TOQUE DE QUEDA 

 

Octavio Hernández Jiménez 

 

Toque de queda se volvió una expresión verbal casi tan rutinaria como confinamiento. Y con el ingrediente de que se trataba de un conjunto de palabras con una carga marcial descomunal que acobardaba. Se escuchaba, al principio, como si un militar hubiera ordenado: ¡Fusilen! Se trata de una expresión poco escuchada en la vida cotidiana de antes. Tiene implicaciones de mandato y de castigo por si se transgrede la orden. En tiempo de coronavirus, hablaban de multas como una de $960.000 pesos, (un dólar costaba $3.500 pesos); en otros casos, amenazaban con citación judicial que uno no sabía en qué pudiera parar. 

 

El Ministerio de Salud y otras dependencias oficiales, desde mediados del año 2020, venían advirtiendo al Eje Cafetero que  el ‘pico de la pandemia’ tendría lugar entre octubre y noviembre; luego anunciaron que, entre noviembre y diciembre y, después, que entre diciembre y enero. A mediados de enero conjeturaban que el pico duraría hasta febrero. Igual que en la fábula del pastorcito y el lobo, los habitantes de esta región ya no creían mucho en los plazos pero había que tener en cuenta que todo en la pandemia era como avanzar a oscuras por un camino pedregoso. Tanto así que, para el fin de semana, del viernes 15 al lunes 18, la mayoría de autoridades de ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Cúcuta, Ibagué, Popayán, Pasto y otras, debido al crecimiento desmesurado de los contagios, decretaron toque de queda, casi todos de 8 p.m. del viernes hasta las 5 a.m., del lunes, ley seca y pico y cédula, asuntos que la mayoría escuchaba por primera vez.   

 

Sobre esas medidas, el alcalde de la capital de Caldas habló por RCN radio, en la mañana del viernes 15, en tono regañón, para informar que aún no se habían reunido a tomar decisiones. De las demás capitales había noticias al respecto desde el miércoles y jueves. La alcaldía se pronunció, en La Patria del 16 de enero (p.5), para dar la noticia de que el toque de queda, en la capital caldense, sería de las 8 p.m. del mismo sábado hasta las 5 a.m. del lunes 17. Al personal de bares, restaurantes, supermercados y otros negocios, ese decreto los cogió casi de sorpresa. Contaban con la ilusión de que la  autoridad municipal no se pronunciara, pero no. Ordenó: ¡Cierren! ¡cierren ya!  Ese mismo sábado dieron la noticia de que el gobierno departamental había decretado toque de queda, para los 26 municipios restantes de Caldas, entre el 16 y el 22 de enero de 2020. Todo como de afán. 

 

Caldas, a 16 de enero de 2021, contaba con 37.786 contagiados, 19.053 recuperados y 730 muertos. Manizales tenía 25.240 contagiados, 11.059 recuperados y 357 muertos. 

 

El sábado 16 de enero,  las UCI de los centros hospitalarios de Manizales y Caldas,  estaban en Alerta naranja. El director de la Territorial de Salud de Caldas lo explicó de esta forma: “En una noche, pueden aparecer de 10 a 20 hospitalizados. Porque haya algunas UCI disponibles, no quiere decir: Salgamos a la calle”.  Para concluir, el director dio este consejo: “Un número importante de contagios se está presentando en casas, por lo que pidió abstenerse de visitar a familiares y amigos. Estamos dependiendo de la conciencia ciudadana, del amor propio y del aprecio que se tenga a la familia” (Elizabeth Rojas, 16 de enero de 2021, pp. 5-6). 

 

La Dorada (con 2.181 contagios y 90 muertos) y Anserma (con 621 contagios y 37 muertos) se declararon, desde el jueves 14, en Alerta roja hospitalaria por el crecimiento inesperado de contagiados de covid-19, en las instituciones de salud: Hospital San Félix (La Dorada) y Hospital San Vicente de Paúl (Anserma). El San Félix tenía una ocupación de UCI del 86,9%  y el San Vicente, según la gerente Yaneth Ramírez, “no se tiene personal suficiente para la atención de los pacientes y hay dificultad para contratarlos” (Ibid.), forma  dramática de anunciar que no se contaba con el recurso humano indispensable aunque hubiera camas físicas. 

 

Manizales vivió, entre el lunes 18 hasta el 23 de enero, una situación inédita pues estuvo en Alerta roja hospitalaria, con las UCI por encima del 80% de ocupación. Lunes 18 de enero: Manizales: 81,45% de UCI ocupadas. Martes 19 de enero: 84,27%. Miércoles 20: 85,08%. Jueves 21: 83,87%. Viernes: 22: 84,27%. Sábado 23: 80%.   

 

La ciudad superó, en esa semana los 27 mil contagios y 380 muertos. Entre Manizales y los 26 municipios más del departamento de Caldas se sobrepasaron los 40 mil contagiados y los 800 muertos. No era el segundo pico. El director de la Territorial de Salud lo aclaró: “Gran parte del país está viviendo su segundo pico, pero nosotros, los caldenses, estamos en el primero”(La Patria, 25 de enero de 2021, p.3).  

 

En la misma semana, las UCI de la Clínica San Marcel de Manizales estaban ocupadas en un 100%.  

Las UCI de la Clínica Versalles de Manizales estaban ocupadas en un  85%. La hospitalización general estaba en un 100% de ocupación. 

Las UCI del Hospital Santa Sofía estaban ocupadas en un 80%. 

Las UCI del SES Hospital de Caldas estaban ocupadas en un 86%. La ocupación de hospitalización general estaba en un 96%.  

 

Los gerentes de esos hospitales y clínicas hicieron estas consideraciones: Vienen tres semanas muy duras. (Según estos avatares, las dos últimas semanas de enero y la primera de febrero).  Están muriendo personas jóvenes, sin comorbilidades. La vida no se puede dejar a la suerte. No vayan al centro. Están reventando los brotes del virus inoculado en las fiestas del 31 de diciembre y del puente de los Reyes Magos. En las reuniones familiares de Navidad, Año Nuevo y temporada vacacional, se transmitió  el virus, sobre todo, en el calor de los hogares. En esta crisis había departamento de Colombia en peores situaciones, pero eso no quería decir que estuviésemos bien (Ibid.). Caldas contaba con 293 UCI, más 32 pediátricas. Risaralda contaba con 218 y Quindío con 120. 

 

En asuntos de manejo hospitalario, a los legos les quedaron algunas inquietudes como ¿por qué Villamaría, (con 2.896 contagios y 44 muertos), Riosucio (con 735 contagios y 30 muertos) y aún Supía (con 604 contagiados y 20 muertos) no aparecían en noticieros de esos que alarman a los caldenses, ese 16 de enero? Debe ser que las malas noticias hay que darlas sorbo a sorbo. Si Villamaría, Riosucio y Supía  no estaban pasando por las que pasaban La Dorada y Anserma, iban pisando los jarretes a esas dos ciudades. La Dorada, en el primer pico, a comienzo de la pandemia, logró aperarse con UCI e instrumental que le está sirviendo mucho en este segundo pico. Anserma  estaba más desprotegida, empezando porque su hospital está inscrito en un  nivel básico. Ojalá le sepan sacar provecho a la crisis para que su dirigencia se mueva a dotarlo mejor de instrumentales, medicamentos y personal especializado. Como lo hacían sus dirigentes, décadas antes. La mayoría de los ansermeños en esta etapa de UCI eran remitidos a Chinchiná que es de segundo nivel y, sin pensarlo ni quererlo, allí han muerto varios habitantes de la Abuela de Caldas. 

 

El 20 de enero de 2021 falleció el párroco de San Lorenzo, en Supía Caldas, padre Santiago Osorio G., debido al coronavirus.  El domingo fue el día en que celebró su última eucaristía en el templo parroquial. Al día siguiente, lo remitieron a una UCI y, dos días después, murió. Por la misión evangelizadora que desempeñan, muchos sacerdotes se exponen demasiado; otros son más tranquilos. En el texto sobre la ocupación de UCI, en Manizales y Caldas, los periodistas dialogaron con dos sacerdotes que encontraron, en distintos hospitales, imponiendo los óleos  a ocupantes de UCI, por si se retornan de la boca del túnel o por si lo atraviesan. 

 

Dada la crisis hospitalaria  y los 659 contagios acumulados además de los 42 muertos por el coronavirus, la Alcaldía de Anserma, por medio de un decreto, ordenó que desde el sábado 23 de enero de 2021, se entraría en confinamiento, a las 7 p.m. hasta las 5 a. m, del lunes 25. Fuera de confinamiento total se decretó ley seca. Los menores de edad quedaban en toque de queda hasta el 1 de febrero de manera permanente. Se decretó pico y cédula con números pares e impares también hasta el 1 de febrero. El aforo en los establecimientos públicos quedaba en un 50% de su capacidad.  

 

La segunda quincena de enero de 2021 fue de saturación en los centros hospitalarios, no solo en el Eje Cafetero sino en la mayor parte del país.  Manizales alcanzó al 82% de ocupación de UCI. El 21 de enero tenía 39 camas desocupadas. “100% en las clínicas San Marcel, Santillana, La Presentación y Hospital Universitario de Caldas. Ya se va sintiendo las dificultades porque cada día se van agotando las camas disponibles” (Elizabeth Rojas y Óscar V. Mejía, 21 de enero de 2021, p.5). La mitad de las pruebas o test que se están haciendo resulta positiva. 

 

No paraban los trotes, del presidente de la república para abajo, con ministros, directores y gerentes de institutos centralizados, gobernadores, alcaldes y secretarios, directores de hospitales, gerentes y dependientes de ellos consiguiendo dinero, insumos y personal hospitalario tratando de contener la pandemia. Otros lo hacían con otros objetivos. 

 

Ante la amenaza de un coronavirus más violento debido a la aparición de nuevas cepas como la inglesa y la surafricana, se informó que para la Clínica San Marcel y el Hospital General San Isidro de Manizales, habían llegado “75 camas,60 de ellas para cuidados generales y 15 de cuidado intermedio, para tener una mejor capacidad de respuesta ante la oleada de pandemia que está experimentando la ciudad” (La Patria, 23 de enero de 2021, p.4). El hospital de La Dorada recibió el Ministerio de Salud otras 10 camas de cuidados intensivos.    

 

La circulación del virus era  proporcional en Manizales, Villamaría y Chinchiná. “Estos tres municipios están aportando aproximadamente el 80% de casos y ocupación de UCI. La situación para final de enero será más compleja porque se reflejarán los casos del 24 y 31 de diciembre” explicó el secretario de Salud Pública de Manizales (E. Rojas y Ó. V. Mejía, ibidem). Manizales completa cuatro días en alerta roja (81,45%, 84,27%, 85.08% y 83,87%). 

 

Como dice la sabiduría popular, nadie experimenta en cabeza ajena. Más de 200 dueños, administradores y empleados de cantinas, bares, discotecas y restaurantes de Chinchiná salieron a la calle a protestar por el toque de queda impuesto, de 9 de la noche a 5 de la mañana, por la gobernación para todos los municipios de Caldas. Según el gobernador, el problema puede aparecer si se tiene que ampliar la  medida, dado el aumento de contagios y la saturación de servicios, no solo en la actualidad  sino en los viacrucis venideros que  pronostican para las próximas semanas. Cada uno piensa que las cosas serían perfectas si no nos tocara cargar alguna cruz con la que no contábamos.   

 

En la mayor parte de Colombia, el fin de semana del viernes 22, sábado 23 y domingo 24 transcurrió en medio de confinamientos,  toques de queda, ley seca y pico y cédula y comparendos por alguna infracción. El Gobierno nacional decretó medidas restrictivas hasta el domingo 31 de enero. El toque de queda será de las 9 p.m. a 5 a.m. y el pico y cédula continuará de tal forma que el sábado 23 de enero saldrían de casa los que tuvieran cédulas terminadas en número impar y el domingo los que tuvieran cédulas con número par.  

 

A su vez, la Gobernación de Caldas dio a conocer un decreto en el que autorizaba a los alcaldes del departamento para tomar las medidas convenientes para mantener el orden y contener el coronavirus. De esta forma, el toque de queda y la ley seca pasaron a ser asuntos que dependían de cada administración municipal además de otras medidas convenientes para ese conglomerado.  

 

 Este era el panorama del departamento de Caldas y sus municipios, el 23 de enero de 2021, en medio del pico de la pandemia del coronavirus. Caldas: 40.613 contagios y 788 muertos. Manizales: 26.976 contagios y 376 muertos.  Villamaría: 3.231 contagios y 49 muertos.  La Dorada: 2.359 contagios y 95 muertos. Chinchiná: 2.023 contagios y 57 muertos.  Riosucio: 791 contagios y 32 muertos. Anserma: 659 contagios y 42 muertos. Supía: 626 contagios y 22 muertos.  Neira: 360 contagios y 17 muertos. Marmato: 351 contagios y 3 muertos.  Viterbo: 317 contagios y 13 muertos. Palestina: 315 contagios y 13 muertos. Pácora: 306 contagios y 7 muertos. Marquetalia: 300 contagios y 14 muertos.  Manzanares: 277 contagios y 6 muertos.  Pensilvania: 238 contagios y 7 muertos.  Aguadas: 217 contagiados y 6 muertos.  Samaná: 196 contagiados 4 muertos. Salamina: 182 contagiados y 6 muertos. Aranzazu: 181 contagiados y 5 muertos.  Victoria: 126 contagiados y 2 muertos.   Risaralda: 114 contagiados y 2  muertos. Belalcázar: 109 contagiados y 2 muertos. La Merced: 102 contagiados y 0 muertos. Filadelfia: 68 contagiados y 3 muertos. Norcasia: 73 contagiados y 3 muertos. Marulanda: 65 contagios y 1 muerto. San José: 45 contagiados y 1 muerto.    

 

Semejantes datos dejaban impávidos a muchos habitantes de los municipios, del departamento y la nación. Por toda parte, cundían las fiestas clandestinas y los paseos. El fin de semana, cuando Manizales y varios municipios caldenses estaban en Alerta Roja, incluyendo La Dorada,  decenas de turistas acamparon e hicieron almuerzo de olla, a la orilla del río Tasajos, por Samaná. Les impusieron comparendos de multa. El gobernador de Caldas comentó que, en este departamento, la indisciplina social se daba más en las áreas rurales que en las zonas urbanas.  

        

 

Pero el coronavirus escaló los más altos peldaños del poder regional. El alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín informó, el 10 de enero de 2021, por twiter, que había dado positivo en la prueba del covid-19. El gobernador de Caldas no se le quedó atrás pues, el sábado 23 de enero de 2021, la prueba de covid que se hacía cada mes dio también positivo. La gobernación difundió un comunicado en el que informaba que el mandatario departamental se encontraba aislado en su residencia, con monitoreo permanente pero continuaba con su agenda laboral de manera virtual (La Patria, 25 de enero de 2021, p.3). Los colombianos esperábamos las vacunas como si se tratara de maná caído del cielo pero, a pesar de la urgencia, las cosas se demoraban.

 

 

<< Regresar