SIETE MARAVILLAS CALDENSES

 

Octavio Hernández Jiménez

 

El 7 de julio de 2007 se conocieron los resultados del concurso para escoger, según el número de votantes, por internet, las Siete Maravillas para el Mundo Moderno, concurso en el que resultaron ganadores el Taj Mahal (India), la Muralla China, Petra (Jordania), el Coliseo Romano, Chichen Itzá (México), Machu-Pichu (Perú) y el Cristo Redentor (Brasil).

 

Como remedo de ese concurso, el periódico La Patria de Manizales (22 de julio de 2007, p.8b), preguntó a los visitantes de su página web, sobre las siete maravillas del departamento de Caldas.

 

De acuerdo con quienes contestaron se puede deducir que por ser tan escasos los participantes, los resultados no se catalogarían como definitivos. Sin embargo, estos son los seleccionados, en el siguiente orden: 1- Catedral Basílica de Manizales (20) 2- Cristo Rey, Belalcázar (14) 3- Arquitectura de Salamina (14) 4- Monumento a los Colonizadores (13) 5- Proyecto de Hidromiel (13) 6- Torre de Herveo (12) 7- Gobernación de Caldas (11).

 

Creo que muchos lectores estuvieron de acuerdo con los tres primeros puestos, en ese mismo orden, igual que la Gobernación de Caldas. Pero en el listado de las obras caldenses de renombre aparecen otras obras sobre las que se puede discutir. La torre de Herveo fue desmantelada allá, en el departamento del Tolima y, para que no se pudriera, la trasladaron a Manizales. No vamos a pelear por eso.

 

Lo que para muchos es inadmisible es que el llamado Monumento a los Colonizadores ocupe un lugar destacado entre las 7 obras humanas más destacadas en este departamento. Fuera de su maravillosa ubicación y la intención como realización artística, el resto no vale la pena. Los resultados en el manejo de la técnica de fundición fueron desastrosos. El color de lo que obtuvo el artista no es uniforme y muchas de las figuras no se acercan al arte moderno sino que dan indicios de haber quedado inacabadas. Paquete chileno en cuestión artística.

 

Entonces, de las siete obras mencionadas quedan dos cupos por llenar con otras obras. ¿Cuáles? Según el mismo periódico, serían finalistas el Nevado del Ruiz (7 votos) y el Paisaje Cafetero (7) votos.

 

Descartado el Nevado del Ruiz pues no es obra humana; por lo contrario, los seres humanos lo han admirado y se han trocado en sus dolientes víctimas. El Paisaje Cafetero merecería mención aparte pues en el concepto de paisaje no solo se tiene en cuenta el aspecto geográfico o topográfico sino el empleo, el diseño, la conservación y el punto de vista de quienes lo contemplan o usufructúan. Sin embargo, pensemos que, entre esas siete maravillas del mundo no se escogieron las Cataratas del Niágara, ni el Salto Ángel de Venezuela, ni los viñedos franceses, ni la campiña florentina, ni las cataratas del Iguazú, ni los hielos majestuosos de la Patagonia, ni las cuevas del Dragón en Mallorca, ni los impactantes paisajes marinos de Indonesia o de Nueva Zelanda.

 

Aceptemos, y de primero en la selección nuestra, el Paisaje Cafetero ubicado no solo en ondulantes vegas sino en precipicios desconcertantes y con cuyo producido se construyó la mayor parte de las obras seleccionadas en Caldas.

 

Queda un cupo por llenar. La Patria trajo como obras semifinalistas las siguientes: Iglesia de Fátima (7 votos), Recinto del Pensamiento (7 votos), Estadio Palogrande (6 votos), Estación del Ferrocarril (5), Edificio Sanz (5),  Centro histórico de Manizales (5), Torre de Chipre (5), Bolívar Cóndor, Plaza de Toros, Iglesia de Chipre, Iglesia San Pío X (desaparecida ya, en La Enea), Iglesia de la Inmaculada, Facultad de Arquitectura U.Nal., Marmato e iglesia de Chinchiná. Se observa que los votantes no habían salido de la 23 y se consideraban ilusos conocedores de la región.

 

Otros lugares que la gente metió allí, en ese listado, como en un talego, están el Bosque de Florencia (Samaná), Charca de Guarinocito (La Dorada), Palmeras de San Félix (Salamina) y de Marulanda, Meseta de Conventos (río Blanco y río Claro, Villa María, río Magdalena, Alto de Marianita y Cascada de Pensilvania.

 

Por bellos que sean esos parajes no tienen que ver con la propuesta de obras humanas o naturales modificadas por el hombre. Hay templos dignos y admirables construcciones en la provincia caldense pero que no se podrían catalogar como maravillas. Somos un pueblo joven, con menos de doscientos años, tiempo precario para forjar un número amplio de obras que dejen boquiabiertos a propios y foráneos.

 

Si de paisajes se trata qué lástima que ninguno de los concursantes haya mencionado al Valle del Risaralda cantado por Bernardo Arias Trujillo en su novela Risaralda: “Valle anchuroso de Risaralda, valle lindo y macho que se va regando entre dos cordilleras como una mancha de tinta verde. Llanura de dulce nombre, que de tan serlo se deslíe en los labios como un confite de infancia y al pronunciarlo se oyen puntilleos de tiple guerrillero y sonajas de bambuco parrandista”.