SOMBRERO AGUADEÑO
Octavio Hernández Jiménez
José Luis Londoño, superintendente delegado para la propiedad industrial, de la SIC, dio a conocer, en el mes de octubre de 2014, el listado de los productos colombianos que han logrado su registro por la denominación de origen o sea de acuerdo con la región de donde proceden.
Los primeros favorecidos con este reconocimiento que tiene efectos en el comercio internacional a través de los tratados firmados por los gobiernos nacional y de otros países son: 1- Sombrero aguadeño; 2- Café de Colombia; 3- Artesanía de Ráquira; 4- Tejeduría wayú. Otros productos legalizados con el nombre de su procedencia han sido: Ciertos tipos de café orgánico del Cauca, Huila, Nariño y Santander, un queso típico de Caquetá, flores como el clavel y la rosa colombiana, la loza de Carmen de Viboral (Ant.), los sombreros de Sandoná (Nariño), la tejeduría de San Jacinto (Bolívar), la cestería en rollo de Guacamayas (Boyacá) y el barniz de Pasto.
Ese reconocimiento legal permite que no se repita el caso del sombrero vueltiao o costeño que fue industrializado en China con materiales de fábricas de ese país y comercializado a precios irrisorios, en vez de ser elaborado en Colombia por los artesanos de Córdoba, Bolívar y Sucre.
Este procedimiento legal no es nuevo. Ya se han registrado muchos otros productos en el mundo como el queso parmesano de Parma (Italia), el roquefort de Francia o vinos como el Rioja o el Ribera del Duero de España. A pesar del registro de origen hay empresas que siguen fabricando en forma ilegal determinados productos para venderlos más baratos que los originales.
Olga Lucía Salamanca, consultora de la firma de abogados Araújo Ibarra y Asociados comentó que “las denominaciones de origen son instrumentos valiosos de competitividad y diferenciación en nuevos mercados”.
Sobre el sombrero aguadeño hay que decir que a los aguadeños y a los caldenses nos ha faltado más sentido de pertenencia para sentirnos orgullosos de esa lujosa prenda que no solo cubre la cabeza sino que hace sentir cómodo a quien lo porte, sea hombre o mujer. Lo han lucido hasta modelos en pasarelas de París.
Ha sido tanta la desidia de aguadeños y caldenses por hacer público reconocimiento de este sombrero blanco de cinta negra que, en cualquier momento, dejamos que las delegaciones colombianas a juegos mundiales u olímpicos luzcan sombreros de otra procedencia, igual o menos elegantes que el sombrero aguadeño elaborado con fibra de iraca por dignos y silenciosos grupos de artesanas.
Tuve la oportunidad de ver y saborear el delicioso pionono en Lima y Arequipa en Perú y los peruanos se sentían orgullosos de esa vianda. Cuando les plantee la posibilidad de que fuera de origen colombiano soltaron la carcajada porque estaban ufanos e inconmovibles con su patrimonio cultural y gastronómico.
Ahora falta que las autoridades del Aguadas (Caldas) empiecen la divulgación de los ancestros de esta prenda para que se reconozca de una vez por todas que nuestro sombrero no es copia sino una variante más de tanto sombrero parecido que existe como el panameño, un ecuatoriano y el de República Dominicana.
Esto no quiere decir que por haber logrado la aprobación de denominación de origen vayan a encarecer el precio del sombrero aguadeño. En un prestigioso centro comercial de Ciudad de Panamá compré un hermoso sombrero blanco de cinta negra, elaborado en ese país, con el ufano nombre de sombrero panameño exactamente por la mitad del precio que me pedían en una distribuidora, en Manizales, por un aguadeño.
Por muchos años vimos el sombrero aguadeño como un objeto andino, típico, con el que se disfrazan para bailar pasillos en los establecimientos educativos; para engalanarse en comparsas que van danzando por las calles en nuestras fiestas parroquiales y que lucen petulantes borrachos con sus engreídas acompañantes, en las cabalgatas de feria.
Entre las estrategias de venta habrá que encachacar al sombrero aguadeño como lo hicieron en la película Crónica de una muerte anunciada en la que lucían sus vestidos blancos de fiesta, con corbatas negras y sombreros aguadeños, de lado; al estilo Gardel. Gardel sabía hacer muy bien dos cosas: cantar tangos y ponerse el sombrero.
Con los avances comerciales, decir sombrero aguadeño no es solo una denominación de origen, sino una marca cuya referencia geográfica es muy nuestra. Decir sombrero aguadeño es decir amor patrio, calidad y prestigio internacional.
OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
(San José de Caldas, 1944), bachiller del Colegio Santo Tomás de Aquino de Apía (1962) y luego profesor del mismo centro educativo. Profesor de la Universidad de Cundinamarca (1974-1975). Profesor Titular y Profesor Distinguido de la Universidad de Caldas, en Manizales (1976-2001). Primer decano de la Facultad de Artes y Humanidades (1996-1999) y Vicerrector Académico (E.) de la misma Universidad (1996). Premio a la Investigación Científica, Universidad de Caldas, (1997). Primer Puesto en Investigación Universitaria, Concurso Departamento de Caldas-Instituto Caldense de Cultura (2000). Primer Puesto Categoría de Ensayo Nuevos Juegos Florales, Manizales, (1993 y 1995). Miembro Fundador de la Academia Caldense de Historia, Socio Fundador del Museo de Arte de Caldas, Miembro de la Junta Directiva de la Orquesta de Cámara de Caldas. Orden del Duende Ecológico (2008).
* OCTAVIO HERNÁNDEZ JIMÉNEZ ha publicado las siguientes obras: Geografía dialectal (1984), Funerales de Don Quijote (1987 y 2002), Camino Real de Occidente ( (1988), La Explotación del Volcán (1991), Cartas a Celina (1995), De Supersticiones y otras yerbas (1996), El Paladar de los caldenses (2000 y 2006), Nueve Noches en un amanecer (2001), Del dicho al hecho: sobre el habla cotidiana en Caldas (2001 y 2003), El Español en la alborada del siglo XXI (2002), Los caminos de la sangre (2011), Apía, tierra de la tarde (2011). Su ensayo “El Quijote en Colombia” hace parte de la Gran Enciclopedia Cervantina, de Carlos Alvar (2006).
* “El humanista Octavio Hernández Jiménez contribuye a la afirmación de la cultura popular en Caldas. Él, con ese orgullo caldense que siempre expresa en sus escritos, se ha empeñado en divulgar el folclor regional, pensando siempre en afirmar la identidad y autenticidad de la cultura caldense en el marco y relaciones con la cultura popular colombiana. El humanista caldense tiene una fuerza cultural muy significativa en el conocimiento y cultivo del folclor y en los aspectos diversos de la cultura popular que reflejan la esencia del alma colombiana. Octavio Hernández en su obra transmite la idea de que es necesario fortalecer en los caldenses la conciencia regional y nacional como pueblo de grandes valores y atributos” (Javier Ocampo López, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua y de la Academia Colombia de Historia, en el texto “Octavio Hernández Jiménez, el humanista de la caldensidad”, 2001).
Título: Orden del Duende Ecológico.
“República de Colombia/ Alcaldía Municipal San José Caldas/ Nit. 810001998-8/ II Fiestas de Mitos y Leyendas. Resolución Nro 093-08 Octubre 09 de 2008. Por medio de la cual se otorga la Orden del Duende Ecológico. El Alcalde Municipal de San José Caldas, en ejercicio de sus facultades Constitucionales y, CONSIDERANDO: Que mediante el Acuerdo Municipal número 216 de 2008, se creó la Orden Del Duende Ecológico, máxima condecoración que el Alcalde Municipal concede a sus ciudadanos más destacados. Que es deber de esta Administración exaltar las cualidades y virtudes de una Persona Ilustre del Municipio que con su actuar ha dejado en alto el nombre del Municipio. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez es reconocido como un señor íntegro en medio de sus labores misionales, amante de la tradición y cultura propias de nuestra región, las cuales da a conocer como embajador de nuestro municipio a nivel regional y nacional. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado como un insigne señor, cívico por excelencia, colaborador incansable; se ha hecho presente en el desarrollo de importantes programas que han impulsado el progreso de nuestro Municipio, difundiendo ejemplo para presentes y futuras generaciones. Que el Doctor Octavio Hernández Jiménez se ha destacado en el estudio de la influencia de los mitos y leyendas y su divulgación dentro del Municipio de San José Caldas. Que según estudios realizados por el Doctor Octavio Hernández Jiménez, dentro de la historia del municipio se creó la figura del Duende Ecológico para preservar las aguas, nombre que hoy recibe la presente Orden. En mérito de lo expuesto, RESUELVE: Artículo Primero: Otorgar la Orden Duende Ecológico al Doctor Octavio Hernández Jiménez. Artículo Segundo: Exaltar las cualidades de tan ilustre personaje, quien con su excelente desempeño ha dejado un gran legado en el arte de escribir y en la conservación del patrimonio cultural. Artículo Tercero: Hacerle entrega de una placa al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en acto público a realizarse el día 09 de octubre de 2008. Artículo Cuarto: Copa de la presente resolución será entregada en nota de estilo al Doctor Octavio Hernández Jiménez, en dicho acto. Comuníquese y cúmplase. Expedida en San José Caldas, a los nueve (09) días del mes de octubre del año dos mil ocho (2008). Daniel Ancízar Henao Castaño, Alcalde Municipal”.
octaviohernandezj@espaciosvecinos.com
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