ROMANCE DE LA VIRGEN Y EL CIEGO

 

(Poema anónimo transmitido de generación en generación entre el pueblo caldense y recogido en la obra “Nueve noches en un amanecer”, de Octavio Hernández Jiménez, 2001).


Huyendo del fiero Herodes

Que al Niño quiere perder,

Hacia Egipto se encaminan

María, su Hijo y José.

En medio de aquel camino

Pidió el Niño de beber.

-No pidas agua, mi niño,

No pidas agua, mi bien,

Que los ríos vienen turbios

Y no se puede beber.

Andemos más adelante

Que hay un verde naranjel,

Y es un ciego que lo guarda,

Es un ciego que no ve.

-Ciego, dame una naranja

Para callar a Emmanuel.

-Coja Usted la que Usted quiera

Que toditas son de Usted.

La Virgen como es tan buena

No ha cogido más que tres:

Una se la dio a su hijo,

Otra se la dio a José,

Y otra se quedó en la mano

Para la Virgen oler.

Saliendo por el vallado

El ciego comienza a ver.

¿Quién ha sido esta Señora

Que me ha hecho tanto bien?

Será la Virgen María

Que al que es ciego le hace ver.