dibujo. Así se fue perfilando la fisonomía de la Escuela.

 

Desde su nacimiento, por los objetivos propuestos en el Acta de Fundación, la Escuela de Bellas Artes de Manizales se propuso “el desarrollo de un arte nacional”, “prestar apoyo a las entidades oficiales que se relacionen con el desarrollo del arte”, “propender por la unión artística nacional”, “fundar una Galería de originales” (pinacoteca) e “investigar la cultura Quimbaya”.

 

Los nombres y obras de ciertos maestros han ido formando una cadena multicolor que proyecta su prestigio a la Escuela de Artes Plásticas, en Bellas Artes de Manizales. Entre ellos se destacan: Alipio Jaramillo (pintor), Sandy Arcila, (pintor), Teodoro Jaramillo (acuarelista), Leonel Ortiz (pintor), G. Botero (trabajó con la madera, el metal y la piedra), Hernán Merino (caricaturista), Alberto Pino (pintor), Jaime Valencia (escultor), Roberto López (pintor), Rober Vélez (dibujante y pintor).

 

Luego aparecieron, Jesús Franco (pintor), Alberto Betancur (pintor y grabador), Fernando Alvarado (tallador y pintor), Bernardo Arias (grabador y pintor), Carlos Augusto Buriticá (pintor y dibujante), Diego Luis Londoño (escultor), Diego Panesso (pintor y escultor) y Vicente Matija-sevic (grabador y pintor).

 

En época reciente, Walter Castañeda (pintor e ilustrador), Gustavo Villa (pintor), Carlos Ayala (escultor), Ulises Giraldo (pintor y fotógrafo), Luis Alfonso Ceballos (escultor), Luis Alberto Reyes (escultor), Jorge Carvajal (pintor), Jorge Eliécer Rodríguez (pintor y grabador), Jorge Lagos (pintor), Diego Escobar (fotógrafo), Ayda Nidia Ocampo (pintora) y otros más.

 

Para que sobreviva, muchos de quienes han dirigido la Escuela han tenido que combatir el desaliento, el abandono, la intransigencia, el dogmatismo, los esnobismos, el desprecio por lo propio, la incorrecta asimilación de lo extranjero;   en varias materias o en varios periodos de la historia, un inadecuado desempeño académico en algunos docentes; fallas en la extensión a la comunidad regional por carencia de coordinación o medios económicos como también la disgregación en objetivos, recursos y fines.

 

En exquisita página, Arturo Arango Uribe contaba la tragedia religiosa y social que significó haber puesto modelos desnudas para las clases de dibujo anatómico. Jaime Valencia y Vicente Matijasevic comentan que “Cuando Bellas Artes recibe el edificio nuevo, en 1951, en la celebración del Centenario de Manizales, el edificio en realidad lo recibe Música. De Artes Plásticas no queda casi nada; … (fuera del Maestro Gonzalo Quintero) no hay profesores de planta en esta carrera;… la Orquesta Sinfónica de Caldas absorbe totalmente el presupuesto de Bellas Artes, siendo clausurada Artes Plásticas, en 1954”.

 

Otro día, en el panorama aparecieron tantos nubarrones que el Maestro G. Botero llegó a exclamar: “Si pudiera, le echaría candado a Bellas Artes”.

 

En 1957, por interés conjunto del Gobernador de Caldas y el Rector del Alma Mater Caldense, se creó el Departamento de Bellas Artes integrado a la Universidad de Caldas.

 

En 1996, se puso en funcionamiento la Facultad de Artes y Humanidades, a la que se integraron los programas de Artes Plásticas, Música y luego Artes Escénicas (y danza). Quien esto escribe fue el primer decano de esta Facultad.

 

A pesar de los cielos grises, ha tenido ciclos espléndidos con luminarias en la docencia y de logros artísticos que brillan en su firmamento; se ha gloriado de muchos maestros y magníficos discípulos. Siembra y cosecha.

 

 

AGENDA 80 AÑOS

 

Los festejos, con motivo de los 80 años de fundación, se iniciaron el martes 8 de noviembre e irán hasta cuando unas exposiciones cierren en la temporada prenavideña mientras que otras, como la exposición “80 años, una mirada histórica de las artes plásticas en Manizales”, en el Museo de Arte de Caldas, durarán hasta la semana de ferias de 2012.

 

La programación de esta temporada abarca conferencias talleres, creaciones colectivas, exposiciones, performance, fuera de la programación musical y teatral que sufrió variaciones por las batallas libradas, por las universidades oficiales, como protesta contra el proyecto de Ley 30 y en las que han salido adelante, hasta ahora, los estudiantes.

 

La noche del 10 de noviembre, en la sede del Museo de Arte de Caldas, ha sido una de las más fenomenales que hayan vivido las dos instituciones, Bellas Artes y el Museo. Cuarenta obras para escoger de acuerdo con escuelas, estilos, técnicas, gustos, tiempos y autores. Mucha juventud y pocas corbatas. Expectativa, confrontación, alegría, diálogo.

 

Allí, con la curaduría de Alberto Moreno, Ayda N. Ocampo y Diego A. Escobar, están presentes las sombras beneméritas de los maestros Gonzalo Quintero, Alberto Pino, Guillermo Botero, Jaime Valencia, al lado de las propuestas artísticas de Jesús Franco, Alberto Betancur, Cosme Jaramillo, Walter Castañeda, Gustavo Villa, Luz Omaira Alarcón, Adriana Duque, Marisol Rendón, Alberto Reyes, Jorge Humberto Espinoza, Jorge Carvajal, Sebastián Rivera, Jorge Hernán Lagos, Olga Lucía Hurtado, Margot Márquez, Juan Carlos Salas, Ulises Giraldo, Jorge Eliécer Rodríguez, Andrés Uriel Pérez, María Ruth Cárdenas, Daniel Fernando Gómez, Georgina Montoya, Claudia García, Sor María Bejarano, Hugo Alejandro Noreña, Santiago Escobar, Fernando Tangarife, Santiago Quiceno, Alba Lucía Solorza, Elkin Idárraga, Alejandra P. Murcia, Jorge Rojas, Valentina Castro y María Victoria Vélez.

 

En la Rotonda de Bellas Artes, se exhiben las “Ocho propuestas escultóricas de ciudad”, del maestro y docente Luis Alfonso Ceballos. Se trata de ocho obras, a escala, de esculturas metálicas de acuerdo con las glorietas, en las vías de Manizales, como las de La Enea, La Terminal, La Uribe, La Autónoma, Villa Pilar, San Rafael. Ceballos, en sus puertas y arcos, manifiesta una delicada influencia del maestro japonés Junji Konishi. Saber seleccionar las influencias es saber trazar el propio destino. Estas puertas y arcos ofrecerían grata bienvenida a quienes nos visitan.

 

En la Sala de Exposiciones de Bellas Artes, se muestra “Nuestra hermosa amiga la tinta”, propuesta de siete artistas canadienses. Exquisita. El observador, en forma reverente, en cada mesa, se reviste con los guantes blancos antes de abrir los libros sagrados del arte en los que, con máxima delicadeza, estas mujeres bordaron arabescos, breves poemas y otros textos. Todo un ritual.

 

En el Centro de Museos de Palogrande, se expone hasta marzo de 2012, la exposición “A Blanco y Negro”, una ingeniosa propuesta de 8 artistas brasileños, con la curaduría de Francisca Silva, de la Universidad Federal de Pelotas, UFPEL, Brasil. Arte colectivo. Se trataba de 8 propuestas de artistas brasileños que ejecutaron estudiantes de Artes Plásticas de la Universidad de Caldas. Nuevo lenguaje a través del arte.

 

Algo similar pero muy nuestro, en cuanto a obra conjunta, es la obra “Comunidades” del colectivo La Cuyana, con su eslogan “Cultura biosocial la Cuyana”, en que reluce la marcada ascendencia kogui que se puede observar en la entrada del Museo de Arte de Caldas.

 

En el espacio de Taller Abierto, por Milán, los exalumnos de Artes Plásticas Jorge Carvajal, Hugo Fernando Tangarife, María Camila Duarte, Sergio Blandón y Alejandro Suárez exponen sus obras de ensamble, instalación de audio y plotter, instalación, dibujo digital, acrílicos y óleos respectivamente.

 

Esa celebración debe servir de pretexto para programar muchos y buenos eventos durante todo el año de 2012. El 30 de noviembre de 2011, la Sociedad de Mejoras Públicas, propietaria inicial del Palacio de Bellas Artes, hizo entrega oficial del inmueble a la Universidad de Caldas, en un acto realizado en el Teatro 8 de Junio.

 

Queda faltando, por la premura de fin de año, que Música y de Artes Escénicas ofrezcan su programación celebrativa que deben ir más de unos conciertos y unas puestas en escena. Es básica una excelente programación académica. Por algo son programas universitarios.

 

ALIANZA Y COLOMBO

 

Vicente Matijasevic se tomó la Alianza Francesa y el Colombo Americano con las figuras de sus sueños eróticos. Subconsciente e inconsciente desaforados. Inventó el grabado en cemento, luego el grabado en cerámica y ahora hace uso del dibujo digital para que sirva de sustento físico a cuerpos exuberantes que se contorsionan en el delirio del éxtasis.

 

Pintura digital, grabados sobre lienzo, manchas que hacen las veces de fondo sin ser fondo. Esto ha hecho que, en el libro de visitas se expresen opiniones encontradas que hablan de “poca imaginación” y “repetición” al lado de merecidos elogios.

 

Matijasevic es uno de los profesores más inquietos académicamente con que cuenta la Escuela a pesar de que, en la presentación de la exposición, en la Alianza, él mismo se cataloga como autodidacta.

 

Aprovecha la ocasión para mencionar la diferencia entre estudiantes y estudiosos, “ahora que tantos estudiantes solo se ocupan de un título mientras los estudiosos viven bajo la fuerza de una pasión”.

 

Este artista manizaleño es ejemplo de constancia, de investigación, de academia a la par que de práctica. No se ha caracterizado por un estilo único. Es el mejor ejemplo de una búsqueda. Pero como diría Mariátegui del artista Petto Ruti, “de cada búsqueda ha vuelto siempre con alguna nueva afirmación de su yo. Ha tenido la obstinada virtud de desdeñar el éxito fácil”. Ha comprendido que no es posible una creación superior sin una profunda disciplina.

 

BALANCE PROVISIONAL

 

En general, el panorama es aceptable, con varios picos más altos que otros (y abismos más profundos que otros). Toda antología es la oportunidad de seleccionar lo que el espectador a bien quiera. Al lado de la experiencia y sobre todo de la creación, aparecen aquellos que, seguramente, se encargarán de celebrar los cien primeros años de Bellas Artes sin que, por ahora, se pueda emitir algún juicio definitivo sobre sus obras. Están en formación.

 

Como se adivina, abundan las obras realizadas de acuerdo con la técnica de las academias tradicionales y son menos las que se dan el lujo y la arrogancia de experimentar nuevos modos de dialogar a través del arte.

 

Flota la sensación de una extraña distancia entre los programas de Diseño Visual y Artes Plásticas. No se observa acoplamiento alguno entre arte y publicidad (arte publicitario). Dadá pretendió diluir las fronteras entre todas las artes. En la muestra canadiense logran borrar esas fronteras.

 

Ante escasas obras puede uno pensar: Se ve que esta persona ha estudiado mucha a tal maestro del arte universal, tan presentes en la Internet y la televisión actuales. Antes se tenían que contentar con las láminas de una enciclopedia o un folleto turístico.

 

Se percibe pavor por la herejía, por el vacío o no-color, por la ironía y el humor contenido tan propios del pop art. Muchos de los que exponen confunden la tensión interna y el equilibrio con el encogimiento.

 

Por el paso implacable del tiempo, si mucho, se ve algo de surrealismo, abstracción geométrica y collage; decayó el comic después de que, a finales del siglo XX, contó hasta con revista, en la Escuela, en tiempos de Carlos Augusto Buriticá.

 

Nada de crítica social o arte contestatario tan en boga en otras décadas; ausencia de automatismo y presencia de una que otra instalación como la de Hugo Tangarife y María Camila Duarte. Renace el culto a la fotografía, el dibujo digital y el uso de técnicas mixtas.

 

El pop art está mejor representado con las obras que ofrecen relaciones inusuales entre los objetos que se aglutinan en la obra.

 

No es manifiesta la ruptura entre el arte como religión de la cultura y el arte como provocación del artista.

 

Para ser creador hay que ser anti-creador. Iconoclasta. En 80 años, la Escuela de Bellas Artes ha hecho un esfuerzo titánico y conjunto para sacar adelante una hermosa quijotada. La Siempreviva.